Circo, maroma, teatro y música fueron los ingredientes principales de los que Ricardo Arjona se valió para ofrecer el primer concierto de su gira Circo soledad en la Ciudad de México anoche en el Auditorio Nacional.
El guatemalteco reunió a 10 mil asistentes luciendo playeras con frases de sus canciones, gorras y llaveros con su imagen llenaron de melancolía, energía y hasta protesta el recinto.
La primera canción fue “Circo soledad”, que sonó a las 20:45 horas, acto que se acompañó de payasos que tocaban violines y trompetas, aún sin que Arjona se hiciera presente. De una cabina que emulaba una jaula en color rojo ascendió el anfitrión mientras daba voz a “Ella”, al finalizar el tema lanzó un “Los quiero” a modo de saludo, mientras el público respondía eufóricamente con gritos, sin dejar de cantar la siguiente melodía, “Señorita”.
“México, qué ganas de volver, desde que empecé mi carrera en este mismo cielo, que es el de ustedes, me quedó esta irremediable necesidad de volver, vamos a celebrar lo vivos que queremos estar; esta noche estoy para lo que a ustedes les dé la gana”, dijo para luego cantarle a un maniquí “Acompáñame a estar solo”.
El anfitrión se dio tiempo para compartir anécdotas y chistes con su público entre canción y canción, enfundado en una gabardina negra, pantalón oscuro y el pelo amarrado en una coleta; fue la presentación para cantar los temas nuevos como “Hasta que la muerte los separe” y “El que olvida”, sin omitir sus éxitos como “Desnuda”.
“Lo que hubiera dado hace años cuando vine por primera vez a este hermoso país porque alguien me diera la mano, ¿dónde estabas tú cuando vine en esa época?”, dijo mientras tomaba y besaba la mano de una de sus seguidoras de primera fila.
Luces rojas en su mayoría, contrastadas con delicadas series en color blanco que formaban una carpa y acompañado de bailarines, nueve músicos, una corista, dos bailarines e instrumentos de cuerda y viento, fueron los elementos de los que Ricardo se acompañó para interpretar sus clásicos como “¿Quién diría?” y “Realmente no estoy tan solo”.
“Historia de taxi” la cantó en un triciclo lleno de globos, el clásico tema, con arreglos caribeños que renovaron los acordes de la canción, mientras al fondo del escenario un acróbata realizaba giros dentro de un aro circense.
La melancolía llegó hasta su circo con “Apnea” y “Remiendo al corazón”, temas en que las cálidas luces hicieron pausa y dieron paso a tonos fríos como azul, morado y verde. En ellos toco el piano y se acompañó de una bailarina aérea. Al cierre de esta edición el show seguía con “Te quiero” y “Si el norte fuera el sur”, en el que adaptó una línea para decir “Y al carajo Donald Trump”, y los gritos de apoyo y euforia retumbaron en el foro.
Antes de finalizar el show Ricardo realizó un medley de las canciones "Cuando" y "Duele" e invitó a una de sus fanáticas que estaba hasta el segundo piso del Auditorio para cantarle "Señora de las cuatro décadas", quien llamó la atención del intérprete cuando pidió que iluminaran el segundo nivel y leyó un cartel que decía "Fuiste tú quién nos trajo hasta aquí" y que tras unos minutos llegó hasta el escenario en donde fue recibida con un beso y un abrazo por el cantante. "Teresa me encantó que bajaras desde allá, gracias y para ti y todas las señoras de cuatro décadas este tema".
La recta final del "acto circense" incluyó "Te conozco" y "Fuiste tú", canción que se ilustró con un carrusel proyectado en la pantalla central del escenario, "Nada es como tú" y "Mi primera vez", en versiones acústicas en las que el guatemalteco tocó la guitarra, mientras que "Pingüinos en la cama" y "¿Te acuerdas de mí?" y "Buenas noches don David", que de inicio fueron cantadas a capela por el intérprete, quien complaciente, entonó los temas para los seguidores que insistieron en la interpretación de sus temas de antaño.
El show culminó a las 22:50 con las canciones "Minutos", de su álbum Santo pecado, "Mujeres", un "Gracias México" y con la participación de sus músicos entre acrobacias, globos de colores, flores y un monociclo, que lograron que los espectadores se levantaran para bailar y brincar mientras cantaban.
"Yo me llamo, Ricardo, soy de Guatemala y me encantó estar aquí", enunció como despedida Arjona.
Sus pasos
- Ricardo Arjona repite esta noche y la de mañana su espectáculo en el Auditorio Nacional.- Antes de grabar su primer disco y mientras cursaba sus estudios universitarios, fue maestro de la escuela de primaria llamada Santa Elena III.
ES