Aunque parece que la llegada de Pedro Palacios, fundador y primera voz de Los Tres Tristes Tigres, a la música humorística se dio por casualidad, él afirma que esto no fue tan casual. Y lo ejemplifica hablando de La Tuna, estudiantina a la que se integró mientras estudiaba la universidad y con la que comenzó a componer buscando provocar risas.
"Me gustaba eso de presentar las canciones de manera chistosa, sentí que lo hacía no tan mal y me quedé como el moderador. Poco a poco, cuando ya empecé a incursionar en la composición, empecé en la humorística, no con parodias; componía rolas que dieran risa, las metimos a ese grupo y yo veía que funcionaba", recuerda.
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Luego, en busca del origen de su gusto por la comedia, el artista nacido el 29 de Junio de 1985 en Nuevo León va más atrás en su vida, al momento en que de niño solía remedar a sus profesores y no se perdía un capítulo de El Chavo del 8.
"El Chavo del 8 siempre me encantó, siempre lo consumí; creo que si tuviera que decir cómo aprendí a hacer comedia, sin duda Chespirito en general fue un maestro involuntariamente, porque siempre me gustó y seguramente, si hacía reír a mis amigos o familia, que siempre tuve ese papel, yo creo que sin duda era algo estilo Chespirito, que siempre fue algo sencillo, simple".
El también guitarrista afirma que otros "maestros involuntarios" fueron Capulina, Tin Tan y Clavillazo, por lo que se considera alguien "de alma vieja".
Aunque reconoce que actualmente, quienes más lo hacen reír, son sus colegas de la banda: "Con las personas que más me río es con mis compañeros. Pero nos sólo Erick y Chuy, sino todo el equipo, mi manager, Karla, nuestro ingeniero de sonido. Con ellos es con quienes me río mucho más".
De La Tuna a los Tristes Tigres
"Cuando noté que La Tuna tenía demasiados shows, que íbamos a varios municipios de Nuevo León y a varios estados de la República, entendí una cosa: ‘Algo como lo que ofrece esta Tuna difícilmente se va a encontrar en otra parte, porque no hay tantos, en Nuevo León hay por lo menos 5 grupos así’. Y modestia aparte, la nuestra era la única que tenía esa personalidad", recuerda Pedro.
Esta reflexión lo llevó a pensar que podía hacer algo "tipo Les Luthiers con las bases de los chascarrillos de las estudiantinas", pero de manera profesional. Y para materializar la idea, primero convocó a un guitarrista clásico y "a otro chavo, pero como que veía que no se interesaban mucho". Hasta que un año después de ese comienzo poco afortunado, Palacios recibió la invitación a un evento de comedia, "pero como no quise ir solo, invité a dos muchachos que tocaban bien, que no eran Erick y Chuy".
La llegada de Erick Ibarra (bajo y segunda voz) y Jesús Chuy Gallardo (acordeón y tercera voz) al proyecto ideado por Pedro sucedió no mucho tiempo después de que él se presentó en ese evento cómico. Y así, el 6 de febrero del 2009, comenzó el camino de la banda que tomó su nombre de un popular trabalenguas.
"Lo que tratamos de ir forjando en nuestro concepto es que se entienda que hacemos parodias, canciones originales humorísticas y también mezclamos stand up; una parte que me gusta mucho presumir, de lo que nos jactamos, es que nos gusta improvisar y hacer cosas personalizadas", señala sobre el enfoque de Los Tres Tristes Tigres.
Actualmente, a pesar de la pandemia, el proyecto vive un momento fructífero, pues además de que Pedro y compañía siguen tocando - montaron un show en línea que ha sido muy solicitado por particulares -, el vocalista resalta que nunca han enfrentado "un problema de
haters
como otros artistas", sino todo lo contrario,
"En correos nos han expresado cosas muy cañonas, de gente que ha salido del estrés, de depresión, incluso de medicamentos, gente que tomaba antidepresivos… cosas que sorprenden y se siente uno muy bien de dedicarse a esto. Esto es lo que nos hace seguir echándole ganas, porque sabemos que este tipo de trabajo es peculiar, es raro, porque lo que generamos son momentos que se acercan mucho a lo que la gente llama felicidad", agrega.
La música
Pedro tiene un opinión sobre el panorama nacional de la música humorística, enfocado en las parodias: "Siento que la gente no le pone tanto empeño en que la parodia quede tan bien, y digo esto porque me he topado con algunas que digo ‘Sí da risa’, pero siento que la menosprecian por el hecho de que es una música ya utilizada, no le dan esa seriedad. Al menor ahorita no conozco tantos artistas que hagan parodias así que digas ‘Está bien padre’".
Pero de los artistas que sí conoce y que no sólo se dedican a parodiar, recomienda a Andreas Zanetti, un "cantante, pianista y standupero que está en Querétaro que es lo más parecido a lo que hacemos nosotros que conozco".
Posteriormente, ante la pregunta de qué significa la música en su vida, Palacios piensa unos segundos y se descose: "La música para mí siempre ha sido la manera en que he podido expresar mis sentimientos, ha sido la manera en que he podido entender la vida. Lo digo porque, a través de canciones, he caído en cuenta de muchas cosas; a través de canciones he podido expresar algo que no podía. Y no digo de mis canciones, sino que he escuchado".
"La música en mi vida funge como una especie de cauce para las emociones, darles forma y apacientar los demonios que traemos. Siempre ha sido un elemento muy importante para poder vivir; si no me dedicara a la música, muy probablemente estaría no muy bien, porque me ha rescatado de malos pensamientos, malos sentimientos, de la soledad, de la pobreza. Y, sobre todo, de ese yo interno que a veces es rebelde y la música te dignifica, te da una personalidad. Lo más bonito de todo es que la gente la hace suya", agrega.
Por último, el artista que reconoce que, dentro de lo cómico - y de la vida en general -, no tolera a quienes se burlan de las personas, comparte 4 canciones que han rondado por su cabeza en los últimas semanas.
- “Dame un abrazo”, de Kelvis Ochoa
- “Contigo”, de Alejandro Sanz (Tributo a Joaquín Sabina)
- "A la orilla de la chimenea", de Serrat y Rozalén(Tributo a Joaquín Sabina)
- "Voz de corazones", de Álex Cuba
yhc