Gloria Trevi volvió a demostrar que es profeta en su tierra al presentarse por segunda ocasión en el Domo Care, desatando la euforia entre sus miles de seguidores que, una vez más, se entregaron por completo a su energía y carisma.
Aunque apenas unas semanas atrás ya se había presentado en este mismo recinto, la cantante logró transformar la experiencia en algo completamente distinto. Su espectáculo fue camaleónico, adaptando cada momento al calor y la entrega del público regiomontano. En esta ocasión, la presencia de la comunidad LGBT+ fue notable, manifestándose con alegría, banderas multicolor y una vibra festiva que Trevi abrazó por completo.
Durante el show, la intérprete ondeó una bandera arcoíris y se dirigió directamente a quienes han cuestionado su cercanía con esta comunidad.
“Es muy difícil ser Gloria Trevi”, soltó en tono firme.
Bastaron esas palabras para encender los ánimos y provocar una de las ovaciones más fuertes de la noche.
Lejos de limitarse a cantar sus éxitos, Gloria se dejó querer por su gente. Brindó con sus fans, recibió flores, se tomó selfies e incluso salió del redondel para acercarse aún más al público. Ese contacto directo reafirmó la conexión única que mantiene con sus seguidores, quienes no dejaron de corear ni una sola canción.
“¡Muy bien para los que piden la paz en este mundo! ¡Y a este mundo ya le quedan unos minutos!”, expresó justo antes de interpretar “Cinco minutos”, uno de los temas más coreados de la velada.
En otro momento emotivo, señaló con entusiasmo: “A los 50 se comienza a vivir, y yo quiero comenzar a vivir. Por eso, mi Monterrey debe de entregarse por completo”, dijo justo antes de “Vestida de azúcar”.
El repertorio fue una montaña rusa de emociones. Desde temas que levantan el ánimo como “Me río de ti” y “Ábranse, perras”, hasta canciones cargadas de melancolía como “El favor de la soledad” y “No querías lastimarme”. También resonaron con fuerza “Dr. Psiquiatra”, “Con los ojos cerrados”, “Cinco minutos”, “Todos me miran” y, por supuesto, “Pelo suelto”, donde ofreció uno de los momentos más entrañables de la noche.
Para esta última, Gloria apareció caracterizada como en los años 90, con su icónico cabello alborotado. Durante la interpretación, bajó al redondel a bailar al escenario a tres niñas del público, así como a tres fans adultos. Entre ellos destacó Iván “Momo” Guzmán, conocido por su personaje de La Burrita Burrona, quien disfrutó del show desde primera fila.
Con múltiples cambios de vestuario llenos de brillo, sensualidad y colores vibrantes, Trevi se mostró provocadora, auténtica y con una energía arrolladora. Cada outfit fue una declaración de estilo y una extensión de su personalidad explosiva.
La cantante también incluyó clásicos como “El recuento de los daños”, “Inocente” y “Q.E.P.D.”, reafirmando su capacidad para conectar con distintas generaciones que han seguido su carrera desde los años noventa hasta hoy.
Con una producción impecable, luces que acompañaron cada emoción y una entrega absoluta sobre el escenario, Gloria Trevi volvió a conquistar Monterrey.
mrg