La Polla Records nació casi de casualidad y ha llegado a 2021 ocupando y abarcando tres generaciones. "No somos nada" es el título de uno de sus discos más emblemáticos y también de un documental sobre esta banda española de punk rock que se presenta este viernes en el 69 Festival de Cine de San Sebastián.
El filme, que abrirá la sección Zinemira, dedicada a las producciones del País Vasco, lo ha dirigido el hispano peruano Javier Corcuera, al frente de un equipo formado al completo por fans del grupo.
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Quien no sepa lo que hubo y hay detrás de La Polla Records lo podrá descubrir con esta película que Corcuera, autor de la premiada "La espalda del mundo" y otros reconocidos documentales, ha realizado "para todos los públicos".
"Para acercar al espectador a un fenómeno muy potente, a una banda que ha cruzado fronteras hasta sitios muy lejanos, un referente que inspiró a muchos grupos de América Latina y, lo más sorprendente, que ha pasado de una generación a otra", señala el cineasta a EFE.
Corcuera creció con el grupo y tuvo la suerte de conocer a su cantante y letrista, Evaristo Páramos, hace unos años. Entonces ya le propuso la posibilidad de rodar un documental, pero en ese momento la banda no existía, estaban separados.
Ellos le llamaron cuando se volvieron a reunir para la gira "Ni descanso ni paz", que iniciaron en 2019 para celebrar las cuatro décadas de una formación que acabó parando en 2003, un año después del fallecimiento a causa de un infarto cerebral de su batería, Fernando Murua, que era el que "empujaba" y "tenía a todos organizados". "El rey del ensayo", dice Evaristo.
El cantante y el bajo Abel Murua son los integrantes originales del grupo junto a Manolo García "Sume", aunque para la película sólo hablan los dos primeros porque el guitarrista nunca se ha sentido a gusto de colocarse ante una cámara.
En 1979, cuando nació la banda, ninguno de ellos tenía la más mínima idea de tocar un instrumento y, por no saber, no sabían ni siquiera el significado de la palabra "records" con la que se habían apellidado porque quedaba bien.
Eran cuatro jóvenes de un pueblo de Álava que vieron en el punk una oportunidad magnífica para saltar a la música pese a todas sus carencias.
"Lo potente fue cómo sin quererlo, de cintita en cintita pirateada, llegaron adonde llegaron, de Agurain al mundo", señala Corcuera, que recuerda también un factor que jugó a su favor en aquellos años 80 y al que Abel hace referencia en la película: "Como aquí no llegó la heroína, hicimos un disco cada dos años", dice.
Imágenes de los conciertos de la gira, que los ha llevado también a América Latina, donde jóvenes que no habían nacido cuando lo hizo el grupo corean sus canciones en las primeras filas, se combinan con las filmadas en el pueblo y también en la localidad guipuzcoana de Oñati, por donde Evaristo da largos paseos que simultanea con sus reflexiones.
"No fue un rodaje continuo. En otros documentales trabajo mucho más el guion. Aquí no teníamos esa posibilidad porque no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar en la gira. Hacíamos lo que podíamos e íbamos de vez en cuando a visitar a Evaristo y a Abel", explica el director.
"Las reflexiones de Evaristo cuando conversa son muy parecidas a lo que escribe", destaca el realizador, que opina que son precisamente las letras, "que siempre hablan desde abajo y apuntan a los de arriba", las que siguen atrayendo a "abuelos, padres e hijos" a los conciertos.
"Es la vigencia de las letras, la inteligencia de las letras, su humor tan afilado. Cada uno las hace suyas, las lleva a su generación. 'La Polla Records' perdurará porque no es una banda más", afirma Corcuera.
DAG