La muerte de un hijo es uno de los temores más grandes que habitan la mente de los padres y madres, pero cuando esta posibilidad es llevada al cine de terror como una propuesta ficticia, ofrece un mundo de oportunidades al género. Jugaremos en el bosque toma esta premisa para reflexionar sobre temas como la pérdida, el duelo, la culpa y la redención.
La película que llega hoy a salas de cine representa el debut de Alejandra Cárdenas y Guillermo Granillo como directores, antes habían tenido experiencia en el campo de la producción y la fotografía: “el reto de una película de terror es que te tiene que dar miedo desde el guión, si no logras eso, no lo vas a lograr en el set”, dijo Cárdenas a MILENIO.
“El reto con una película de terror es lograr que lo que estás viendo y sintiendo sea congruente, que sea casi real. Este ambiente es energéticamente bajo, de pronto la oscuridad y hablar de muerte y fantasmas te eriza la piel, este ambiente es difícil de crear, pero si logras que la gente lo vea como algo posible, lo hiciste bien”, agregó Granillo.
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La película pone en pantalla a Javier y Mariana (Lucía Uribe y Mauricio Isaac), un matrimonio que busca superar la pérdida de un hijo que los tiene sumergidos en la depresión, en busca de darle un nuevo sentido a sus vidas toman la remodelación de una hacienda de la familia como proyecto personal. Lo que no saben es que ese lugar alberga energías del pasado.
Llegaron a odiarse
Ambos actores compartieron parte de su proceso creativo para dar vida a la pareja protagónica; más allá del guión, Lucía y Mauricio lograron una conexión especial, pero no como la que suelen construir en comedias o dramas, la energía de una película de terror los llevó al límite, “la odié durante algunos días”, dijo Mauricio sobre su relación con Mariana.
“Era una cosa de instinto, de estar clavados en el universo del cuento que estábamos contando”, explicó el actor, mientras Lucía añadió: “Yo veía su odio, pero sabía que era parte del proceso, así que, seguía siendo igual de loca”. Todo, mientras ambos estaban en el set, al terminar los llamados “la energía era otra, eso habla de un gran trabajo”, dijo el actor.
“Siento que en términos de verdad actoral, crear un personaje para película de terror es igual que en drama o comedia, simplemente aquí la situación estaba canija, las situaciones de los personajes eran extremas y lo que no podías perder era esa conexión con la verdad”, agregó Lucía sobre cómo construir un personaje con una energía como la de Mariana.
Por otro lado, “sí es real que el agotamiento es mucho mayor —explicó Lucía—, cuando terminamos el rodaje, dormí muchísimo, no tenía energía ni para salir, hasta pensé que tenía covid, pero no, eran las gemelas malvadas que todavía estaban en mi vientre”;
Mauricio recordó que fue un rodaje intenso, “de noches enteras de gritar y correr. Es un género que no había habitado nunca; me sentí muy bien por la confianza con el equipo y los directores. Con el terror siempre estás en riesgo de que con tantito se convierta en una comedia involuntaria, pero trabajar con gente con la que eres afín y admiras lo vuelve fácil, fue una gran experiencia”, explicó Mauricio.
“Jugaremos en el bosque se suma a la lista de historias que llevan el cine de terror mexicano a un nivel de mayor calidad. Alejandra Cárdenas y Guillermo Granillo crearon una atmósfera de terror con referencias a grandes clásicos del género, pues “nos marcaron las mismas historias, como El exorcista, La profecía, El bebé de Rosemary y Siniestro”, dijo Cárdenas.