William Valdés: “Que mi familia salga adelante, por ese motivo hago televisión”

En entrevista con MILENIO, el conductor de Venga la Alegría cuenta cómo enfrenta el 'hate' en redes sociales y revela su siguiente paso profesional.

El conductor de 'Venga la Alegría' | Especial
Ciudad de México /

Estudiar actuación, esa fue la primera petición de William Valdés a su mamá cuando llegaron a Miami procedentes de España. En ese entonces él era un adolescente, pero su sueño de foros y cámaras de televisión lo llevaba añejando desde su infancia en su país natal, Cuba.

Su progenitora aceptó la petición y lo matriculó en una institución local, a la que William acudía cada sábado con emoción. Su primera oportunidad llegó pronto: a los 12 años se quedó en un comercial de seguros de vida. “No tenía que actuar mucho, querían ver mi estilo y me dieron el llamado., y la primera vez que estuve en cámara fue con María Antonieta de las Nieves, La Chilindrina”, recuerda sobre esa primera incursión en la pantalla chica.

Tras esto, su carrera creció y apareció en Grachi, drama juvenil donde interpretó al personaje de Sibilo y compartió créditos con Isabella Castillo, Andrés Mercado y Evaluna Montaner. Y en Despierta América, matutino de Univisión que le sirvió de trampolín para llegar en 2019 al programa Hoy.

“No era una persona muy disciplinada, llegaba tarde. A la mala aprendí que hay que ser disciplinados, cuidar el trabajo, estar al pendiente y saber cuáles son las prioridades”, dice Valdés sobre sus años mozos en entrevista con MILENIO.

William durante su participación en 'Grachi' | Especial

Afortunadamente ahora, como presentador en Venga la Alegría, su enfoque es otro: más profesional, priorizando el trabajo y la familia por encima de lo banal, aunque deja poco tiempo al descanso. “Fueron días exhaustos porque trabajaba de domingo a domingo, pero si eres disciplinado se puede lograr”, reconoce sobre su reciente participación como conductor en el reality show La Academia, labor que alternó con su rol en el matutino de TV Azteca.

Pero ante el agotamiento físico y mental, William sale a flote meditando: “Trato de hacerlo en las mañanas y en las noches; esa es mi medicina para que mi día fluya y no poner atención a las cosas que no lo ameritan”.

Cosas que no ameritan atención

Como figura pública que no solo tiene un gran alcance en la televisión, también en las redes sociales – 1 millón de seguidores en Instagram y 589 mil en TikTok –, William no ha estado exento de escándalos y hate.

La prensa no me ha tratado muy bien, me ha querido dar este perfil de persona polémica porque nunca me quedo callado, he recibido mucho bullying, pero de un tiempo para acá decidí no gastar mi energía en ese tipo de cosas porque es gente que no conozco, que no tiene foto de perfil, que se esconde, y ya no permito que eso me haga daño”, comparte.

Con ‘de un tiempo para acá’ se refiere a una crisis que tuvo hace medio año “donde me preguntaba por qué a mí, por qué todo este hate. Él sabe que “no soy una monedita de oro, tengo mi personalidad”, pero no entendía por qué su patria generaba tanta animadversión: “La mayoría de los comentarios eran de: ‘William, regrésate a tu país’”.

“He sufrido mucho con ese tema, en Estados Unidos nunca conocí el hate hacia mi cultura. Y no me importa que me digan que no sirvo como conductor, sino que me digan ‘Vete para tu país’... Ojalá nunca tengan que migrar a otro país para buscar su sueño y que nunca los traten como me han tratado a mí”.
“Entonces, de un tiempo para acá decidí no prestar atención a lo que la gente habla de mí. (Los haters) son fans closeteros, porque están pendientes a lo que uno está haciendo y siempre tienen que comentar”, afirma.

El admirador de Don Francisco, Galilea Montijo y Cristina Saralegui también dice que muchas críticas en su contra tienen que ver con una percepción de que “soy ricachón y lo tengo todo fácil”, pero esto no puede ser más equivocado.

“No he tenido una vida fácil y mi familia tampoco, por eso una de mis motivaciones más grandes es poder lograr que mi mamá deje de trabajar y cuidarla al 100 por ciento; que mi familia salga adelante, por ese motivo hago televisión”, asegura Valdés.

Sacrificios y sueños

Ante la pregunta de cuál ha sido si mayor sacrificio, el conductor no titubea al responder: “Dejar a mi familia atrás”.

Luego explica que su llegada a la televisión mexicana implico despedirse de su mamá y de todos los lazos que cimentó en Miami: “Me mudé a México buscando mi sueño, para seguir trabajando. Todo el tiempo he tenido que migrar, dejar a mi familia atrás, pero creo que todo sacrificio vale la pena al final”.

Parte de lo anterior para contar que de ahí viene el mensaje que trata de impregnar en sus seguidores: “Logren sus sueños”.

“Yo he pasado por muchísimo, sigo pasando por muchísimo, pero no me doy por vencido. La gente que me sigue se da cuenta de eso: aunque te digan no, no quiere decir que todo va a terminar ahí. La influencia que busco propagar es estar bien parado, no dejar de soñar, ir con la cabeza en alto y que nada de tumbe”.

Foto: Especial

En este punto, William apunta que “hay que saber diferenciar de los creadores de contenido y la gente que influye, porque a mí no me influye alguien que sube bailes; no es lo mismo que me influya un motivador de vida, que un chavo de TikTok haciendo cosas que no tienen ningún mensaje”.

Por último, el conductor, que marca a nuestra cultura y nuestros paisajes como lo que más le gusta de México, revela su siguiente paso profesional: “Quitarme esa imagen de conductor digital porque puedo dar mucho más”.

“No sé hasta dónde se me permita por parte de ejecutivos y la gente que sabe más que uno; un jefe ya sabe cuál es el camino que quiere tomar contigo, a lo mejor no te dan las cosas de una vez, pero está trabajando para eso. Pero me gustaría quitarme esa parte de ‘William sólo sirve para leer tuits’, he demostrado que tengo la capacidad para hacer más cosas”.

Un mensaje al William del pasado

De tener a una máquina del tiempo y regresar para encontrarse a sí mismo cuando comenzaba en la televisión, el conductor se aconsejaría: “Le diría que escuche mucho lo que la gente más madura tiene que decirle, escuchar consejos de esas personas que saben, porque fui un niño que nunca escucho. Le diría que se prepare porque no es un juego fácil, es un juego lleno de curvas y maleza, que a veces te va a tocar nadar en una alberca llena de pirañas y hay que seguir adelante. Y no abrir la boca de más, aprender a quedarse callado, a no responder, defenderse pero elegir sus batallas”.

hc

  • Yair Hernández
  • juan.hernandez@milenio.com
  • Es periodista especializado en temas de cultura y entretenimiento. Actualmente trabaja como reportero para Milenio.

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