En el Parlamento de Edimburgo, el corazón de la democracia escocesa, Gustavo Dudamel (Barquisimeto, 1981) reivindicó ante cientos de jóvenes la promesa que se hizo a sí mismo hace ya algunas décadas: lograr que la música sea un derecho universal.
Como parte de un encuentro organizado por el 19º Festival de Política en colaboración con el Festival Internacional de Edimburgo, el renombrado director de orquesta venezolano asistió el pasado viernes 25 a la cámara de legisladores más que para hablar de política, para reiterar su convicción de que la música es un agente de cambio social.
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“Hablarles aquí, en este espacio donde se hace la legislación, es un poderoso recordatorio de lo importante que es apoyar las artes. Las leyes que se hacen en esta sala no son sólo palabras sobre el papel, tienen un profundo impacto en la vida de todos los ciudadanos”, dijo el célebre músico, quien desde 2009 ha estado al frente de la prestigiosa Filarmónica de Los Ángeles.
Si alguien sabe del impacto que pueden tener las artes en los seres humanos es Gustavo Dudamel. “Soy el resultado de un programa artístico y social. Sé del poder y de la fuerza que tiene la música para transformar vidas”, ha dicho en repetidas ocasiones, haciendo referencia a El Sistema, un exitoso programa de educación musical creado en 1975 por José Antonio Abreu, el legendario maestro y mentor de Dudamel, niño prodigio que a los cuatro años ingresó al Sistema Nacional de Orquestas Sinfónicas Juveniles e Infantiles de Venezuela.
La trayectoria del conductor no podría entenderse sin su paso por este programa, el cual elogió en el parlamento escocés. “El Sistema es un proyecto social primero y cultural después, su objetivo último es que la música forme parte de la sociedad, un imperativo que afecta la vida de todas las personas. Me he impuesto como misión personal no descansar hasta que la música sea realmente un derecho humano fundamental para todos”, expresó durante la conversación que sostuvo con la legisladora Clare Adamson, jefa del Comité de la Constitución, Europa, Asuntos Exteriores y Cultura.
“El Sistema ha perdurado a través de siete gobiernos diferentes en Venezuela. No se trata de política, sino de la creencia compartida de que el arte debe formar parte del tejido social. Crecí creyendo esto y lo sigo creyendo, es lo que he visto una y otra vez en mi vida alrededor del mundo y especialmente aquí en Escocia, con los extraordinarios jóvenes de Big Noise”, dijo dirigiéndose a los 150 jóvenes que forman parte del programa comunitario de educación musical Big Noise, desarrollado por la organización benéfica Sistema Escocia, con quien el director ha colaborado en muchas ocasiones.
Sinfónica venezolana vuelve a la escena internacional
Nombrado recientemente director de la Filarmónica de Nueva York, Dudamel no viajó solo a Escocia para hablar en el parlamento. Un día después de su participación, Dudamel se presentó en el Festival Internacional de Edimburgo con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, agrupación de la que fue director desde 1999 y con la cual no se había presentado desde hace seis años.
En este concierto, que es su primera actuación conjunta, además de piezas de Gustav Mahler, interpretaron obras de compositores venezolanos como Paul Desenne (recientemente fallecido) y Gonzalo Grau. La actuación en el Usher Hall fue transmitida (y grabada para su posterior difusión) por la BBC así como por la Unión Europea de Radiodifusión.
Su presentación nuevamente al frente de la sinfónica venezolana demuestra su convicción de que “cada oportunidad de hacer música es una ocasión para mejorar el mundo”, como repetía su maestro José Antonio Abreu. El alumno más destacado tomó en serio la sentencia. Esas palabras resuenan en su cabeza cada vez que toma la batuta.
DAG