Jim Morrison, 50 años sin el 'Rey Lagarto'

Edición Fin de Semana

“Me interesa todo lo que tenga que ver con insurrección, desorden, caos; a mí me parecen el camino hacia la libertad”, dijo en alguna ocasión el líder del grupo The Doors.

Se cumplen 50 años del fallecimiento de Jim Morrison | Braulio Montes
México /

Hoy, sábado 3 de julio, las multitudinarias visitas al cementerio Père Lachaise de París para rendir tributo al poeta y músico Jim Morrison, fallecido hace medio siglo en esa ciudad, podrían disminuir ante la pandemia (o aumentar ante el significativo aniversario). Siguiendo las enseñanzas de quien disfrutaba jugar con fuego, la obligada peregrinación de los seguidores del llorado líder de The Doors se podría pasar por el arco del triunfo las medidas sanitarias.

Morrison declaró en una ocasión: “Me interesa todo lo que tenga que ver con insurrección, desorden, caos, especialmente actividades que parecen no tener significado. A mí me parecen el camino hacia la libertad”.
El rockero que afirmó: “El futuro es incierto, pero el final siempre está cerca”, murió a los 27 años mientras trataba de controlar su vida de excesos con una estancia en París. Tres meses antes, escribe Lydia Hutchison, “había volado a Hollywood. Abotagado, barbado y sin controlar su ingestión de alcohol, el alguna vez esbelto Rey Lagarto se había convertido en una triste parodia de sí mismo. Durante las difíciles sesiones de grabación del disco final de The Doors, L.A. Woman, Morrison se engullía unas 36 cervezas al día. Su voz estaba fallando y luchaba con la escritura de sus canciones”. El final estaba cerca…

Puertas abiertas

“Sexo, muerte, carisma y una variante única de blues eléctrico les dieron a The Doors un aura de profundidad que no solo sobrevivió sino que ha crecido después de la muerte de Jim Morrison”, registraba The New Rolling Stone Encyclopedia of Rock & Roll, editada en 1995.

Con solo seis discos espléndidos que despliegan un arsenal de canciones que dejaban atrás el Verano del Amor, el grupo ocupa un lugar destacado en el Olimpo del rock y un culto que se mantiene hasta nuestros días, especialmente por su líder.

El encuentro en una playa de California en 1965 entre Morrison y el organista Ray Manzarek, ambos estudiantes de cine en la Universidad de California en Los Ángeles, es legendario: el primero lee su poema “Moonlight Drive” y el segundo le propone convertirlo en canción. Forman un grupo, al que luego se unirán el guitarrista Robbie Krieger y el baterista John Densmore. La banda prescindiría de bajista, función que Manzarek cumplía con los pedales del órgano, aunque en las sesiones de grabación participaron músicos de estudio.

El nombre del cuarteto fue sugerido por Morrison a partir del título del libro de Aldous Huxley Las puertas de la percepción, que relata sus experiencias con la mescalina. Huxley había tomado el título de una cita del libro El matrimonio del cielo y el infierno, de William Blake.

Comenzaron fogueándose en el Whisky-A-Go-Go con actuaciones alucinantes que, al calor de “The End” y su explícita letra edípica, terminaron por hartar a los dueños que los corrieron. Por fortuna, un demo llegó a manos de la compañía Elektra que lanzó su primer álbum en 1967: The Doors, que contiene el que sería su primer gran éxito: “Light My Fire”.

Nacía un grupo que, en palabras de Jim Palmer, “se oponía a la cadena de paz, amor y flores del solipsismo de los 60 con historias misteriosamente oscuras de muerte y trascendencia, y estáticos trastornos de los sentidos como los practicados por el poeta Rimbaud, cuya imaginería luminosa es una influencia evidente en canciones como ‘The Crystal Ship’ y ‘Moonlight Ride’”.

“Puedo hacer lo que sea”

En 1967 y 1968 grabaron Strange Days y Waiting for the Sun, álbumes que se convirtieron en éxitos inmediatos. En este último apareció por primera vez el alter ego de Morrison, el Rey Lagarto, en un poema incluido en la funda del álbum y en la letra de la canción “Not to Touch the Earth”, en la que afirma: “Soy el Rey Lagarto, puedo hacer lo que sea”.

El soberano hacía lo que quería, ya fuera bajo el influjo del alcohol, las drogas, el deseo de despertar las conciencias o su identificación con el grupo experimental The Living Theatre. En 1967 fue arrestado por obscenidad pública en un concierto en New Haven, y en 1968 por conducta indecorosa en un vuelo hacia Phoenix. Al año siguiente fue detenido en Miami, acusado de comportamiento lascivo al exponer sus partes privadas y por simular masturbación y copulación oral.

En 1969, al tiempo que aparecía The Soft Parade, publicó su libro de poemas The Lords and the New Creatures, y realizó colaboraciones fuera del grupo, como la escritura de un guion con el poeta Michael McClure y la dirección de la película A Feast of Friends.

Su último disco con The Doors fue L.A. Woman, grabado el año de su muerte en unas sesiones caóticas. Aunque no tuvo tanto éxito como sus álbumes anteriores, críticos como Richie Unterberger y David Quantick lo consideran uno de los mejores porque retornaba a sus raíces en el blues, estilo que habían ya anunciado en Morrison Hotel, editado en 1970.

Después, se fue a París con su esposa. En su obituario para la revista Rolling Stone, Ben Fong-Torres escribió: “Jim Morrison, un hombre que cantó, escribió y bebió duro como cantante de los Doors, ha muerto –en paz– a los 27 años. Su muerte, a pesar de (o debido a) esfuerzos estratégicos de su esposa Pamela y sus amigos, estuvo envuelta de misterio. Murió en la madrugada el sábado 3 de julio, pero fue el 9 de julio, dos días después de que fue enterrado en un cementerio de París, que su agente dejó correr la voz a la prensa estadunidense”.

Lydia Hutchinson escribe que el cantante se había inyectado heroína en un club nocturno y en su departamento se sintió mal e incluso vomitó un poco de sangre, pero no permitió que su esposa llamara a un médico. Prefirió meterse a la bañera mientras Pamela se quedaba dormida. A las seis de la mañana su esposa lo encontró muerto. La causa oficial de muerte fue infarto, si bien no se realizó autopsia porque no era requerido por las leyes francesas.

Jerry Hopkins y Daniel Sugerman proponen en Nadie sale vivo de aquí, una de las primeras biografías de Morrison, que podría haber sido asesinado. También afirman que una amiga del músico “relata que Jim murió cuando alguien le sacó los ojos con un puñal, para liberar su alma”, o que “murió debido a los hechizos de una bruja”. Y, por supuesto, hay quien dicen que todavía vive como un mendigo en Nueva York…

Los autores concluyen: “Murió por abusar de sí mismo, y el resto es solo averiguar el calibre de la pistola metafórica con que se apuntaba a la cabeza”.

Si algo no murió es su espíritu contestatario y su legado, pues como escribió Juan Villoro: “El mayor cambio cultural sufrido por el rock es que ya nadie le exige que sea joven. Las novedades que circulan por internet provienen de diversas épocas. En esa cripta Jim Morrison cada vez canta mejor”. 

y además

Obras escogidas

El mes pasado, la editorial HarperCollins publicó The Collected Works of Jim Morrison: Poetry, Journals, Transcripts and Lyrics. Con casi 600 páginas, el libro reúne casi toda la obra poética del cantante, las letras de sus canciones y textos inéditos descubiertos en 28 cuadernos de notas. Como epílogo aparece un poema inédito, “As I Look Back”, reflexión autobiográfica en la que habla desde su infancia hasta su vida con The Doors y sus anhelos más allá de la música.

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  • Xavier Quirarte
  • xavierquirartenuevo@gmail.com
  • Es autor de Ensayos de jazz y literatura (Editorial Doble A), es coautor de Por amor al sax y John Coltrane. Periodista especializado en jazz, rock y música contemporánea, sus textos han aparecido en los periódicos El Nacional, La Crónica y Milenio, y en revistas como Casa del Tiempo, Rock y Pop, Sólo Jazz & Blues, Círculo Mixup, La Mosca en la Pared, Cine Premier, Dos Filos, Sacbé y otras

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