Hace 50 años se estrenó en el cine Roble Los Caifanes, filme que en aquel entonces fue considerado irreverente y revolucionario. La trama ideada por Carlos Fuentes y Juan Ibáñez, tras ganar el Concurso Nacional de Argumentos, sumó a talentos como Jorge Fons, en el diseño de producción, e incluso la participación especial del ahora cineasta Arturo Ripstein.
Esa conjunción de talentos nacientes con nombres tan relevantes de la escena literaria del país como Fuentes, o del teatro, como Ibáñez, ha permitido que la cinta traspase la barrera del tiempo y sea considerada aún de gran relevancia en la “nueva” industria fílmica nacional, de acuerdo al especialista cinematográfico José Antonio Valdés Peña.
“Los Caifanes, además de mostrar espacios urbanos con este lenguaje estilizado en el que de repente entran poemas de Sor Juana, de San Juan de la Cruz o dichos populares, con esta estilización que logra Carlos Fuentes, es una película que superó todas las expectativas. Era una comedia de situaciones, sin embargo, todo este talento amalgamado la hace la primera gran película del nuevo cine.
“Cuando encuentras en los créditos a Jorge Fons, habla de que los chavos del CUEC se pasaron a trabajar al cine industrial. Eso fue el primer paso para lo que iba a venir en 1970, cuando empieza la apertura cinematográfica Echeverrista. Los Caifanes y Tiempo de morir, de Arturo Ripstein, que se produce dentro de la industria con un director chavito, son películas bisagras que abrieron el camino a la nueva generación dentro del cine industrial mexicano”, analiza Valdés Peña.
El filme “de aliento”, como se le consideraba a las producciones que buscaban romper con los convencionalismos de la industria, narra en su trama el encuentro fortuito de una pareja de clase alta (Julissa y Enrique Álvarez Félix) con el capitán Gato (Sergio Jiménez) y sus Caifanes: Estilos (Oscar Chávez), el Azteca (Ernesto Gómez Cruz) y el Mazacote (Eduardo López). Inicia entonces un retrato del modismo de la clase trabajadora de la ciudad y su vida nocturna.
A la distancia, Óscar Chávez acepta sin reparos que el cine “llegó a mí por casualidad”, aunque por su actuación en esta cinta se alzó con el Ariel de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. El trovador detalla que Los Caifanes fue “una película muy afortunada, a mi vida cayó de sorpresa. Creo que sigue siendo entrañable, ya que muestra una Ciudad de México que ya no existe”.
CLAVES
OTRA VISIÓN
El cineasta Arturo Ripstein, detrás de películas como Tiempo de morir, Profundo carmesí o La calle de la amargura, no comparte las opiniones de José Antonio Valdés Peña u Óscar Chávez.
“Es una película sobrevalorada. Me acuerdo a Luis Buñuel diciendo: ‘Cuando me vaya a filmar Europa, quisiera que esos Caifanes vinieran a apoyar a mi mujer, porque son lo más perfectos caballeros que he visto en mi vida’”.