Héctor Suárez, el actor que marcó época en la comedia

El comediante y actor se dedicó a hacer denuncia social, y escapó de la censura establecida en su época.

Héctor Suárez fue galardonado con diversos premios, incluyendo el Ariel por Mecánica Nacional(Fototeca Milenio).
Ciudad de México /

Este martes Héctor Suárez Gomís informó sobre el fallecimiento de su padre Héctor Suárez Hernández, quien cautivó al público mexicano con su comedia y actuaciones en diversas producciones cinematográficas, obras de teatro, series de televisión y telenovelas, las cuales forman parte del legado del cine y de la televisión mexicana, que acompañarán a miles de personas por mucho tiempo.

Héctor Suárez nació el 21 de octubre de 1938 en la Ciudad de México. Entró al mundo artístico bajo la dirección de Carlos Ancira, con quien colaboró en el llamado teatro de la tesis en los años 60, de la mano de personalidades como Alejandro Jodorowsky, Alfonso Aráu, Susana Alexander y Héctor Bonilla. Estudió pantomima con el célebre mimo Marcel Marceau y más tarde, comenzó a montar obras de autores famosos como Franz Kafka, Eugene Ionesco y August Strindberg.

Participó en las puestas en escena Las cosas simples (1959), La Idiota (1960), Una viuda sin sostén (1964),El casado casa quiere (1967), La jaula de las locas (1976), La Libélula (1983) y Estoy Loco (1990).

Debutó en la pantalla chica con la telenovela Un hijo cayó del cielo, que contó con las actuaciones de Miguel Córcega, Ángel Garasa y Bárbara Gil, a la que siguieron Domingos Herdez y Chucherias. También participó en telenovelas como Una segunda oportunidad, Velo de novia, Gotita de amor, El derecho de nacer, El carruaje, Las gemelas, El dolor de vivir y Madres egoístas.

Fue en la televisión donde encontró su peculiar forma de hacer comedia, a través de su estilo espontáneo. Caracterizado por el humor negro, se dedicó a hacer denuncia social, y escapó de la censura establecida en su época.

Su comedia quedó grabada en los emblemáticos programas ¿Qué nos pasa? y Verdá o fixión, en los que creó personajes populares que reflejaba el día a día de la idiosincrasia mexicana como Flanagan, con su clásico estribillo ¡Queremos rooock!, Doña Zoyla, la madre dominante y manipuladora; El no hay, un dependiente de tienda que nunca atendía bien; El Burócrata, el típico empleado público que pone más obstáculos que soluciones.

En 1965 debutó en la pantalla grande con la cinta El asesino invisible. Años después participó en otras películas como Despedida de soltera, La mujer de seis litros, La marcha de Zacatecas, Picardía mexicana y Mecánica nacional, por esta última fue galardonado con el Premio Ariel y recibió Diosas de Plata por producciones como Trampas de amor, En la cuerda del hambre y Los mil usos.

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