"Tocar frente al público me limpia espiritualmente": Antonio Sánchez

“Estoy en una etapa de mi vida en que quiero reencontrarme más con los músicos de mi país”, dice el baterista que recientemente realizó una residencia artística en el Cenart

Antonio Sánchez tocó la batería en el Cenart | Especial
México /

En 2002, en conferencia de prensa, el guitarrista Pat Metheny se refirió al baterista de su grupo, Antonio Sánchez, en los siguientes términos: “Es maravilloso subir con él al escenario cada noche porque sé que va a tener la misma actitud que yo, es decir, tocar como si fuera la última vez en nuestra vida. Para mí es fundamental esa cualidad, esa pasión, ese deseo de hacer música que tenga impacto hacia dentro de uno mismo”.

De entonces a la fecha, el crecimiento del músico mexicano ha sido meteórico. Además de desarrollar una impresionante carrera como baterista de grandes líderes del jazz, como Metheny, Chick Corea y Gary Burton, ha destacado al frente de su grupo Migration con una discografía que apunta en diversas direcciones, por no mencionar su exitoso soundtrack con la batería como protagonista en la película Birdman, de Alejandro González Iñárritu, el cual mereció un premio Grammy.

El músico que reside en Nueva York desde hace varios años no pierde contacto con México. A principios de mes encabezó una residencia artística en el Centro Nacional de las Artes, organizada por DeQuinta Producciones, con el apoyo de Fundación BBVA, la Escuela Superior de Música del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y Fomento Educacional A.C. En ella participaron también Thana Alexa (voz), Miguel Zenón (saxofón), Adam Rogers (guitarra), Kenny Werner (piano) y Scott Colley (contrabajo).

El baterista dice en entrevista que la residencia sobrepasó todas sus expectativas, pues por el covid se había pospuesto en dos ocasiones. “La organización, los estudiantes, los maestros, el staff, todo mundo puso 200 por ciento de sí mismos y salió increíble. Participaron alrededor de 80 alumnos de casi todos los estados y algunos extranjeros”.

¿Cuál es el propósito de esta residencia que será anual?

Lo que busco es que los alumnos y los músicos que asisten para aprender de los maestros, que en este caso vinieron de Nueva York, tengan una idea de en qué nivel están globalmente, porque creo que en México nos comparamos con nosotros mismos. Lo que quiero es que tengan más puntos de referencia a nivel internacional, que se den cuenta de qué es lo que les falta y que es lo que hacen muy bien. Sobre todo, quiero inspirarlos y hacerles ver lo talentosos que son y todas las posibilidades que tienen como individuos que tocan instrumentos o cantan. Quería que fuera como una escuela de música y que en cuatro días tuviéramos unos cursos superintensivos. Quedé muy impactado y emocionado por la energía que mostraron los alumnos desde el principio.

¿Qué te sorprendió de ellos?

El talento. En México siempre me sorprende el talento. Lo que pasa es que he estado un poco desconectado de lo que se está haciendo aquí porque vivo en Estados Unidos y me la paso haciendo mis cosas. Sin embargo, siento que estoy en una etapa de mi vida en que quiero reencontrarme más con los músicos de mi país, con mis colegas, con mis compatriotas y tener más intercambio. Sé de muchos músicos muy buenos que conozco de vista o de nombre, pero ahora, después de esta semana, al tratarlos todos los días durante horas, alcanzamos otro nivel de comunicación.

Amor a la canción

Luego de Lines in the Sand (Sunnyside, 2019), disco dedicado a explorar historias de migrantes, Antonio Sánchez prepara un álbum que define como sui géneris, el cual estará dedicado a canciones de músicos que admira.

El baterista creció escuchando canciones de grupos como The Beatles, The Rolling Stones, Led Zeppelin o The Who, a los que destaca por sus grandes canciones. “Es lo que siempre he escuchado, incluso más que jazz, es parte de mi historia. Ahora inclusive siendo músico de jazz me la paso escuchando grupos y artistas que usan la voz como instrumento principal y se me antojaba mucho hacer un proyecto así, pero yo no compongo canciones —al menos no todavía—. Así que se me antojó pedirles a diferentes artistas que me regalaran una canción con su voz y me dejaran transformarla a mi manera con mis instintos de rock, pop, jazz y todo por lo que he pasado en mi vida artística”.

¿Quiénes colaboraron?

Tuve la respuesta de músicos que nunca pensé que iban a aceptar tan fácilmente brindarme un tema. La primera fue una cantante extraordinaria de Veracruz, Silvana Estrada. Luego le pedí un tema a Lila Downs, otro a los guitarristas mexicanos Ana y Gabriela y otro a Ana Tijoux, de Chile. De Estados Unidos y otros países solicité canciones a Trent Reznor de Nine Inch Nails, Dave Matthews, Meshell Ndegeocello, Kimbra y también mi esposa, Thana Alexa.

¿Qué hiciste con las canciones?

Me mandaron la voz prácticamente desnuda y yo construía todo mi universo alrededor de ella, lo que ha sido lo interesante del proyecto, porque además toco todos los instrumentos. Ha sido un proyecto ultra divertido ponerme a reimaginar todas estas canciones a las que les estoy dando un toque muy diferente porque la voz y la batería son los instrumentos principales, pero sin solos de batería en todo el disco. Quiero que sea algo completamente accesible para cualquier persona y hasta ahora los resultados han sido buenísimos. Aunque el disco va a tener un título especial, va a llevar como subtítulo Bad Hombre, volumen 2, porque en los proyectos de Bad Hombre yo soy el que toca todos los instrumentos, hace la producción y la mezcla.

El disco sale el año que viene y cuando se hagan las presentaciones en vivo, Thana será la encargada de interpretar a todos estos increíbles cantantes a su manera. Espero que, cuando podamos tocarlo en México, pueda tener a varios de los invitados presentes.

Regreso a los escenarios

Sánchez ha tocado como integrante de numerosos grupos, actividad que le ha permitido interpretar la música de sus ídolos. “Eso siempre ha sido increíble, pero ya dejé de hacerlo. Realmente con el único que he estado tocando ha sido con Pat Metheny. Desde hace varios años me he estado concentrando en mis propios proyectos, donde a veces tengo músicos invitados. Así ocurrió en la gira que acabamos de hacer por Europa que era bajo mi nombre, pero con músicos que son líderes de sus propias agrupaciones, lo que le llamaríamos All Stars. También está mi grupo, Migration, y este proyecto de canciones. Me he estado concentrando en mis propios proyectos y ya no en hacer tantas colaboraciones”.

Tú sales mucho de gira, ¿cómo viviste la pandemia?

La pandemia fue muy difícil porque no podías salir a ningún lado, y aunque tenías todo el tiempo del mundo para crear, no tenías ningún tipo de estímulo que te ayudara a crear más que la pantalla de la computadora. Por eso ahora que medio estamos saliendo el haber tenido la convivencia con estos estudiantes en México me hizo salir totalmente renovado y espero que ellos también.

¿Cómo fue tu sensación de la gira por Europa?

Regresar a los escenarios fue increíble: poder volver a tocar con mis amigos, presentarme ante el público, sentir esa energía. Para mí tocar enfrente de la gente es como una especie de meditación, es una actividad que me absorbe 200 por ciento. Mientras lo estoy haciendo no tengo tiempo para ver el teléfono o la computadora. Me limpia espiritualmente cada que lo hago y eso lo había extrañado muchísimo durante la pandemia”.

¿Y el público?

Siento que la gente lo había extrañado también, esa comunión entre artista y público que es tan sagrada y que no habíamos podido tener durante año y medio. Volver a sentir eso fue muy inspirador.

Estás a punto de cumplir 50 años, ¿piensas en algún tipo de celebración?

Creo que voy a estar de gira, así que mi cumpleaños, dependiendo de dónde estemos y qué estemos haciendo, ya lo celebraremos. ¡Qué mejor celebración que estar tocando, sobre todo en estos tiempos!

Y además

Vivir en Nueva York

Antonio Sánchez dice que aunque Nueva York es una ciudad difícil, le inspira mucho vivir allá. “Cuando vengo a México siempre me sorprendo de lo buena onda que es la gente aquí. En Nueva York cada quien está luchando tanto por su sobrevivencia, así que se vuelve una ciudad hostil. Cuando llegas a vivir como estudiante, tienes que compartir habitación un buen rato, pero si estás joven esas cosas no te importan. La cantidad de propuestas artísticas que allí ocurren, con gente de todo el mundo que tiene la meta de mejorar y hacer cosas interesantes, te llenan de energía creativa. Eso me ha hecho hacer cosas interesantes durante tanto tiempo, pues la competencia muchas veces es motivadora. Allá están los mejores músicos del mundo, los mejores artistas del mundo, o por lo menos están de paso por un buen rato. Si los pintores tenían que ir a París, los músicos tienen que ir a Nueva York, eso te deja una energía que puedes seguir utilizando durante años para seguir creando”.

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  • Xavier Quirarte
  • xavierquirartenuevo@gmail.com
  • Es autor de Ensayos de jazz y literatura (Editorial Doble A), es coautor de Por amor al sax y John Coltrane. Periodista especializado en jazz, rock y música contemporánea, sus textos han aparecido en los periódicos El Nacional, La Crónica y Milenio, y en revistas como Casa del Tiempo, Rock y Pop, Sólo Jazz & Blues, Círculo Mixup, La Mosca en la Pared, Cine Premier, Dos Filos, Sacbé y otras

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