A 10 años del nacimiento del concepto musical Raíz, Lila Downs, Niña Pastori y Soledad Pastorutti vuelven a unir sus voces para dar secuencia a esa historia con el EP Nunca me fui, en el que cada una aporta su cultura, identidad y estilo.
No son las mismas, la experiencia es mayor, pero su pasión no cambia, incluso se ha fortalecido, por lo que, sin pensarlo, comentan y coinciden en que su mejor lugar es “el escenario” y la forma ideal de comunicarse “es la música”. Y así lo materializan en las nuevas versiones de sus clásicos: “Mezcalito”, “Hispano” y “Pon que dale”.
“Cumplir un aniversario más del primer disco era una buena razón para volver a unirnos”, dice Soledad al iniciar la entrevista con MIILENIO, y adelanta el plan para llevarlo al escenario.
“Queremos hacer gira en los países de cada una, sería como cerrar este ciclo de la mejor manera, la idea es presentarlo en noviembre”, dice la intérprete argentina, que desde los seis años “andaba dando vueltas por el escenario” y desde entonces ha cantado a miles de personas, entre ellas “al Papa, a Messi; la música me ha llevado por muchos lugares y muchas enseñanzas, entre ellas saber que en la vida quería transitar por la música y por la experiencia de ser madre”.
Niña y Lila la observan y la española se sorprende cuando Soledad comenta que en ese andar por la música, “hice un año de Ciencias Políticas, pero comprobé que lo mío era la música”.
El tema de la tarde regresa a la mesa en el salón Las Fuentes del hotel Presidente, ahí donde el trío que ya unió su sensibilidad gracias a la música sigue descubriendo cosas de cada integrante.
Niña comparte lo que ha sido Raíz, Nunca me fui, la producción que estrenan al fusionar sus voces al ritmo de cumbia en “Tan bonita”.
“Ha sido la oportunidad de conocerlas mejor, a ellas, a su cultura; alimentarme de otras sensibilidades”, dice Niña, quien a esa interacción atribuye la fuerza que ha logrado el concepto musical.
“El árbol se hace más grande cuando cantamos las tres, al
juntar esas tres raíces el árbol se fortalece con la cultura y la forma de expresarse de cada una de nosotras”, precisa la española, que ha hecho del flamenco su forma de vida. Género que trae a su mente uno de los pasajes más emotivos y cercanos que ha tenido: el tributo que le hizo el Grammy Latino en noviembre pasado en Sevilla.
“Además tuve la recompensa de que me lo dieran en mi tierra y, por si no fuera poco, fue el Día Internacional del Flamenco, de modo que una vez más me siento afortunada porque la música me ha dado gratos momentos”.
Lila coincide en la grandeza de la música.
“Es una bendición poder cantar, cuando regreso de los conciertos soy otra, esa convivencia con el público te da energía una que te hace ser otra persona”.
Así que en el plan que tiene en mente con sus compañeras ve la oportunidad de seguir disfrutando y proyectando la cultura que siempre ha difundido.
“A través de la música yo expreso mi identidad, y este proyecto es muy hermoso porque cada identidad se puede unir sin sacrificar la esencia y fuerza de cada una de nosotras”, dijo Lila respecto al material en el que también incluyen su versión de “Todo cambia” de Mercedes Sosa. _
Carmela DeMorada.
Inspiración gastronómica.
La chef Gaby Ruíz creó el menú inspirado en Raíz, que sirvió al trío, en su restaurante Carmela DeMorada en la colonia Roma, donde las cantantes convivieron con ejecutivos de su disquera y la prensa.
“Son tres artistas que admiro muchísimo; fui a Sony Music a escuchar las canciones y saqué los sabores de sus voces”, compartió la chef en entrevista con MILENIO, en la velada.
Los platillos que creó fueron Soledad y la hierba, Hojas verdes refrescantes y anisadas inspirada en la voz de la cantante argentina.
Niña y la especia, un Arroz meloso azafranado y pesca del día surgió a inspiración de la intérprete española.
Lila y el humo, Mole ahumado con costilla braceada fue la creación de la chef al oír a Lila Downs.
AJR