El regreso de Iron Maiden a Ciudad de México provocó ensordecedores ovaciones, saltos, gritos y, desde luego, la entonación que explotaba en cada una de sus canciones clásicas, de parte de más de 21 mil 650 almas que deseaban “correr hacia las colinas” ante el embate de unas de las bandas más poderosas en la historia del heavy metal.
El Palacio de los Deportes fue el escenario donde la agrupación encabezada por Bruce Dickinson entonó sus más grandes y reconocidos temas, ante el delirio de toda una legión de fans, quienes también formaron parte de la gira mundial Legacy Of The Beast.
Previo al inicio del concierto, cientos de vendedores se apostaron a las afueras del recinto, donde ofrecían tazas, camisetas, sudaderas y todo tipo de recuerdos, algunos con la figura de Eddie, ícono de la banda británica.
Al entrar, largas filas de desesperados seguidores, quienes buscaban rápidamente sus lugares. La pasión se hacía evidente en sus rostros, esperaban que los constantes riffs de Dave Murray, el inconfundible bajo de Steve Harris y la inigualable voz de Dickinson volvieran a estremecer las entrañas del recinto.
Esto ocurrió minutos después de las 21 horas, cuando un mar de pantallas iluminadas recibió a los músicos, que inmediatamente se adueñaron del escenario y asombraron a todos con una vistosa producción que incluyó un avión de utilería, pantallas y luces robóticas.
Tradición mexicana
Un sombrero de charro llegó hasta el vocalista que con solo decir “¿Cómo estás, México?”, enloqueció a los asistentes.
Éxitos de la banda como “Run To The Hills”, “Flight of Icarus”, “The Number Of The Beast”, “Hallowed Be Thy Name” y “Sign Of The Cross and The Clansman”, mantuvieron a todos cantando durante la actuación que se prolongó por cerca de dos horas.
El vocalista hizo una pausa para saludar al público y agradecer su entrega.”Aquí estamos en el primero de tres sold outs en Ciudad de México, gracias a todos ustedes que son los mejores (...) así que esta noche es una maldita celebración, una noche de libertad”, comentó antes de interpretar la canción “Freedom”.
Una bandera mexicana fue ondeada por Dickinson minutos antes de que el escenario se transformara en una capilla gótica, ante los gritos eufóricos de los fans.
Pirotecnia y espectaculares escenografías fueron algunos detalles que sorprendieron al público en cada canción. Dickinson, Harris, Murray, Adrian Smith, Nicko McBrain y Janick Gers tendrán dos presentaciones más en el mismo recinto, hoy y mañana.
Steve Harris
El bajista lució en grande, con su ritmo estrafalario y llevando el peso de la banda en sus hombros.
Dave Murray
Otro de los miembros originales que provocó los alaridos de la multitud con su sonido en el escenario.
Público
La euforia se desbordó en cada espacio del Palacio con una multitud que coreó y brincó con cada uno de los temas.