Agradecida con sus seguidores por compartir con ella "su identidad" y experiencias, Lila Downs les ofreció un concierto, en el Auditorio Nacional, como esos que solo ella sabe, con la bandera de orgullo máximo de ser heredera de la tradición oaxaqueña. Nacida en la Heroica Ciudad de Tlaxiaco, no podía ser de otra manera.
Acompañada por la banda La Misteriosa, pero también del grupo veracruzano Caña Dulce, Caña Brava, así como del Mariachi Son de Jalisco, Downs provocó el éxtasis de hombres y mujeres con su sensualidad nata, más atractiva por el amor a sus raíces, que pone de manifiesto con sus huipiles, algunos de moderna confección, vestidos bordados y las flores en su cabeza.
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Lila no escatimó en potencia vocal y con sus bailes, respetuosos pero que encendieron pasiones. Su propósito fue el recordar a los que ya no están, lo mismo víctimas de los sismos del 7 y 19 de septiembre, pero también de aquellos que mueren a causa de la violencia que no da tregua en México.
En su noche de Salón, lágrimas y deseo, Lila pidió que de hoy en adelante la referencia de nuestro país sea la unidad, es que mostramos siempre en las épocas de dolor y tragedia, y la solidaridad que el mundo entero admira desde siempre de la tierra Azteca. Educó, como lo prometió a ¡hey!, a los estadunidenses haciendo referencia al Benemérito de las Américas, Benito Juárez.
Aceptó que "la envidia" de todos a los latinos, es porque tenemos "el mole, el mezcal, a Sofía Vergara, Jorge Ramos, Lionel Messi" y todas las tradiciones que ella se encargó de exaltar con casi 30 canciones de varios autores nacionales, que en su voz suenan con un sentimiento y entrega que hacen de la velada una experiencia única.
La fiesta de Downs fue completa, antes de despedirse, en el escenario del Coloso de Reforma bailaron los músicos invitados, así como sus paisanos de Ciudad Huixtepec y los Chinelos de Tepoztlán, Morelos. Todos al amparo de la Virgen de Guadalupe celebraron el Día de Muertos con Lila Downs como lo dicta la tradición: llenos de color, ritmo y amor.
DAPR