Vanessa Ponce de León, ganadora de Miss Mundo 2018 en la isla china de Hainan, llegó a la Ciudad de México para ofrecer una conferencia en la que habló de su emoción y su orgullo por representar a nuestro país en el certamen de belleza y haber obtenido la corona.
Destacó que cualquiera de las participantes que quedara como finalista, merecía coronarse por la belleza interna y externa de cada una de ellas.
“Todas estaban en su máximo, nosotras no somos nadie para decidir quien quedaba pero claro que todas se lo merecían; viví con ellas por un mes y en ese momento del certamen, hubo un set de jueces que decidieron quien era la indicada”.
“Están buscando algo en específico y eso cambia con los años, es un camino difícil porque pararte ahí no es tan fácil; me siento muy contenta y orgullosa de lo que ha pasado”, dijo Vanessa durante la conferencia realizada en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Además de ser la acreedora de la corona número 68 de Miss Mundo, es también profesionista, es directora de un centro de rehabilitación para mujeres llamado Migrantes en el Camino.
Mantiene un proyecto llamado Na Vili para ayudar a las comunidades indígenas en México y se enfoca especialmente en niños.
“Todavía no me ha caído bien el veinte de que ya estoy aquí, somos un equipo que está muy organizado para hacer que México brille, incluso con el proyecto en México, se hará un cambio a largo a plazo, este proyecto es el alma de cada una de las participantes; es un camino largo”.
“Hace tres años llegué a la Escuela de Integración Indígena , traté de ayudar en lo que podía, útiles, juguetes, lo que puedes hacer es dar lo mejor de ti para que la cosas mejores, no puedes cambiar tal vez el mundo entero, pero con que dejes una parte de ti, ayuda mucho”, destacó también la ganadora de Miss México.
ES