“El artista tiene una misión en su existencia”, sentencia Adán Jodorowsky desde una habitación de su casa donde la conversación, vía Zoom, comenzó en relación a su más reciente disco, The Fool, pero desembocó en el sentido del creativo ante el mundo actual.
“Ser artista es aportar algo al mundo, no solo crear para sí mismo o estar alimentando un ego”, comenta el artista, nacido en Francia un 29 de octubre de 1979.
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A sus 43 años, el integrante de una familia efervescente, que en el poeta y cineasta Alejandro Jodorowsky tiene a su patriarca, dice que muchos “artistas quieren ser inmortales, para eso hacen arte, pero nada más lejos que eso".
"¿El planeta explota y a dónde va esa energía? Cuando contribuyes para el planeta, esa energía se va en el espacio y genera algo en los átomos, tal vez el átomo se hace más bello”.
The Fool, lanzado el pasado abril, está inspirado en una carta del tarot y marca el regreso de Adanowsky, “un personaje que está más conectado a mi persona”, explica el músico, y luego resalta que la esencia de su material “no es la locura, es la exploración”.
“The Fool es alguien que parte al mundo al descubrir su esencia”, señala sobre el cumulo sonoro de 11 piezas entre las que destacan Chain Reactionary, colaboración con Beck - y con Michel Gondry en la realización del video -, y When the angel comes, junto a Karen O, vocalista de los Yeah Yeah Yeahs.
Y 'cuando el ángel viene', ¿en qué piensa Adán? "Diría que el ángel es la consciencia que tenemos adentro de uno, que nos acompaña, no lo veo como algo exterior. Es cuando me ilumino".
El arquetipo contrario, el diablo, le resulta igual de vital porque "no podemos vivir solo de luz, sería mentirnos a nosotros mismos. Por algo hay la noche y por algo hay el día; si hubiera solo Sol en la tierra, se secaría todo, se necesita la noche. Entonces, el diablo se podría definir como una desconexión de sí mismo".
El también actor reconoce que decir que se siente bien artísticamente seria falaz, pues aunque "estoy contento de algunas cosas que hice, no todas", siente que "puedo llegar a otro lugar, simplemente es difícil porque se necesita tiempo y experiencia".
"Pero poco a poco exploro nuevas cosas, ninguno de mis discos es igual, siempre cambia, es otro estilo musical, otro ambiente; ahora estoy buscando otros horizontes, tal vez romper con la estructura de una canción", detalla.
Esta constante búsqueda creativa lo tiene a punto de lanzar otro disco (16 de junio), ahora con la banda The Guapos, donde comparte ideas y sonidos con Jay de la Cueva, El David Aguilar y Leiva.
"¡Son encuentros! Cuando me llevo bien con la gente, que veo que tienen talento, me inspira y me dan ganas de colaborar", así resume el génesis de este proyecto que durante junio y julio ofrecerá algunas presentaciones en España.
Sobre el éxito, la soledad y el consumo musical
Crear, para Adán Jodorowsky, es “deshacerse de todos los miedos”, por eso su mente es un volcán que desde su primera banda, los punkis The Hellboys – a los que se integró con 16 años –, emana sonidos.
De la inspiración, dice que la encuentra en sus andanzas; en lo que vive, conoce, teme y, sobre todo, ama, como su hijo de 6 años, que “obviamente me inspira siempre, pero creo que el disco que más representa mi paternidad es Esencia solar”.
También destaca su entendimiento de la soledad, no como un concepto, sino como una neurosis, "porque no estamos solos, estamos rodeados de estrellas, de arboles, de cantos de pájaros. La soledad no existe, es una ilusión”.
Y del éxito: “También es una ilusión porque ya ganamos, ya estamos vivos todos, es un milagro. La gente dice ‘No soy exitoso’, pero estás vivo, tienes ojos, oídos, nariz, puedes comer, estar explorando esta realidad. El recibir premios y todo eso es puro ego, y a uno le gusta ser alabado por el ego”.
Entonces, surge la duda de cómo es la relación de Jodorowsky con el ego: “¡No vivo como él! Como diría mi padre ‘Domo al ego’, porque no se puede eliminar”.
En este 'toma y daca' de ideas, la última tiene que ver con su opinión sobre el consumo musical actual: “Para los artistas es difícil porque no se gana tanto dinero como antes; antes sacabas una canción, la escuchaba un millón de personas y eras millonario; ahora la escucha un millón de personas y ganas 4 mil dólares. Hay que encontrar el oficio en otras partes, en los shows, en la producción. Todavía la economía del consumo en la música no está bien equilibrada con el trabajo que representa para nosotros (los músicos)”.
“Un día va a llegar una plataforma que va a hundir a Spotify, me imagino, porque los músicos van a poder ganar dinero y los oyentes van a poder escuchar apoyando a los artistas, simplemente es que ahora no hay otra opción, por eso están ahí. Yo gano 0.10 centavos por escucha, o menos... ¡Es una barbaridad!”, concluye.
hc