E l Disc Jockey, también conocido como DJ, resulta una pieza clave para que la fiesta se mantenga como viento en popa, un orquestador del ambiente, todo un maestro de ceremonias, tal como se ha desempeñado Juan Avilés por 45 años. Es apodado el “DJ Sabroso”.
“Un DJ tiene la obligación de animar todo tipo de fiesta, desde un bautizo hasta antros y salones de fiestas, siempre con buena comunicación con la gente a la que se le trata de complacer, por eso un DJ deberá estar actualizado para todo tipo de música que el público pida”, compartió.
Oriundo del municipio de Lerdo, Durango, el ahora llamado DJ Sabromix se enamoró en su adolescencia de los ritmos de la música disco, de sus novedosos sonidos salidos de la unión del funk y el soul que empezaban a escucharse en La Laguna en estaciones de radio como La Divertida, reconocida por transmitir los hits del momento, allá por 1972.
Ya para el año 76, aprendió de manera empírica sobre la música y las tornamesas, se colaba entre las cabinas, consolas y amplificadores para apreciar el trabajo de otros Disc Jockeys y absorber con sus ojos lo que un día pondría en práctica en las discotecas laguneras.
La gran parte de sus amistades provienen de un mundo de pinchar y mezclar discos. Fue en la Disco Wonder, en ciudad Lerdo, donde Juan se desempeñó de ayudante y mesero, hasta colarse a la cabina para jugar con las consolas y ofrecer un espectáculo musical, siempre con la enseñanza de otros Disc Jockeys que solían ambientar los lugares de baile.
Pasó el tiempo y presencia en las cabinas de diferentes discotecas empezó a dejar huella en los asistentes por su peculiar estilo y los éxitos que presentaba, los cuales provenían de arduas búsquedas en tiendas de discos, con la ventaja de que algunos álbumes contaban dos o tres temas extras que no salían en la radio.
“Para tener la mejor música los DJs teníamos dos sitios aquí en la región, Discorama y Mercantil Cepeda principalmente, pero lo bueno era buscar en tiendas en Monterrey, Ciudad Juárez o el Paso. Conseguimos música que no salía en la radio, eso atraía mucho a la gente a las discotecas y los Djs de aquí se tardaban hasta tres meses en obtener, por lo menos, el nombre de las canciones que tocamos”.
Junto con otros camaradas, el DJ Sabroso conformó un sonido disco en el que tenían que llevar su repertorio en rejas repletas de discos, gran diferencia a la actualidad, donde es un disco duro el que guarda todo su contenido musical.
“Un buen DJ sabe qué hacer en momentos donde su equipo le falla, desde pedir una bulla al DJ o hasta una mentada de madre, hay que saber llevar el show y tener la misión de tener la música activa y la pista esté llena”, expresó entre risas el DJ Sabroso, siempre con su bigote abultado, tal como se muestra en una de tantas fotografías que tiene de aquellos años.
Tras un par de décadas de trabajar como DJ en diferentes centros nocturnos y discotecas, además más de un año sabático, a finales de los noventas Sabromix tuvo la idea de volver a los escenarios de una manera diferente y revivió toda una época mediante los eventos que denominó “Bailes Retro” en el Campestre, luego en el Wonder y en el Club de Leones.
De los motivos por lo cual empezó a ser conocido como “Sabroso”, Juan Avilés sólo expresó que fue durante su etapa como estudiante que se le acuñó este sobrenombre.
Las primeras discotecas
Aún recuerda las primeras discotecas en La Laguna que se convirtieron en lugares preferidos e imperdibles cada fin de semana con los DJs como protagonistas con cada nuevo éxito que salía.
En Lerdo había una llamada Sodiac Disco, ubicada sobre la avenida Juárez, la Disco Wonder y la disco Ramsés, que se ubicaba en el extinto Hotel Villa Jardín y que cambió de nombre en diferentes ocasiones, con Amnesia como el más sonado.
En Gómez Palacio ‘rifaba’ la Disco Abelardos cerca del bulevar Miguel Alemán, sitio que solía estar a reventar en cada ocasión, incluso las personas adineradas del momento lo comparaban con el antiguo club nocturno y discoteca “Studio 54” ubicado en Manhattan, New York.
Por su parte en Torreón tuvieron gran éxito sitios como el Crazy Horse, La Oh No Disco, La Rosa, Sahara, Sabath o el Scirocco.
¿Qué había antes de las discotecas?
“Había lugares que se llamaban cabarets donde predominaba la era “a-go-go” y sonidos de los fina les de los años sesentas. La época a-go-go se relaciona con películas de Ana Martin con el Bule Bule o Nancy Sinatra”, compartió el DJ Sabroso, quien recordó que la Plaza de Armas de Lerdo era cercada para llevar a cabo eventos donde lucía este tipo de baile.
En tanto, la música ya era acompañada por las repeticiones de luces tipo estrobos, sin faltar con la clásica esfera disco que reflejaba luces focalizadas que la apuntaban.
Las tardeadas
Al paso del tiempo, ya en los años ochentas el gusto de la gente por la música disco se contagió a diferentes sectores incluyendo a los adolescentes y menores de edad, los cuales ya buscaban acudir a bailar, de ahí salieron las tardeadas o tertulias, con ‘sonidos’ como el Red Octopus, Disco Brujo, o los Star Wars.
“En los ochentas empezaron las tardeadas o tertulias en las discotecas Crazy Horse, el Sahara, el Oh Disco en Torreón, el Sr. Shon y Wonder en Lerdo, eran lugares que desde temprano estaban llenos con toda la chaviza de algunas preparatorias como la Prepa de la Laguna”, apuntó.
“Ser Dj me ha dejado ser reconocido, me ha dejado muchas amistades, sobre todo aquellas a las que he compartido mi reconocimiento y han aprendido de mi trayectoria”, finalizó.
De manera posterior a las discotecas, surgieron más centros nocturnos como Pikyu Rock House, Flamingos, Tornado o K-Pital, sin embargo, todos bajo la influencia de aquellas discotecas que marcaron época en la región lagunera.
EGO