Edith Márquez dedica su voz a las mujeres

La intérprete hizo un repaso por sus grandes éxitos, en un Auditorio Nacional abarrotado y que se le entregó por completo.

Edith Márquez. (Alfonso Manzano)
Eduardo Gutiérrez Segura
Ciudad de México /

Con una emoción contagiosa, Edith Márquez se adueñó por séptima ocasión en su carrera del escenario del Auditorio Nacional, donde enamoró a 10 mil almas con su gira Contigo, que dedicó a las mujeres, a quienes les agradeció siempre ser cómplices, compañeras de su vida y contar con su apoyo en todo momento; para cada una ofreció con la potencia de su voz “En peligro de extinción”.

La fiesta musical de la ex Timbiriche que fue variada, porque incluyó balda, mariachi y pop, arrancó desde antes, con “Desvísteme”, “Tú me obligaste”, “Yo lo extraño a morir”, “Arrepentida” y “Dejémoslo así”, en la que aceptó que componer una canción es “como una operación a corazón abierto, cruenta, es enfrentar muchas emociones y perder el miedo a conectarlas con ustedes”.


“Me voy”, “No te preocupes por mí”, “Cenizas”, “Completamente blindada” y “Pero me fui” dieron forma a la primera parte del recital, que arrancó a las 20:40 horas, y en el que Márquez aprovechó cualquier oportunidad para agradecer a su equipo de músicos, con los que aceptó convive más que con su familia “por las giras”, y a todo su fiel público que no dejó de gritarle “¡Te amo!”.

Edith primero lució un sexy enterizo metálico, que aderezó con una larga cauda desmontable, pero luego, cuando sonó la música del mariachi cambió el look por otro body, pero confeccionado en piel, escote barco, bordados de plata en talle y pesada cauda en línea “A”. La fiesta mexicana arrancó con la combinación de “El viajero” y “Sabes una cosa”.

La música tradicional provocó un jubilo entre los presentes que se hizo palpable con los coros monumentales que acompañaron cada entonación de Edith como “Desaires”, “Soñé que te perdía”, “Amor de los dos”, para la que invitó al entarimado a Edwin Luna; “Como tu mujer”, “Volver, volver”, “El sinaloense”, pero la euforia total la provocó con un popurrí de Vicente Fernández.


“México, quiero decirles que nunca me imagine abrirle el concierto a uno de mis grandes ídolos y representante de nuestra música en el mundo, tengo la fortuna de conocerlo y aprenderle durante muchos años; este homenaje es para Vicente Fernández”, expresó antes de cerrar su tributo a la tradición vernácula con “México lindo y querido”, que recordó cantó en Rusia.

Tras un emotivo momento en el que el Coloso de Reforma se iluminó a totalidad con las luces de los celulares y cayó una “lluvia” de papelitos tricolores, la cantante ofreció su vertiente pop con “Contigo no”, en la que lució una blusa de seda plumbago, mangas globo, cuello chimenea, leggins a juego y botines. Siguió luego con “Aprende de mí”, “Cuando grita la piel” y “El último beso”.

A las 10:43 horas en lo alto de unas escalinatas apareció el segundo invitado de la noche, Kalimba, que unió su voz a la de Edith en “Latin Party”. Tras la sorpresa siguieron “Ese beso” y “Mi error, mi fantasía”, que marcó el encore, pero ante la insistencia generalizada, Márquez regresó para regalar “Aunque sea en otra vida” y “Mírame”, tras la que desapareció a las 23:05 horas.


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