La historia empieza con la estrella en Hollywood Boulevard de una gran actriz convertida en personaje de la televisión matutina, Elizabeth Sparkle (Demi Moore). Tras una carrera llena de éxitos, las puertas se le cierran por completo de manera cruel y despiadada, por el hecho de que tiene más de 50 años. En sí, esta es una historia de horror con la que la mayoría de las mujeres nos identificamos; lo que pasa cuando trata de resolver el tema, con medidas más que extremas, es cosa de las pesadillas más creativas con las que podríamos enfrentarnos.
Así inicia la plática con la directora Coralie Fargeat: “Para mí era algo muy importante que tenía dentro de mí y que quería liberar y darle al mundo; fue una forma muy empoderadora y liberadora de llevar este mensaje. La realidad todavía está haciendo demasiadas cosas a las mujeres, y estoy muy feliz de que este mensaje se difunda en el planeta”.
A pesar de ser una cinta de horror con todas sus letras, el humor con el que se narra la historia de una mujer buscando la juventud perfecta y eterna es necesario para poder llegar a los extremos que alcanza La sustancia.
“Eso es lo que realmente me gusta hacer en las películas del género: tener diferentes formas de contarme tu historia al mismo tiempo. La idea para mí es mezclar la importancia del mensaje y la violencia de lo que quieres decir y compartir. Hacer posible que la audiencia lo reciba y no se traiga un trauma, sino que lo acepte”.
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Demi Moore, Margaret Qually y Dennis Quaid, interpretando un rol grotesco y distinto a lo que le habíamos visto antes, entraron por completo al mundo de Fargeat para narrar la historia de esta manera.
“Ellos sabían cuánto se arriesgaban, todos tenían un instinto muy fuerte. La película era muy importante y tenía una fuerza muy grande, significaba algo y era muy innovadora. Les estoy muy agradecida por confiar en el proyecto y en mí. Creo que eso es lo que los hace tan poderosos: no tienen miedo a salir de su zona de confort".
Universo distorsionado
En la cinta pasan cosas con las que muchas personas se identifican; empuja los límites de la realidad con un ritmo, estilo y movimientos de cámara que nos llevan a otra realidad.
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“Es muy importante establecer las reglas del universo y los códigos. Una vez que están establecidos, el público puede aceptar a dónde quieres ir. La forma en que presento la película es muy simbólica, porque me gustan los personajes y el hecho de que sucede en Hollywood; es una forma de hablar de todo el mundo”.
Y al preguntarle sobre el estilo tan particular de lo visual y auditivo en la cinta, comparte: “Los diseños de los escenarios tienen un aire extraño y surrealista, porque es el código y la regla que le doy a la audiencia. No es la realidad, es la realidad del sistema, un mundo imaginativo creativo que representa lo que quiero decir; los diseños de los escenarios son un pasillo naranja muy largo que representa la vida de Elizabeth que comienza en algún lugar y al final del pasillo, es como el final de su vida; todos esos elementos que son un poco excesivos y fuera de lo realista”.
Horror emocional
Como cinta del género que muchos llaman body horror, La sustancia es un fenómeno; como crítica y reflexión social, lo es más. Por eso quisimos saber cómo logra crear una historia tan emocional ante cosas que son, inevitablemente, grotescas de ver y experimentar.
“Lo que importa es esa emoción, que es la más fuerte y la que más significa; es lo que más puse en la película: lo violenta que es, los extremos, un poco abrumador, sientes que no eres lo suficientemente bueno, que siempre piensas que esperamos algo mejor de ti, que no mereces ser amado si no eres perfecto y que el personaje se encierra en sí mismo; se mete en su apartamento, que es la metáfora del mundo exterior, que ya no la quiere ver. Y para mí, eso es lo que me costó mucho mantener durante el rodaje; la edición fue tan poderosa y violenta, un mensaje que no es excesivo, pero tiene que ser muy fuerte para ser real porque la realidad es extrema”.
MGR