Desde muy pequeño tuvo el gusto por la música, teniendo contacto con ella en casa de sus abuelas materna y paterna en donde había una armónica y una guitarra, aunque a lo primero que se enfocó fue al deporte, llegando a ser seleccionado regional de básquetbol en su adolescencia.
Iván Black es originario de Francisco I. Madero, Coahuila, toca varios instrumentos, produce y es compositor, logrando que sus temas sean interpretados por reconocidos artistas como Julión Álvarez.
¿De dónde nace el gusto por la música?
Mi padre es trailero y al viajar con él escuchaba música todo el camino, cuando le tocaba ir a Guadalajara y Monterrey esperábamos en las central de abastos el viaje de regreso, entonces eran muchos días de escuchar música, ahí nació mi gusto por la música en inglés, Las Águilas, Santana, Ray Conniff, además de Juan Gabriel, Rocío Durcal, papá tenía un maletín lleno de cassettes.
¿A qué edad pides que te compren tu primer guitarra?
Tenía 13 años cuando pedí mi primer guitarra, la exigí porque ya me había metido a la rondalla en la escuela. Mi profesor Antonio Aguilar fue mi primer maestro de guitarra y él me enseñó a tocar los boleros, casi no se metía a la onda de rondallas, el bolero es muy buena escuela porque de pronto son canciones muy complicadas y de ahí le agarré el gusto a la guitarra de manera más completa.
¿Qué decides estudiar?
Dos años y medio estuve en la Facultad de Contaduría y Administración conocida como FCA, ahí estudié Administración de Empresas, y fue ahí donde tuve mis primeros conciertos, empezamos a organizar tocadas de rock.
En la FCA hay un auditorio que fue equipado con todos los instrumentos que te puedes imaginar, guitarra, batería, bajo, estaba increíble y ahí me involucré mucho más en la música, pero de forma organizacional.
Ahí organizamos tocadas conmemorando el 2 de octubre, el día de los Derechos Humanos. Al salir de clases me iba a los ensayos con la banda de rock, con la rondalla, me empezó apasionar de tal manera que a veces me tenía que quedar a dormir en el auditorio porque ya no había camiones para mi casa a Francisco I. Madero.
¿Sigues ahí con la música?
Hice mi primer grupo que se llamaba “Entes”, tuvimos nuestras tocadas, ya nos entrevistaban, nos iba muy bien, ya éramos conocidos, pero al día siguiente de una tocada, me avisan que mi papá tuvo un accidente muy fuerte y tuvimos que irnos a Saltillo porque ya lo daban por muerto, duró en coma en el área de terapia intensiva varios meses y ahí perdimos todo.
¿Pensaste en dejar la música?
Dejé todo, y este suceso me hizo reflexionar sobre lo que realmente quería, estaba estudiando Administración de Empresas, que sí me gustaba, pero la realidad es que mi pasión era y sigue siendo la música, me gustó mucho la onda de ver cómo se hacían las entrevistas, el ámbito reporteril, me llamó la atención estar en los medios, el cómo se movían las ruedas de prensa y la organización, y es cuando me decidí a estudiar Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias políticas y Sociales.
¿Cuándo empiezas a trabajar?
Tengo unos primos que tienen una orquesta y me dieron trabajo, no de músico sino de cargador, es decir, cargar bocinas, cables, tenían tocadas en los ejidos, en bodas, quinceañeras, ahí aprendí a montar un escenario, desde las bocinas, los cables y los instrumentos.
Poco después abren un bar y solicitaron personal y ahí me dije, que era el trabajo que requería para sacar dinero, pero siempre tenía la inquietud de tocar, de echar el palomazo.
¿Qué momentos difíciles has enfrentado en tu vida?
Mi mamá enfermó de cáncer, situación difícil de enfrentar, cuando esto pasa la familia estaba mejor económicamente hablando, porque mi papá y yo teníamos trabajo, pero la enfermedad de mamá se complicó y la lucha fue muy fuerte y muy larga. Duramos un rato con lo de mi mamá, hasta que se perdió la batalla y falleció.
En ese tiempo ya escribía canciones y cuando falleció mi madre dije, voy a comprar una guitarra y me voy a dedicar a tocar en los bares, empecé a buscar oportunidades, a tocar puertas, a veces me iba bien, otras no tanto ya que tocaba y no me pagaban.
Después surgió una oportunidad y me metí a una banda de rock y empecé a tocar en los antros.
¿Cuando muere tu mamá, hay algo que ella te haya pedido antes?
A ella le emocionaba verme cantar, y yo quería ser sólo guitarrista, ella me decía que también cantara, yo no sabía que tenía potencial cantando, en una ocasión me vio cantando en una feria de Madero cuando yo tenía como 16 años, pero no como me conocen ahora.
Creo que el legado más grande que nos dejó mamá fue el hacernos independientes y su consejo de estudiar una carrera.
De no haber sido músico ¿Qué hubieras querido ser?
Desde niño, me hubiera encantado ser bombero, me gusta ayudar a la gente de forma desinteresada.
Cuando estuve como reportero en Milenio Laguna, me tocó muchas veces estar en accidentes y ayudaba a los paramédicos a subir a los lesionados a la ambulancia y con ello alimenté un poco más ese sueño.
¿Tienes algún libro preferido?
He leído mucho, lo que más me gusta son las biografías, autores como la mayoría de mis amigos rockeros y hip- pies, en los buenos tiempos me aventé los libros de Carlos Castaneda “Las Enseñanzas de Don Juan”, “Viaje a Ixtlan”.
¿Qué libro te gusta más?
Las biografías como la de Mahatma Gandhi, Elvis presley.
¿Tienes algún ídolo?
Desde niño me encantó Michael Jackson y ahora que conozco más de su vida a pesar de las controversias y todo lo que puedan decir de él, siento que era un músico muy completo.
¿Tienes alguna meta?
Ahorita vivo mis sueños, vivo de lo que amo, lo que me gusta, pero sé que falta mucho camino por recorrer, una de mis metas es que artistas reconocidos graben mis canciones y que éstas sean de las más escuchadas, quiero que se conozca más mi música.
¿Quién te gustaría que grabara tus canciones?
Por supuesto Christian Nodal, aunque estoy consciente de que él escribe, pero igual sueño con que él me grabara algo country.
CALE