Maya y los tres. Netflix apoya travesía animada

En mitología se piensa en Grecia o Escandinavia, pero el mexicano Jorge R. Gutiérrez lo cambia todo

El director se inspiró en una visita que realizó cuando era niño al Museo de Antropología de su natal Ciudad de México. Especial
Ciudad de México /

Platicar con Jorge R. Gutiérrez es ser inmediatamente contagiado por una sonrisa que te invita a su travesía creativa y emocional. M2 tiene la primera entrevista a escala mundial de Maya y los tres, de Netflix, que no solo honra a nuestras mujeres sino a lo más hermoso de la mitología mesoamericana. Así fue la primera de la que seguramente serán muchas conversaciones con el también creador de El libro de la vida, que en su momento (y antes que Disney) desarrolló un hermoso homenaje al Día de Muertos, para que el mundo pueda comprender nuestras tradiciones más hermosas a través de la animación. Ahora con Maya la apuesta es enorme y la emoción de Jorge, aún más.

¿Cuántos años toma llevar a cabo un sueño como el de Maya y los tres, Jorge?

Pues tres años ya desde que inició el proyecto, pero desde niño. Soy originario de Cuidad de México y nació en un viaje al Museo Nacional de Antropología. Yo ya era fanático de los dragones y los caballeros y todas las películas de fantasía y por primera vez vi todo lo de los aztecas, los mayas y los olmecas y me cayó el veinte. Me dije: “Nosotros también tenemos caballeros y guerreros y magos y dragones. Pero son diferentes”.

 

¿Y como llevaste esto a la actualidad?

Pues llegué a Netflix, ya con el proyecto de El libro de la vida en mi haber y me dijeron: “píchanos el proyecto que crees que no podrías hacer en ningún otro estudio”, y empezaron a temblar las tumbas de mis ancestros. Sin visa cruzaron la frontera y piché la historia de Maya y sobre todo una historia inspirada en las mujeres de mi vida, porque hasta ahora todos mis protagonistas habían sido hombres. Pensé que quería hacerle una carta de amor a las verdaderas guerreras mexicanas que en mi vida han sido mi mamá, mi hermana y, sobre todo, mi esposa. Toda mujer mexicana es luchona.  

 

 Ya sabemos entonces quién es Maya, ¿pero quienes son los tres?

Los tres son guerreros que ella va a encontrar en el camino que recorre, porque tiene que juntar a estos reinos de los dioses oscuros, y los tres son los guerreros de los que ella va a encontrar en el camino, no es lo que todo mundo espera. La serie es un evento animado. Haz de cuenta que es una película de cuatro horas y media en capítulos de 30 minutos. Y a los que le gustó El libro de la vida y El tigre, les va a gustar mucho. Es el mismo universo.  


Será un retrato hermoso y diferente a como se suele retratar nuestra cultura. ¿Esa fue parte de la magia para ti?

Mira, yo siempre he dicho que soy un niño de México, porque mi abuela era de Puebla, otro de Jalisco, Michoacán, mi mamá de CdMx, mi papá de Tijuana. Así que siempre digo:,”Soy un niño de México”. Y cuando me salgo de México lo romantizo y quiero presumirle eso a todo el mundo. Me cortas y de un lado me sale tequila, del otro guacamole y la bandera me sale por atrás.

 

¿Qué nos puedes contar del estilo de animación? Solo hemos visto un asomo y se ve completamente diferente...

Híjole, la hicimos durante covid, así que cada uno desde su propia casa, como pudimos en todo el mundo. La mayoría en Canadá, pero hubo gente de todos lados. Como solo estábamos detrás de una computadora, el hecho de que Maya tuviera que encontrar gente para triunfar se volvió aún más especial.

 

El arte juega un papel muy importante en Maya...

Por supuesto, en los museos lo que más me impresionaba eran los muralistas. Tamayo, Diego Rivera, González Camarena, Siqueiros, cada uno interpretaba la misma canción en un momento diferente. Pero las raíces eran las mismas. Dije: “Si ellos pueden hacer eso, yo también y será como creador”, me superinspiro en ellos y hago mi propia versión.


  • Susana Moscatel
  • 25 años de periodista y conductora de entretenimiento. Ha publicado tres libros, traducido 18 obras y transmitido el Oscar y el Tony, entre muchos otros. Escribe de lunes a viernes su columna Estado fallido.

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