Matthew Perry: El caso de la reina de la ketamina

The New York Times

Un año después de la muerte del actor, Jasveen Sangha está en la cárcel a la espera de juicio por haberle vendido el anestésico que lo mató.

El actor estadunidense falleció el 28 de octubre del año pasado a causa del consumo de ketamina. Michelle Groskopf/ The New York Times
Matt Stevens
The New York Times /

Unas semanas después de que descubrieran a Matthew Perry flotando boca abajo en un jacuzzi, la mujer que según la acusación suministró la ketamina que mató al actor se encontraba tomando el té de la tarde en un hotel de cinco estrellas de Japón y haciéndose selfis en el espejo mientras modelaba un kimono. Varios meses después, publicó momentos destacados de un viaje a México, donde disfrutó de caviar en el aeropuerto, sentada junto a la piscina en la playa y admirando una bebida dentro de un coco.

A la mujer, Jasveen Sangha, le gustaba compartir en redes sociales imágenes de una vida glamorosa, en las que se codeaba con famosos y viajaba por todo el mundo, a España, China y Dubái.

Pero su hogar era un edificio de mediana altura para aspirantes a la clase alta en North Hollywood, un espacio sin glamur en una parte de la ciudad sin nada especial. Allí, según los fiscales, Sangha fabricó, almacenó y distribuyó drogas ilegales durante al menos cinco años, incluidas las relacionadas con las muertes de Perry y otro hombre.

En marzo pasado, cuando las autoridades federales registraron el departamento donde Sangha vivía en un cuarto piso, dijeron que habían encontrado cocaína, 79 ampolletas de ketamina y 1.3 kilos de pastillas color naranja que contenían metanfetamina. Los fiscales destacaron en documentos judiciales que sus clientes la conocían como “la reina de la ketamina”.

“Dado el volumen de droga que vendía la acusada, es probable que haya más víctimas”, escribieron en los documentos judiciales.

Sangha fue detenida inicialmente en marzo por cargos de drogas y puesta en libertad bajo fianza; en agosto, los fiscales federales presentaron una nueva denuncia en la que la acusaban a ella y a otras cuatro personas de haber desempeñado un papel en la muerte de Perry. Un juez revocó su libertad bajo fianza, alegando que existía riesgo de fuga y que representaba un peligro para la comunidad, y la envió a la cárcel a la espera de juicio.

Dos meses después, su nombre seguía apareciendo en un timbre de North Hollywood. El revestimiento de madera de la puerta de su departamento se encontraba agrietado, prácticamente ausente, dejando al descubierto una cerradura rota.

Una mañana reciente, entre semana, una persona de la limpieza se encontraba sobre un banco, ocupada en fregar los armarios del estéril departamento que, según los fiscales, durante años había sido un “almacén”.

El actor estadunidense falleció el 28 de octubre del año pasado a causa del consumo de ketamina. Michelle Groskopf/ The New York Times

Parte del jet set

Perry murió el 28 de octubre de 2023 a causa de “efectos agudos de la ketamina“, un potente anestésico que se ha hecho cada vez más popular como terapia para la depresión y que también se utiliza como droga recreativa. El actor, conocido por su papel de Chandler Bing en la comedia Friends de la década de 1990, había escrito abiertamente sobre sus luchas contra la adicción en unas memorias.

Sangha, de 41 años, se ha declarado inocente de los cargos relacionados con la sobredosis de Perry, incluida la distribución de ketamina con resultado de muerte, y está previsto que sea juzgada en marzo; si es declarada culpable de todos los cargos, enfrentaría una pena de entre 10 años y cadena perpetua.

Un portavoz de la fiscalía de EU declinó hacer comentarios. Cuando se anunciaron los cargos, Martin Estrada, fiscal en California, dijo en un comunicado: “Los traficantes de drogas que venden sustancias peligrosas están jugando con la vida de otras personas por codicia”.
En una entrevista con el programa Today emitida el lunes, Suzanne Morrison, madre de Perry, dijo que estaba “emocionada” de que hubiera personas acusadas, incluyendo a Sangha. El padrastro de Perry, Keith Morrison, expresó su acuerdo.
“Lo que espero, y creo que también lo esperan los organismos implicados, es que aquellos que se han dedicado a suministrar a personas las drogas que las matarán, ahora estén sobre aviso —dijo Morrison—. No importa cuáles sean tus credenciales profesionales. Vas a caer, amigo”.

Mark Geragos, abogado cuyo despacho lleva el caso de Sangha, no quiso hacer comentarios. Pero en agosto, en una entrevista con News Nation, cuestionó cómo podían estar seguras las autoridades de conocer el origen de la ketamina que mató a Perry: “Que sea una tragedia no significa que sea criminal”, afirmó.

Desempleo y lujos

Sangha se graduó de una escuela de Calabasas, un barrio acomodado de Los Ángeles, en 2001, antes de licenciarse en ciencias sociales por la Universidad de California, campus Irvine, y obtener una maestría en administración de empresas por la Escuela Internacional de Negocios Hult de Londres.

En una cuenta de Instagram, Sangha se promocionaba como curadora de arte y eventos, y como una persona del jet set que solía alternar entre Londres y Los Ángeles. Reforzó esa imagen con fotos y videos de piscinas, fiestas de baile y cenas elegantes por todo el mundo, apareciendo con Charlie Sheen, DJ Khaled y Perla Hudson, ex esposa del guitarrista Slash.

(Los representantes de Sheen y DJ Khaled no respondieron a una solicitud de comentarios. Los intentos de contactar con Hudson fueron infructuosos).

Cuando Sangha cumplió 40 años el año pasado, lo celebró con un vestido de plumas rosa pálido y un sombrero vaquero a juego, según los videos que publicó en internet. En la fiesta, celebrada en el salón Kiss Kiss Bang Bang de un hotel boutique de Los Ángeles, una bola de discoteca que giraba sobre la cabeza emitía luces rosa intenso. Los cómodos asientos vibraban con la música mientras unos recipientes plateados esperaban hielo y champán.

Los fiscales afirman que no está claro cómo Sangha financiaba su estilo de vida —dicen que en varios momentos condujo un Range Rover y un BMW— y que, al parecer, estaba sin empleo al menos desde 2019. Antes de eso, había estado involucrada durante un tiempo con el salón de uñas Stiletto Nail Bar de Studio City, un barrio de lujo del valle de San Fernando, según los registros del negocio.

Cuando Sangha fue detenida en marzo acusada de tráfico de drogas, su madre, Nilem Sangha, consiguió la fianza de 100 mil dólares para su puesta en libertad, según los registros judiciales.

Nilem Sangha no respondió a las peticiones de comentarios, y varios intentos de contactar con otros miembros de la familia de Jasveen Sangha por teléfono y en persona fueron infructuosos. Una mujer que contestó en un número que figuraba en los registros judiciales de Sangha se negó a hacer comentarios.

Aún se desconoce mucho sobre Sangha, aparte de lo que ha presentado públicamente en internet. En su retrato de fin de curso, en el anuario de la Calabasas High School, aparece con una expresión inescrutable, no muy distinta a la de la Mona Lisa. La cita que lo acompaña dice: “No es lo que dicen de ti, es lo que susurran”.

El edificio de North Hollywood donde, según los fiscales, Sangha fabricó, almacenó y distribuyó drogas durante más de cinco años. Morgan Lieberman

Receta mortal

Perry no fue la única persona que murió tras comprar ketamina a Sangha, según alegan los fiscales en la acusación. Los documentos judiciales dicen que Cody McLaury murió de sobredosis poco después de que Sangha le vendiera ketamina en agosto de 2019.

A pesar de saber de la muerte de McLaury, según los fiscales, Sangha siguió distribuyendo drogas ilegales desde su departamento durante los cinco años siguientes.

Sangha se enteró del interés de Perry por la ketamina a través de un conocido que estaba en contacto con el asistente personal del actor y se ofreció a enviarle una muestra, señalan los documentos judiciales. Trató de proyectar un aire de exclusividad, calificando su suministro de “increíble” y diciéndole a su conocido, Erik Fleming: “Toma una y pruébala, tengo más si le gusta”.

Dos días después de la oferta, según la fiscalía, Sangha envió al actor una muestra de ketamina en una ampolleta de cristal sin etiquetar con un tapón azul. La fiscalía afirma que Fleming y el ayudante de Perry, Kenneth Iwamasa, actuaron como intermediarios. Al día siguiente, Iwamasa compró 25 ampolletas en nombre de Perry, según la acusación; cuando compró otras 25 dos semanas después, Sangha añadió también algunas paletas de ketamina.

Uno de esas 50 ampolletas contenía la ketamina que mató a Perry, según la acusación.

Tanto Fleming como Iwamasa se han declarado culpables de cargos penales. Cuando Sangha se enteró de la muerte del actor a través de las noticias, se apresuró a destruir las pruebas de su implicación, según dijeron los fiscales en los documentos judiciales. “Borra todos nuestros mensajes”, le dijo a Fleming.

Ese nivel de cautela pareció disiparse en los meses siguientes, dicen los fiscales.

En julio, no mucho antes de ser detenida en relación con la muerte de Perry, Sangha publicó en redes sociales una foto de una pulsera con varios colgantes de hongos y el mensaje: “Sacando las viejas golosinas de raver #ravetothegrave” (en el rave hasta la tumba).

Los fiscales escribieron posteriormente en un documento judicial que la publicación parecía indicar que Sangha iba a “persistir en su estilo de vida de drogas hasta la muerte”, y que la etiqueta #ravetothegrave era “una elección de palabras insensible, teniendo en cuenta que sus acciones han enviado a dos víctimas a sus propias muertes”. 

c.2024 The New York Times Company

Kitty Bennett colaboró con la investigación.


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