Esta tarde Verónica Castro reaparecerá en la televisión como jurado vía el programa Pequeños gigantes que, dice, aceptó motivada por el cariño que siente por los pequeños producido por los momentos que le ha “regalado” su nieta Rafaela, y porque en Televisa le presentaron una oferta más concreta (en tiempos y fechas), que la que le hicieron en Televisión Azteca, donde querían que participara en el reality La voz.
Entusiasmada, pues, por el reto que le espera, ya que dice que por más que pasen los años y la experiencia aumente, “nunca se acaba de aprender y siempre corres el riesgo de equivocarte”; la actriz se da tiempo para compartir a M2 que ella ignoraba el talento de su hijo Cristian, quien la sorprendió cuando El Gallito Feliz empezó a tomar vuelo en el mundo de la música.
¿Por qué aceptó la propuesta de ser parte de Pequeños gigantes?
Porque se me hace padre la idea, se me hace cómoda, o sea no siento que me lleve mucho tiempo o que tenga que estudiar y prepararme; aunque sí estoy muy consciente de lo que hago, porque lo que menos quiero es lastimar a una criatura, entonces tengo que tener mucho tacto a la hora de emitir mi juicio. Pero realmente acepté porque me divierto mucho con los niños.
¿Su nieta tuvo que ver algo a la hora de aceptar la propuesta?
Pues sí, de alguna forma, porque la convivencia que tengo con ella es muy padre, me divierto mucho; entonces ahora estando con tantos pequeños seguro la voy a pasar bien.
Que además tienen mucha energía y la contagian, ¿no?
Sí, y te tienes que poner las pilas porque una abuelita sin pilas no sirve para nada.
¿Es una abuelita consentidora?
Pues hasta donde puedo sí.
¿Esta experiencia que está por iniciar le remite a su infancia?
No, para nada. Lo que me gusta es estar presente y ser parte de lo que va a ser el talento a futuro. Me gustaría saber si alguno de los niños que va a estar en el reality va a ser artista, una estrella, un actor, un supercantante, en fin, sí me gustaría ser parte de eso y saber que estuvieron en un programa como este para poder saltar a la fama.
Obviamente también tienen que tener una preparación toda su vida, eso es lo que yo les puedo recomendar, porque mucha gente entra a trabajar y no está preparada por eso no llegan muy lejos. Y para triunfar tienes que tener bases muy firmes. Yo insisto en que en todo te tienes que preparar, estudiar”.
¿Se ha acordado de la infancia de sus pequeños?
Pues ni quiero recordar lo de Cristian, sí fue muy chistoso, raro e increíble, porque de repente volteas y dices: ‘Bueno, mi hijo que no me dejaba escucharlo cantar, y tiene un vocerrón’. Y si se preparó con un máster de ópera y la voz le dio hasta arribota, bueno pues me siento muy feliz, pero al mismo tiempo fue como decir: ‘¿Con quién estaba viviendo?’ Cantaba divino y no me dejaba oírlo y yo ni me enteraba.
Usted ha vivido muchas etapas, la vida ha evolucionando y con ella las formas, y como efecto de esa evolución se ha perdido el misticismo que tenían los artistas...
Exacto, creo en la actualidad se debe mucho a las redes sociales, porque a cada rato los artistas suben sus fotos hasta encuerados, entonces como que se termina el encanto, esa curiosidad que tiene la gente por ver a un artista, pues los tienen de cualquier manera, en cualquier momento. Entonces si se equivocan muchas veces, nos equivocamos, yo también me puedo llegar a equivocar muchas veces.
¿Fue sorpresa “El Gallito Feliz”?
Claro que fue sorpresa y muy grande y sería sorpresa también que me encontrara otro Gallito Feliz en este programa.
¿Pidió algo especial para darle el sí al productor Rubén Galindo al invitarla a estar en Pequeños gigantes?
Solo le pedí que no me deje la tarea de decidir quién se queda en el reality, porque no puedo, es muy difícil, sería incapaz de lastimar a una criatura, para mí es muy fuerte, pero ya con el apoyo de mis compañeros (Miguel Bosé, Albertano y Karol Sevilla) será menos complicado darle la noticia a los pequeños.