Tras ocho años de que se hizo la solicitud, el bolero fue inscrito por la Unesco como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad; si bien surgió en Cuba, tuvo su gran auge y proyección en nuestro país, a través de las creaciones de grandes compositores como Agustín Lara, Vicente Garrido, Álvaro Carrillo, Emma Elena Valdelamar, por mencionar algunos.
“El bolero nació en Cuba, y tiene como antecedente la danza habanera; de ahí pasó a Yucatán, donde se dice que se hicieron los más bellos boleros”, dijo Martín Urieta, presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), al celebrar con sus homólogos la noticia que se difundió el pasado 5 de diciembre, respecto al nombramiento que se dio al preciado género musical.
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“Hubo un bolero, de Armando Villarreal, que sonó desde el Suchiate hasta la frontera norte, fue el primero que trascendió y decía: ´Conocí a una linda morenita y la quise mucho…´. La determinación de la Unesco se dio a conocer en el continente africano, para la nación caribeña donde nació, como para la nuestra, representa un importante reconocimiento a este género tan popular”, añadió el líder de los compositores.
“El secreto de un bolero es saberlo decir”
Álvaro Carrillo Alarcón, quien heredó de su padre la pasión por la música y en especial por el bolero, compartió a MILENIO: “Yo formé parte del comité que impulsó el nombramiento, nos da mucho gusto que después de ocho años que estuvimos en esa búsqueda se haya logrado”.
Y coincide con Urieta: “México lo difundió a nivel internacional a través del cine, la radio en esa época, sobre todo en la Segunda Guerra Mundial, por eso es un orgullo pensar que ese tipo de música nos representa”.
Al detallar el género es contundente: “El bolero trata del amor y desamor y tiene que contar una historia en dos minutos, por eso se vale de la metáfora, que son imágenes: decir mucho con pocas palabras. Ese es el arte del bolero, que además debe lograr un buen maridaje entre la letra y la melodía, que se distingue por su cadencia muy latinoamericana, caribeña en origen, y actualmente con toques de jazz y de música americana contemporánea”.
Sin embargo, para el también cantautor: “El secreto de un bolero es saberlo decir, hacer la pausa, el fraseo adecuado para enamorar al producir esa magia que tiene de hechizar corazones; nadie se enamora o trata de enamorar a alguien mejor que con un bolero. Por eso dicen que la distancia más corta entre dos corazones es un bolero”.
“Sabor a mí” es, a su parecer, el bolero que más identifica a su padre, el compositor oaxaqueño que también escribió “Se te olvida” y “La mentira” (como algunos la conocen), “Cancionero”, “Seguiré mi viaje”, “Un poco más”, “Orgullo” y “Amor mío”, que “fue la primera que le abrió las puertas a mi papá”.
Y comparte que el oaxaqueño “escribió 526 canciones, de esas 300 fueron grabadas y 61 son internacionales; se han grabado en varios países e idiomas, incluso hasta en algunas lenguas como maya, náhuatl zapoteco y mixteco”.
También destaca que “la magia” de su padre y los compositores de su generación, —años 40, 50 y 60— que hicieron el catálogo de oro, radica en que “escribían del corazón, porque tenían una necesidad de decir lo que tenían que decir, de sacar toda esa carga que llevaban de la vida: era su terapia. Ya después si les grababan o no era secundario, porque no escribían para ser ricos; los boleristas fueron gente que escribió directamente del corazón”.
Alarcón preserva la obra de su padre en cada una de sus presentaciones, en las que además ofrece un plus al compartir el contexto: “Es que todas las canciones tienen historia, una anécdota”. Y en la charla, como si estuviera arriba del escenario, comparte lo que hay detrás del éxito de “Sabor a mí”.
“Mi papá batalló mucho para que le grabaran esa canción, al principio se rehusaban algunos artistas porque pensaban que, por el tema, por la época, iba a ser censurada, porque dice: ´En la boca llevaras sabor a mí´, pero no. Los primeros que se atrevieron a grabarla fueron Los Panchos en Nueva York, y después mi papá la grabó aquí en México, en la RCA Víctor, y ya que vieron que no hubo censura empezaron a hacer más grabaciones”.
Sabor a mí tiene su registro en 1959, y a la fecha sigue siendo tan actual como cuando se escribió, porque “el bolero seguirá vigente, mientras haya un par de enamorados que estén interesados en seducirse”, concluyó el compositor.
“Hay que grabar boleros inéditos”
En México han sido infinidad de cantantes los que han adoptado el bolero para hacer carrera, desde el propio Agustín Lara, hasta Fernando Fernández, Armando Manzanero, Chamín Correa y Víctor Iturbe, El Pirulí. Desde hace casi cuatro décadas Carlos Cuevas se distingue por la lealtad que ha tenido al género, que lo ha llevado a ser reconocido con el apelativo que le puso Raúl Velasco: El rey del bolero.
“Raúl Velasco me dijo: ‘Si sigues por esta carrera, en tu género, y te llegas a consolidar como El rey del bolero, a lo mejor no llenas estadios, pero vas a tener agenda llena los 365 días del año´, y no me ha fallado desde hace 30”, dice Carlos al iniciar la entrevista con MILENIO.
El veracruzano comparte que su apego al bolero se origina en su infancia: “A mí me amamantaron con boleros: mi madre era fanática y me enseñó todo lo que sé del género. A los 16 años ya me sabía más de 600 y los acompañaba con mi guitarra”.
Para Carlos que el bolero sea reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad “es excelente, bien merecido”. Sobre todo porque esa distinción nos toca directamente, “en México ha habido importantísimos compositores del género como Agustín Lara, Gonzalo Curiel, Consuelo Velázquez y Vicente Garrido. Aquí fue el despegue del bolero a nivel mundial gracias las películas de la época de oro del cine nacional, con figuras como Pedro Vargas, Agustín Lara, Jorge Negrete y Pedro Infante; todo el cine de oro casi se basó en el bolero, por eso se dio a conocer tanto en el mundo”.
Aunque considera que “los que revolucionaron el bolero fueron Los Panchos, son los artistas más conocidos a nivel mundial dentro del bolero”.
En el camino de la música, Carlos ha compartido el escenario con los compositores e intérpretes más representativos del género, como Armando Manzanero, Chamín Correa, Los tres caballeros, Pepe Jara, Roberto Cantoral, “a los únicos que no conocí fue al maestro Álvaro Carrillo y a Agustín Lara”, dice.
Si bien grabó cóvers en sus inicios, con los que le fue muy bien, destaca que su despegue fue con un tema inédito, “Un bolero”, con el que triunfó en el festival OTI; por lo que considera que para que el género perdure se debe dar oportunidad a los nuevos creativos, entre los que citó “a Carlos Macías, Raúl Ornelas y Jaime Flores, quienes están haciendo cosas muy buenas”.
“Hay que grabar boleros inéditos para que los sigamos fomentando; nuestra obligación, al menos así lo veo yo, es grabar boleros contemporáneos, boleros que escriben los chavos”.
Que toda la chaviza retome el género
Jaime Flores y Raúl Ornelas, quienes hacen su carrera en solitario, tras su experiencia en el grupo Tres de copas, donde se acompañaban de Luis Carlos Monroy, son considerados como los actuales creadores del bolero. Acción que agradecen y que atribuyen a la influencia musical que tuvieron en su infancia.
“No soy uno de los boleristas más destacados, pero en Tres de copas notamos que nuestra influencia viene del bolero, porque es la primera música con la que tuvimos contacto cuando éramos niños por la influencia de nuestros papás”, dijo Jaime en la entrevista con MILENIO.
En el jardín de la sede de los compositores, Raúl secunda el comentario de su colega y va más allá, retomando el contexto del reconocimiento que se le ha hecho al bolero: “Es una bendición haber puesto el bolero en este enfoque, eso le va a hacer mucho bien a la música por todas las cosas que van a volver a pasar; significa volver a retomar las cuestiones de las letras hermosas, de fijarse mucho en el aspecto melódico”, como ellos lo hacían en Tres de Copas.
“En el grupo cada quien aportaba lo que sabía y sentía; el bolero siempre estuvo presente, por lo menos en la intención de hablar bien, correctamente, de usar un lenguaje adecuado y de ser románticos hasta el hueso. Ojalá que los jóvenes, que toda la chaviza, retome y reconozca el valor del género como antes”, compartió Jaime.
Raúl reconoció que “la música, al igual que la tecnología y la vida misma, tiene que evolucionar”, y se congratulan de que se le haya otorgado el reconocimiento al género musical “porque era algo que le debíamos al bolero todos los que estamos involucrados en la música”.