Aceptar el destino, frase sencilla, de tres palabras, pero que al llevar a la práctica implica un gran esfuerzo porque significa ceder las riendas. O como dice El David Aguilar, “aceptar la naturaleza del azar”.
David Aguilar Dorantes (Culiacán, 1983), compositor mexicano al que Jorge Drexler no deja de recomendar, presentó su nuevo disco, Compita del Destino, el pasado 26 de abril. Y a MILENIO le revela que una noche, buscando bautizar dicho cúmulo de canciones, se puso a escuchar Al capricho del viento, y le hizo sentido la parte donde canta: “Junto con la propia vida, y sin tierra prometida ya, soy compita del destino y por su voz me dejo devorar, me muevo”.
“En esa canción está contenido el espíritu de este álbum”, acentúa sobre esta obra conformada por 14 temas “muy variados” en sus recursos sonoros, que “fueron elegidos a votación entre 35 canciones por un equipo de 7 personas”.
- Te recomendamos Shirel: "Es una bendición hacer lo que uno ama en un mundo que no siempre es amable" Música
A diferencia de su material previo, Agendas Vencidas (2022) - donde mostró un enfoque más personal y folk, armado solo con su guitarra y voz -, para este disco David depositó mucha confianza en su equipo de trabajo.
"Veo con otros artistas que pelean todo lo que opinan, he visto gente que desea cumplir sus caprichos. Y está bien, pero soy poco combatiente en ese sentido".
Comparte un ejemplo: tras mandar el orden de las canciones para Compita del Destino y algunas modificaciones de los títulos, "algo pasó, se cometió un error y no se publicó como dije". Esto le provocó un ligero brote de ansiedad, pero de inmediato pensó: " "Suéltalo, no cambies nada".
"Y al final, me encantó hacerlo así; siempre trato de corresponder a ese concepto místico y esotérico de ser compita del destino".
Ante la duda de si cree en la suerte, el artista sinaloense responde afirmativamente porque no tiene problemas de salud, viene de una familia "que me trató bien" y ha contado con el apoyo para desarrollarse de manera creativa. Encima, "ahora puedo vivir de lo que hago, siempre he vivido inspirado".
"Mi mayor suerte es haber sido formado por un entorno que algo de bien tuvo que haber tenido; en mi casa me dieron herramientas, directa o indirectamente, para vivir. Esto de ser compa del destino lo traigo desde que era niño", afirma.
La música y su posibilidad de conectar
David dice que tal vez fue una canción de Ramón Ayala o de Vicente Fernández la que, siendo infante, despertó su gusto por eso que ahora concibe como "un domo mental en el que me arropo, me guarezco": la música.
"Desde el consumidor, la música es como una acompañante. Desde el creador, es una oportunidad maravillosa de estar entretenido y da la posibilidad de ofrecer una vertiente para sentir algo; lo que me mantiene con combustible es la posibilidad de establecer contacto y emocionar a otras personas", comparte.
A las plataformas de streaming y redes sociales que rigen canciones y discos con algoritmos, el multinominado al Grammy Latino las acusa de hacer que la música "se pierda dentro de un todo", porque "hicieron que no solamente fuera fácil de conseguir, sino que estuviera en todos lados".
"Ahora me toca estar en un tiempo donde la música es hermosa, es interminable, pero tiene que convivir con muchas otras cosas que inundan nuestro mundo".
Entonces, ¿la música de antes era mejor? David alude a su experiencia personal para contestar: "A lo mejor me pasé la primera década del 2000 escuchando una selección un poquito más para estudiar, pero me da la impresión que en esta década los proyectos están poniéndose experimentales, incluso los mainstream, por ejemplo: Kendrick Lamar es súper experimental y es mainstream".
"Ya no sé si tiene el valor novedoso en cuanto a su presentación, que quizá sí tuvo cuando recién se inventó la grabación: para escuchar discos se sentaban como alrededor de una fogata, era un ritual. Y me imagino que cuando la música no existía grabada, escucharla en vivo era de las cosas más fascinantes que había".
Prieta
David reconoce que, al exponer sus canciones, le interesa que el escucha se pregunte: ¿Qué es esto?
"Quiero que mis canciones seduzcan y es difícil conseguir eso".
Dentro de Compita del Destino, los temas que han generado varias reacciones y reinterpretaciones son Aliada y Prieta. "Han llamado la atención, me preguntan cosas sobre ellas".
La segunda es una composición que, en poco más de 3 minutos, aborda el racismo en México "con algo de luz, de baile, confrontación y análisis".
De la letra, que se explica por sí sola, David destaca la parte que dice: ‘Qué largo camino para venir a darme cuenta de que soy más del montón en la infinita gama de la melanina'.
"Durante mucho tiempo pensé que el color de mi piel no era el mejor, que me había tocado una mala suerte por tener un color moreno, pero ya no tengo ese pensamiento. Tengo el color que tengo, y ya", sentencia.
— Tras hablar de sonidos, ahora me gustaría saber cómo entiendes o vives el silencio.
— Estoy poco en silencio y darme cuenta de eso es fuerte. No sé cómo te vaya a ti, pero yo estoy en 'silencio' cuando voy a dormir pero tengo el ventilador prendido o a veces veo un programa... Como que ya no estaría acostumbrado a él.
—Y en un ejercicio imaginativo: de ponerle a tu música un cuerpo o un perfil humano, ¿cómo sería?
— Mi música sería como una persona nerd, curiosa, que sabe cosas; como un niño buscando en libros, preguntando, viajando y soñando.
hc