La noche en la que Ciudad de México rindió un homenaje adelantado a una de las tradiciones más arraigadas en el país, el Día de Muertos, Ana Gabriel hace sentir y agradecer a los presentes en el Auditorio Nacional que aún tienen vida y voz para desgañitarla haciendo coro a las canciones tan representativas que ofrece la intérprete.
En el Coloso de Reforma la emoción es por partida doble, por un lado el aplaudir la fuerza interpretativa de Ana, por el otro, el buen sabor de boca que dejó hacer el recorrido para llegar al inmueble, todos comentan el paso “espectral” de las Catrinas por una de las avenidas más importante de CdMx.
Algunos incluso tienen en su rostro esa tinta negra y blanca con la que se emula a aquella que está encargada de robarse nuestro último aliento y que hace al alma mortal trascender; pero en el foro todos tienen tregua y pueden gozar del lenguaje más universal del ser humano: la música, y que en la voz peculiar de Ana Gabriel se antoja como un homenaje a vivir.
“Destino” arrancó con la velada en la que la anfitriona luce un vestido tipo columna, escote barco, mangas elefante, aderezado de vivos en plata; para continuar ofreció un popurrí con “Soledad”, “Es el amor quien llega” y “Como mar y arena”. La fiesta se pone cada vez mejor, luego de que sonaron “Ya es muy tarde”, “No entiendo” y “Mi talismán”.
Con la llegada del mariachi Nuestro México, prometió que “¡Vamos a seguir con las que duelen!” y alzó la voz con “Sin problemas”, “Cómo olvidar” y “A pesar de todo”. Más tarde puso a bailar con “Mariachi tambor” y luego el sentimiento a flor de piel con “Tú lo decidiste”. Antes reveló que alista un álbum en su totalidad de música banda.
Se espera que Ana Gabriel continúe con su derroche de talento en el marco de la gira Estamos a tiempo, con la que expresó que está “agradecida con la familia, Dios y mi familia, porque no sabía que escribir sola podría tocar tantos corazones, nunca dejaré de decirlo, existo gracias al público, que me apoya no sólo aquí, sino en Latinoamérica y España”.
LLG