El escenario Doritos quedó en oscuridad y una ovación sonó en voz de quienes esperaba emocionados a Keane, cuya presentación se adelantó unos minutos; la emoción se sentía, el público esperaba el regreso de la banda británica y estaba listo para entregarlo todo.
Los acordes de "Disconnected" fueron los primeros en sonar, burbujas decoraron el escenario y la piel se enchinó; sin embargo, un problema con el micrófono opacó la voz del vocalista al final del tema, algo que no importó e incluso propició que sus fanáticos lo ayudaran a cantar.
"¿Me escuchan? Gracias por cantar la canción por mí, sonó bien (...) Hay muchas razones de regresar juntos, una es su gran ponch, queríamos verlos, son gente increíble; después de UK esté es el primer lugar que visitamos, teníamos que venir aquí", agradeció.
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En "Silenced by the night" las palmas acompañaron el ritmo de los instrumentos, la emoción subía con cada sencillo; en "Everybody's changing" gritos ahogados demostraron el entusiasmo, y en "Bend and Break" los cantos a viva voz resonaron.
"Qué ruido, es maravilloso. ¡Son increíbles!", mencionó el vocalista, mientras diversas mantas con la imagen se ondeaban en las primeras filas; así se olvidó el frío de la noche, pues además los brincos llegaron en "Is it any wonder?".
Más adelante pidieron a los espectadores cantar un "Oh, oh, oh, oh" y con gusto obedecieron. "Gracias, gracias a todos", señaló en español. Risas y lágrimas fue lo que provocó su regreso, en el que hicieron un recorrido musical por su trayectoria.
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