En los tiempos de lo extraño, el primer disco solista de Javier Blake que sale el 20 de abril, es un material que ejemplifica el crecimiento, tanto musical como temporal, del también vocalista de División Minúscula, pues atrás quedaron los años donde inspiraba sus canciones en patinetas, romances breves y esos sentimientos que afloran cuando uno está en el proceso que va de la adolescencia a la edad adulta.
Ahora, con una familia que lo cobija y todo su entorno dentro de esa etapa de madurez que implica hacerse cargo de sus propios destinos, el músico nacido en Matamoros, Tamaulipas, aunque no deja de escuchar el punk con el que creció, abraza su actualidad, donde encuentra mayor estabilidad emocional y un sentido más profundo de la amistad, sin dejar de lado los repentinos sobresaltos.
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“La idea era sacarlo a finales de 2020, sin embargo, por recomendaciones y cambios en la forma que se maneja la música hoy en día, optamos por sacar un par de sencillos más antes de liberar el disco. Me gusta la idea de darle más enfoque a ciertas canciones y después dejar que la gente pueda tener el consumo de larga duración”, dice sobre este material que constará de 10 canciones y saldrá en las próximas semanas.
El nombre de su primer larga duración en solitario suena acorde a los tiempos pandémicos que se viven, pero Blake señala que éste surgió antes de la llegada del virus a México: gracias a un escrito de uno de sus mejores amigos, Izzie Ramírez (Conspiración Alfa 5).
“Escuchando el disco en su totalidad, escuchaba en la primera canción un poema o una voz; es una canción que se llama "Reglas" y tiene este sonido muy teatral, muy cinematográfico. Al estar un poco saturado, quería hacer una colaboración o algo exterior; le digo a mi amigo Izzie y le pido si me escribe algo. Me manda una nota de voz y ahí viene el poema... Yo no daba con el nombre del disco y el poema termina con una frase que dice: 'En los tiempos de lo extraño, a corazón abierto'. Y eso me voló la cabeza. (…) Yo me caso mucho con la idea del título porque veo que me sitúa como un personaje dentro del viaje”.
Un personaje dentro de lo extraño
Para este material, no sólo el título sitúa a Javier como un personaje, sino también el proceso de composición de algunas canciones. Tal es el caso de “Austin”, para la cual creó “una historia externa a mí con ideas que me cuentan amigos, que me imagino; una historia que no precisamente habla de mí, pero la escribo como si fuese una película, te metes a los zapatos de la persona”.
Ese ejercicio creativo es por el que ha optado en los últimos años: no hacerlo tan personal, hacerlo de una manera exterior y luego profundizarlo.
“Creo que todos tenemos a esa persona que, a altas horas de la noche, cuando todo mundo está confesándose, habla de ese amor que pudo haber sido y no lo tuvo. Era una historia que me llamaba mucho la atención, de cómo la gente crea fantasías en su cabeza de cosas que pasaron hace mucho tiempo y lo toman como universos paralelos”, agrega.
Algo extraño para el músico también fue el desarrollo técnico del disco, pues no contó con sus amigos de banda - "La lluvia de ideas es más grande, los extrañé mucho en ese sentido" - y, junto al productor Pipe Ceballos (Zoé), fue haciendo canción por canción.
"Cada una es singular, tiene su propio sonido y universo en el que vive. 'Replica' fue la primera que llevé al estudio. Luego hubo canciones que batallamos un poco más por el simple gusto de buscar alternativas: diferentes tempos, ritmos, instrumentos; no porque a la canción le faltara algo, sino por el gusto de divertirnos en el estudio. Algo que fluyó muy libre, no forzamos nada", asegura.
El tiempo
Algo en lo que los seguidores de Javier coinciden es que su música crece con ellos; si bien para las épocas escolares tuvieron Extrañando casa (2001), 20 años después canciones como "Rompeolas" o "Girasol" empatan mejor con sus panoramas actuales.
El músico es consciente de esto: "Poder ir creciendo y ser consciente que la gente crece conmigo, eso me da confianza; no se vuelve algo forzado, no se vuelve alguien de 40 tratando de hacer un disco de 18".
"Me atrae más ser alguien a la par con mis fans, a ser esa persona que se quedó atrás. Me gusta que tengan ese Javier a lo largo de su vida: que ahorita puedan escuchar canciones de mi edad adulta y que de repente, cuando quieran recordar cosas, pongan discos de mí más joven", indica.
Y dado que el tiempo es un factor notorio en la música del también admirador de Gram Parsons, Jason Isbell y Dylan, es vital conocer su definición de este concepto:
"Mi percepción del tiempo es algo con lo que no me caso y siempre trato de mantenerme abierto. Conforme he ido creciendo, en lugar de amarrarme a cosas, me doy cuenta que todo es muy visceral, todo tiene formas de expresarse de diferente manera. Inclusive la música es uno de los factores que te hacen viajar en el tiempo".
"La teoría de que todo lo que hemos vivido sigue pasando en universos paralelos, es una idea muy difícil de abrazar, de pensarlo. Sin embargo, la música nos ayuda muchas veces a jugar con eso, a transportarnos en el tiempo, a ponerle cara a sentimientos. Me gusta que los sonidos te lleven a cierta época", agrega.
Por último, Javier realiza un par de ejercicios: lo que le diría a su yo de hace 20 años, ese que comenzaba a 'picar piedra' con su guitarra: "Toma más riesgos, rómpete el hocico más, no importa. No te aferres tanto, sigue tu corazón".
Y la forma en que quiere ser recordado cuando el tiempo haga efecto y ya no esté en el plano físico: "Quisiera que mi música se recordara como la de un artista honesto y transparente, multifacético, que nunca se quedó parado, que trató siempre de redescubrirse. Y por las personas cercanas a mí, como un buen amigo, un buen aliado en su vida, con una sonrisa, que dijeran ‘Era un buen tipo’".
Panoramas
Extrañando casaCon División se cumplen 20 años de Extrañando casa, entonces tenemos planes de poder hacer alguna conmemoración. Es un disco de adolescencia, de ingenuidad, de mucho color. Conforme pasa el tiempo y entramos en épocas tan raras, uno regresa y, como dice el dicho, ‘éramos felices y no lo sabíamos’.
Sonidos del momento
Últimamente lo que abunda mucho es la música que escucha mi hija; me encanta cómo va descubriendo la música y cómo le apasionan las cosas. A ella le gusta mucho lo hecho por mujeres: desde Mecano, Tegan & Sara, Paramore, cosas divertidas que también disfruto. Pero siempre hay cosas clásicas que suenan en la casa.
Pandemia
Este proceso de la pandemia me ha servido para dejar ir cosas que no necesito, cambiar cosas que no me gustan y adentrarme en cosas que me ayudan.
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yhc