Una de las partes más importantes de un show musical en la actualidad es el cuerpo de baile que hace que la canción se vuelva más atractiva para el público.
Justo esto es lo que nos comparte Astrid Chavira, una bailarina mexicana que ha formado parte del equipo de grandes artistas, incluso llegando a ser parte de programas de televisión como ¿Quién es la máscara?.
Por lo que habla con Milenio sobre cómo ha vivido todos sus procesos de preparación y cómo es la vida de una atleta de alto rendimiento.
Dejar su tierra para cumplir su sueño
Astrid Chavira, a primera vista, se podría describir como una persona alegre y risueña, quien tomó la decisión de dejar su natal Guadalajara para así llegar a la Ciudad de México con la motivación de ser parte de diversos proyectos.
“Al principio sufrí mucho del ‘síndrome del impostor’ y me comparaba con compañeras que tenían mucho más trabajo. Me costó estar presente y agradecer mis propios logros. Estar en el escenario y apreciar a la gente observándote me hace sentir muy afortunada. Más allá de la magnitud del evento, valoro la calidad humana de la gente con la que me ha tocado compartir”.
Asimismo, nos comparte cómo las bailarinas también son atletas de alto rendimiento que deben cuidar su alimentación y estar en una constante preparación física.
“Mi cuerpo necesita estar fuerte, no por estética, sino por rendimiento. Incluso en fechas navideñas, cuando la gente descansa, me enfoco en no dejar el gimnasio para mantener la condición. También practico yoga; mi cuerpo necesita estirar muchísimo. He aprendido que somos atletas, no solo bailarines, y es vital escuchar al cuerpo, comer bien y realizar descargas musculares”.
Agregando: “Además del entrenamiento físico, tomo y doy clases de baile para mantenerme en movimiento. También preparo la mente a través de la meditación para estar más presente en cada proyecto. No lo veo solo como preparación profesional, sino como una forma de tener calidad de vida y aprovechar mi cuerpo al máximo”.
El primer gran sueño cumplido
A pesar de ser parte de grandes giras y acompañar a artistas de la talla de Nodal o Cris MJ, para Astrid uno de sus mayores sueños logrados fue ser parte del programa ¿Quién es la máscara?.
“Nunca había hecho televisión y fue una experiencia impresionante. Los que hemos pasado por ahí decimos que, una vez que haces ese proyecto, puedes hacer cualquier cosa. Es un mes y medio de un ritmo frenético: te mandan la música dos días antes, montas coreografía, vas al foro, haces pruebas de vestuario y grabas sin parar”.
Afirma que el ser parte de un proyecto de televisión te da una gran preparación.
“Fue el proyecto que me hizo sentir que ya estaba en las ‘grandes ligas’ de la Ciudad de México. Te genera mucho ‘colmillo’ porque es muy retador; bailas con vestuarios que son prácticamente botargas, con máscaras, pelucas y accesorios pesados que dificultan el movimiento. Sentir que pude superar ese reto y hacerlo bien fue un desbloqueo muy bonito en mi carrera”.
El público sí nota a las bailarinas
En la actualidad y gracias a las redes sociales, hemos notado cómo muchos usuarios notan y muestran más el trabajo de los cuerpos de baile que acompañan a ciertos artistas, algo que para Astrid es algo que agradece.
“Es muy lindo cuando te das cuenta de que hay espectadores que también nos observan a nosotras. A veces encuentro clips en TikTok donde la gente comenta: ‘Qué padre el artista, ¿pero ya vieron a las bailarinas?’. Que aprecien lo que hacemos y nos sigan en redes para estar pendientes de nuestra carrera es algo que agradezco mucho. Incluso me escriben jóvenes que quieren bailar con artistas pidiéndome consejos; me encanta recomendarles estudios y motivarlos a prepararse”.
Pero no solo ha sido admirada, también nos confiesa que ha llegado a vivir estos momentos de fan, sobre todo cuando conoció a Anahí.
“Me pasó en La Máscara con Anahí. De niña yo era fan número uno de Rebelde. El año pasado ella entró como juez y sentí una nostalgia inexplicable al tenerla ahí. Tuvimos un número musical donde nos vistieron como los personajes de la serie y a mí me pusieron la peluca original de Roberta; no podía creer que eso fuera mi vida. Me sentí muy bendecida”.
Por último, manda un mensaje a sus seguidores, invitándolos a prepararse y seguir sus sueños, pero siempre confiando en el proceso.
“A veces nos enfocamos tanto en la meta o en el escenario que perdemos de vista el proceso, pero el proceso es incluso más bonito que el momento exacto en el que estás parada en la tarima. Disfruta la preparación, es lo más valioso”.