Hace tres años, Mario Iván Martínez prestó su voz para un documental sobre el célebre pintor Vincent Van Gogh, y desde entonces quedó tan cautivado por el mítico personaje, que literalmente se dedicó a seguir sus pasos.
Luego de recorrer Francia, Bélgica y Holanda, visitando los sitios que habitó el artista, y de leer cientos de páginas biográficas sobre el genio neerlandés, Martínez pudo reconstruir varios pasajes desconocidos sobre la vida de éste, que hoy retrata en la puesta en escena Vincent, girasoles contra el mundo.
“Es un personaje fascinante que primero quiso ser predicador, luego vendedor de arte y que a pesar de los años, sigue siendo un referente para todos los artistas (...) Es la historia de un hombre que en vida únicamente pudo vender un cuadro, que murió en la pobreza pero que fue totalmente adelantado a su época”, expresó el actor.
“Quise hurgar, insistir en los encuentros con su colega Paul Gauguin, pero también resaltar la figura de una mujer escritora, feminista, que fue Johanna Bonger, cuñada de Vincent y heredera de su obra pictórica, a quien le debemos conocerlo pues, tras la muerte de él, se queda con 899 pinturas que nadie quiere, pero que ella advierte que podrían ser su billete a la salvación y a la sobrevivencia”, agregó.
Un nuevo reto
Sobre el reto de estrenarse como dramaturgo en un proyecto tan complejo, el actor asegura que fue difícil, pero está muy satisfecho con el resultado. “Quise someterme, a partir de esto, a un proceso de creación literaria y hemos desembocado en un texto profundo para explicar la vida de Van Gogh, más allá de la nota roja, plasmar sus necesidades afectivas, sus mujeres y los episodios que nutrieron su pintura, como cuando sintió la necesidad de ir a la zona más pobre de Bélgica y quedarse ahí (...) Me inspiré en muchas biografías, en las cartas escritas a su hermano que se conservan y también en datos que recoge el libro La viuda de los Van Gogh, del argentino Camilo Sánchez; tuve que nutrirme a través de todas esas fuentes para dar vida a un gran personaje y a la vez, retarme como actor, como escritor y como productor”.
Otro reto que Martínez enfrentó fue el diseño del vestuario, mismo que fue confeccionado con minuciosidad durante dos meses y podría considerarse un actor más sobre el escenario. “Desde muy joven he sido un apasionado de la historia de la indumentaria y, al ser éste un proyecto tan personal, era imposible imaginar que no participara de la concepción de cada diseño; desde que comencé a planear esta obra, se puede decir que tenía en mente el tipo de vestuario que cada personaje requería, así que hice los bocetos, busqué las telas y mandamos a confeccionarlos con verdaderos profesionales que sienten pasión por su profesión, como nosotros”.
Vincent, girasoles contra el mundo se presenta todos los lunes a las 20:30 horas en el teatro del Centro Cultural Helénico; el montaje fue dirigido por la maestra Luly Rede (Diario de un loco), y en ella participan también Fernando Memije y Paola Comadurán, quien interpreta todos los papeles femeninos.
“Tal cantidad de información era imposible de resumir, pero al final quedó un texto muy sólido. Toda su historia nos resulta fascinante y nos conmueve hasta la médula”, concluyó.
Entre amigos
Ayer estrenó Vincent. Girasoles contra el mundo con Héctor Bonilla e Ignacio López Tarso como padrinos de honor. “De Mario Iván espero lo mejor, es un gran actor consumado, ha dado ya muchas muestras de su talento, de su constancia. Su caracterización la he visto en fotografías y es muy buena; pero hay que ver su caracterización por dentro, donde trabaja muy bien”, dijo López Tarso.