Los televidentes de la más reciente edición de La Academia, que celebró los 20 años del reality por la señal de TV Azteca, puede afirmar que, si bien Cesia tuvo todos los méritos para consagrarse con el primer lugar, y Nelson, Andrés y Mar demostraron su valía para llegar a la final y se ganaron el cariño de la gente, los reflectores siempre estuvieron sobre Rubí Ibarra.
“Nunca creí que diría esto pero se extraña estar ahí, compartir con los compañeros; de alguna manera ya me había acostumbrado a estar ahí encerrada”, comparte la joven en entrevista con MILENIO a dos semanas de haber terminado su participación en el concurso musical.
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La originaria de La Joya, San Luis Potosí, llegó a La Academia siendo única aspirante con reconocimiento mediático, aunque no por una cualidad artística: en 2016 su nombre acaparó las redes sociales debido a que sus papás decidieron hacer masiva su celebración de XV años.
“Antes prestaba mucha atención a lo que decían sobre mí porque no estaba acostumbrada, siempre quería saber que decían. Entonces, cuando me tocó el hate muy duro (por sus XV) no sabía cómo afrontarlo, pero eso me preparó para estar en La Academia, porque sabía que iba a haber gente que me iba a querer y también iba a haber gente a la que no le iba a gustar”, es lo que rescata de haberse vuelto un fenómeno viral.
“Hoy en día lo que hago es ignorar los malos comentarios, no me meto a ver qué dicen de mí, me enfoco más en la gente que me da su apoyo, su cariño”, agrega.
Rubí reconoce que al principio pensó que “la gente me iba a odiar”, pero se sorprendió al salir del programa y darse cuenta del “cariño de las personas, el apoyo, ese impulso”; explica que esto – haberse vuelto una de las favoritas – fue porque ante las cámaras “nos mostramos todos como somos, fuimos libres en la manera de pensar y hablar”.
Además, siente que muchas personas se identificaron con sus momentos de duda, pero también de superación. “Vieron que me quería salir, que no quería estar, que tuve pensamientos negativos, pero luego decidí seguir y se inspiraron. Es parte de la vida que vas a tener tropezones, que vas a caer, pero sí se puede”, reflexiona.
Del programa, Ibarra dice que salió con más “resistencia, fuerza y ganas de trascender”, sobre todo porque su generación “fue más difícil: eran dos conciertos cada fin de semana y tenías que preparar los grupales, los solos, las coreografías. A veces tenías que estar acostumbrado a que llegaban los maestros y te hacían cambios… Eso te prepara para concentrarte en todo”.
Durante 'La Academia' | Foto: Instagram @iamrubiig
Luego, revela que en esos momentos donde pensó en claudicar, sus compañeros y maestros fueron su motor para continuar – “estaba con personas en las que podía confiar” –, pero también los críticos la apoyaron mucho, aunque en las transmisiones televisivas solían darle comentarios rudos.
“Muchas veces nos los topábamos en los camerinos, en maquillaje, y realmente son personas muy distintas a como los ve uno, por ejemplo: platiqué varias veces con Lolita, me dio consejos de cómo prepararme en el escenario, de hecho, me recomendó mucho actuar, me dijo ‘Te veo algo de actriz’”, confiesa.
También Horacio Villalobos se le acercó para darle aliento: “Cuando me quería salir él se enteró, fue a mi camerino y me dijo: ‘No te salgas, perteneces a esto, si te sales lo vas a perder’, entonces me impulsó a no salir”.
Ahora que está fuera del programa y goza de un gran número de seguidores, además de experiencias gratas como haber compartido escenario con los Kumbia Kings, Mónica Naranjo y Aleks Syntek, Rubí sabe que tiene abiertas las puertas del panorama artístico para forjarse una gran carrera.
“Me quiero enfocar mucho en seguir aprendiendo, en seguir en el canto y el baile. No solamente me quiero dedicar a la música, también a actuación, a conducción, a baile. De hecho, planeo vivir ya en la Ciudad de México. Quiero que la gente vea que hay un crecimiento constante”.
Y su plan es hacer todo esto con la responsabilidad de “impactar de manera positiva en la vida de las personas”.
Por último, la famosa, que a sus 20 años acumula experiencias que poca gente de su edad puede contar, externa que “todavía no estoy viviendo la vida que sueño porque para eso estoy trabajando, pero creo que voy por buen camino, creo que la gente se dio la oportunidad de conocerme, de ver cómo soy”.
hc