Inauguran mural en homenaje a los compositores

SACM

Armando Manzanero destaca la importancia de promover el trabajo de los compositores con la obra de Luis Carreño.

El maestro hizo la presentación de la obra pictórica. Édgar Negrete
El cuadro tiene a grandes clásicos de la música, “pero aún faltan”, dice su autor.
Libertad Ampudia
Ciudad de México /

La Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) tiene un nuevo mural de Luis Carreño, que hace homenaje a los grandes músicos que han colocado a México en los ojos internacionales.

“Este mural tiene toda la historia, toda la grandeza de la sociedad. No existe ninguna sociedad que se acerque a la belleza de ésta, es bella por dentro y por fuera. Es un homenaje a la música. La música está por todos lados, es la compañera más importante de la vida, no me regaña si llego tarde ni me dice no comas esto. El arte es la mejor compañera”, dice el presidente de la SACM, en una pequeña reunión que une a músicos y amigos para compartir tamales y una rosca de Reyes.

Y describe: “Vemos a Gonzalo Curiel, hasta dinero puso de su bolsa cuando la sociedad en sus primeros años estaba quebrando; Esparza Oteo, que fue uno de los fundadores más importantes; Rubén Fuentes, que desde los años 50 comienza a componerle a Jorge Negrete y Pedro Infante, no por algo su canción ‘100 años’ ya va a llegar a los 100 años; don Agustín Lara, doña Consuelo Velázquez, a un lado Cri-Cri”.

“¿Por qué estamos (Roberto) Cantoral y yo?” se cuestiona él mismo, y responde: “Bueno, somos los que deciden meterle a la sociedad pero ya en serio”. Se les ve con una amplia sonrisa y cara juguetona; la mayoría de los rostros refleja esa alegría, aunque otros están llenos de nostalgia, esa que han contagiado con sus letras a numerosas generaciones.

Entre los compositores se ve una representación de la musa griega de la música, lo que lleva a que haga una de sus ya conocidas bromas: “Me acabo de enterar. Yo pensé que la musa era un vacilón, de esos que agarran un trago y se van a tomar los tragos y que la bohemia. Me acabo de enterar, por lo que, algo aprendí de este mural”.

También figuran Álvaro Carrillo y José Alfredo Jiménez, pero faltan algunos cuantos. “Este es el principio, porque tenemos muchas paredes más. Si ya no estoy yo, porque ya estoy bastante manoseado, lo hará el que se quede en mi lugar. Va a salir solo”, menciona.

Y es que él ya tiene ganas de descansar: “Ya no quiero trabajar mucho, tengo el deseo de irme a otros países a pasar los años metiéndome en un tren. Con mi abuela lo hacía, en ese entonces olía a leña porque era con vapor. Pero la sociedad tiene muchas cosas para hacer todavía”.

No se despide sin antes hablar del artista. “México es tierra de muralistas, de grandes amigos. Tuve una admiración por el papá de Luis; a veces el talento de los papás no se lo pasmaos completo a los hijos, aquí don Jorge se pasó”, comenta.

El artista

“En realidad, yo pensé que la musa en el centro del cuadro era un basilón, de esos que agarran un trago y se van a tomar. Que era la bohemia. Claro que caemos en lo que es inevitable los pecados de omisión, no faltará quien diga: falta fulanito de ta”, comparte Carreño sentado al lado de su obra de arte que decora uno de los salones de la presidencia de la SACM.

Y añade: “Es un homenaje a todo este gremio, que nos ha llenado los oídos de alegría, de emociones; a veces lloramos, a veces reímos y nos emborrachamos. Algunos si los reconocemos, pero yo podría decir aún el 80 por ciento, la mayoría no los reconoce. Este mural sirve para que quede un testimonio de estas grandes figuras”. 

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