Bohemian Rhapsody es la obra maestra de Queen. Para la mayoría lo es en el rock en general y para muchos, la mejor composición musical del siglo pasado. Escrita por la brillante mente de Freddie Mercury, fue publicada en el clásico At Night at Opera de 1975.
Fue diseñada como una rapsodia, es decir, una obra compuesta de diferentes piezas musicales con estilos diversos como la balada, la ópera o el rock y que culminan con un vendaval artístico.
En la exitosa película homónima a la canción, lanzada en 2018, se relata (con sus singularidades) el complejo proceso de grabación para lograr todos los efectos de la obra maestra de Queen solo con las manos, mentes y talento de Mercury, John Deacon, Brian May y Roger Taylor.
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¿Qué significa la letra de la canción?
En una manera abierta, la canción relata la confesión de un asesinato y el enfrentamiento de un hombre con lo más profundo de su pensamiento. Otras las comparan con grandes obras como Fausto de Goethe de un hombre caído en desgracia que vende su alma al diablo.
Sin embargo desde los primeros años de su impacto en el público, pero sobre todo en la crítica, se analizó la posible relación de la letra con la apertura de Mercury ante su sexualidad, aunque sin saber si el “mama” es a su madre o a Mary, quien fuera su pareja sentimental durante siete años.
Pese a todo, Freddie nunca quiso revelar ante el público el trasfondo y motivo de la icónica composición, lo cual guarda el misticismo, su genialidad y la apertura a la interpretación. Sea cuál sea, la convierte en una de las más grandes obras de la música de todos los tiempos.
La letra de la Bohemian Rhapsody y una pequeña interpretación
La canción comienza con un coro con voces sobre producidas a las que les precede un piano:
¿Esto es la vida real?
¿Esto es solo fantasía?
Atrapado en un derrumbe
Sin escape de la realidad
¿Cuál es la realidad? ¿El crimen o el encierro en sí mismo?
Abre tus ojos
Mira al cielo y observa
Solo soy un pobre chico
No necesito compasión
Porque fácil vengo, fácil voy
Un poco arriba, un poco abajo
Donde quiera que sople el viento
De verdad, no me importa
No me importa
Luego aparece Freddie solo con un piano y una melodía que se queda para siempre:
Mamá, acabo de matar a un hombre
Puse una pistola en su cabeza
Apreté el gatillo, ahora está muerto
La reflexión hace pensar, además del crimen, que el músico en realidad hablaba de la figura social del ‘hombre Freddie’ para liberarse de esa etiqueta que recién había dado paso en su vida en ese periodo.
Mamá, la vida recién comenzaba
Pero ahora vine y tiré todo a la basura
¡Mamá! ¡Ooh!
No quería hacerte llorar
Si no estoy de vuelta a esta hora mañana
Sigue adelante, sigue adelante
Como si realmente nada importara
Muy tarde, mi hora ha llegado
Siento escalofríos por mi espalda
Mi cuerpo duele todo el tiempo
Adiós a todos
Me tengo que ir
Tengo que dejarlos atrás
Y enfrentar la verdad
¡Mamá! ¡Ooh!
(Donde quiera que sople el viento)
No quiero morir
A veces, deseo ni haber nacido
La letra habla de un fuerte conflicto, que en efecto pudiera ser el del proceso de un sentenciado, pero también de la aniquilación de una realidad sobre la cual vivía, es por ello que debe “enfrentar la verdad”.
Tras esta agónica y dramática sección, viene un primer solo de Brian May, considerado uno de los mejores solo de guitarra de la historia, el cual da pie a la obra operística, en el cual se detalla un conflicto con un ente sobrenatural
Veo una pequeña silueta de un hombre
¡Scaramouche! ¡Scaramouche!
Scaramouche significa bufón, en la cultura italiana: ¿una referencia a cómo se sentía en aquella época?
¿Bailarás el fandango?
Truenos y relámpagos
Me asustan muchísimo
¡Galileo! ¡Galileo!
¡Galileo! ¡Galileo!
¡Galileo, Fígaro!
¡Magnífico!
Solo soy un pobre chico y nadie me ama
(Es solo un pobre chico de una familia pobre)
(Perdónenle la vida, de esta monstruosidad)
Fácil vengo, fácil voy
¿Me dejarán ir?
¡En el nombre de Dios!
¡No, no te dejaremos ir!
(¡Déjenlo ir!)
¡En el nombre de Dios!
¡No te dejaremos ir!
(¡Déjenlo ir!)
¡En el nombre de Dios!
¡No te dejaremos ir!
(¡Déjenme ir!)
¡No te dejaremos ir!
(¡Déjenme ir!)
¡Nunca, nunca te dejaremos ir!
¡Nunca, nunca, nunca me dejarán ir!
¡No, no, no, no, no, no, no!
Oh, mamma mia, mamma mia!
Mamma mia, ¡déjame ir!
¡Belcebú tiene un diablo reservado para mí!
¡Para mí!
¡Para mí!
Esta sección relata un diálogo de conflicto, una sentencia sobre un hecho o una súplica para ser liberado, la cual es muy abierta en todos los sentidos. La siguiente parte es la de rock, la cual se volvió muy popular en la época de los noventas por la escena de El mundo según Wayne de Mike Mayers, de 1992.
La potente sección avalada por un poderoso riff de hard rock pone al escucha ante una actitud de liberación.
¿Crees que puedes apedrearme y escupirme en el ojo?
¿Crees que puedes amarme y dejarme morir?
¡Ay, amor!
¡No me puedes hacer esto, amor!
Solo tengo que salir
¡Solo tengo que salir de aquí!
¿Qué crees que significa la canción?
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