Con rock y nostalgia, Fobia celebra sus 30 años en el Auditorio Nacional

La banda ofreció una nostálgica noche de rock en el Auditorio Nacional, que cierra su gira del 30 aniversario en México.

Fobia (Instagram).
Libertad Ampudia
Ciudad de México /

Fobia ofreció la última rebanada de su Pastel en el Auditorio Nacional; la banda de rock llevó a su público a través de un viaje de sueños y nostalgia, ese que grabaron hace poco más de un año en un último material discográfico, para recordar grandes éxitos y celebrar sus 30 años de trayectoria.

Pasaban de las ocho y media de la noche cuando sonidos que recordaban a un bosque comenzaron a escucharse; el humo rodeó el escenario, las luces se apagaron, un grito estalló y Leonardo de Lozanne, Francisco Paco Huidobro, Iñaki Vázquez, Jay de la Cueva y Javier El Cha! Ramírez aparecieron entre los acordes de "Mundo feliz".

“Muchas gracias por estar aquí hoy, hicimos un algo especial para esta noche; son un público especial, esperamos que no olviden esta noche y podamos hacer un viaje a través del tiempo, las épocas, la imaginación, esperamos que se cumplan todos sus deseos, todos sus sueños y que esa música que los ha ido acomodando por la vida los complazca el día de hoy”, dijo el vocalista.

Más adelante mencionó: “Están aquí muchos amigos, nuestra familia, pero sobre todo está lleno el Auditorio Nacional de cómplices, gracias por esa complicidad, gracias por todo y gracias por tanto, a todos, en verdad”. En otra oportunidad, Leo y El Cha! se tomaron el tiempo de agradecer la presencia de sus mamás, esas que los han escuchado “desde el primer ensayo”.

Barras de luz cambiaban de color a su espalda, verde, amarillo, rojo, azul, blanco y demás; una pantalla gigante los mostraba tocando, al igual que las dos pequeñas de los lados, a veces a color y otras en grises, también proyectaban vídeos de paisajes, instrumentos, figuras geométricas y, en diversas tipografías, el nombre de la banda.

La emoción del público comenzó a subir en "Dos corazones", pues las palmas siguieron el ritmo de las cuerdas, en teclado y la batería; para ese momento, el auditorio ya se encontraba de pie, moviendo cabeza, hombros y hasta saltando. Ver al grupo junto siempre es un deleite, más cuando cada uno se enfoca en otros proyectos personales y musicales, como Moderatto y Gran Sur.

En temas como "Dios bendiga a los gusanos" Leo tomó una guitarra acústica, en “Descontrol” una eléctrica, además, en “Corazón en caracol” tocó la armónica, sumándose a la virtuosa interpretación de sus compañeros, que sacaban ovaciones en los momentos instrumentales.

Durante "Camila" las luces laterales crearon el efecto de una red azul, que continuó en algunos otros sencillos. Pasaba la noche y el espectáculo avanzaba con “La iguana”, “200 sábados”, “Pudriendo”, “Puedo rascarme solo” y “Perra policía”; el vocalista enloquecía a hombres y mujeres, aunque por momento el volumen de su voz falló.

En un momento de descanso, De Lozanne pidió: "Denme una F, una O, una B, una I, una A. ¿Qué dice?", ante un público apasionado que respondía “Fobia, Fobia”. Cada que se acercaba al escenario, los espectadores de las primeras filas levantaban las cámaras de los celulares; aunque en general, la presencia de teléfonos fue mínima, todos disfrutaban sin necesitar una pantalla.

“Fiebre”, “Pepinillo marino”, “Caminitos hacia el cosmos”, “Muy maniaco de mi parte”, “Descontrol” y “Crucifijo” fueron algunas de las canciones que inyectaron energía a los presentes; aunque, sin duda, “El microbito” y “Revolución sin manos” fueron las más coreadas y esperadas.

Este es el último Pastel en la Ciudad de México. Gracias por recordarnos que hay una gran magia cuando nos juntamos y cuando ustedes vienen a escucharlos y apoyarnos y aplaudirnos”, se despidió Leonardo, mientras tiras de papel de colores bajan desde el techo. Y es que ahora se irán de gira por Estados Unidos, para cerrar a final de año con un tour que los volvió a unir luego de cinco años de ausencia.

Tras ese falso final, con gritos y silbidos se pidió a los músicos volver. Fue con “El diablo” que regresaron e hicieron estallar al recinto. Niños, jóvenes y adultos, porque su música ya traspasa generaciones, lo dieron todo en “Regrésame a Jupiter”, “Veneno vil” y “Hoy tengo miedo”, aplaudiendo y saltando para agradecer a sus ídolos lo dado desde 1990, año en que lanzaron su álbum debut.

​cjr

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