Tras toda una vida cantando a la libertad, a la amistad y al amor, el compositor catalán Joan Manuel Serrat se despide de los escenarios en México, con un último concierto esta noche, en el Zócalo capitalino, en el corazón de este país que le trató “como un mexicano más”. Con la certeza de que su futuro es ya escaso, el cantautor y poeta afirma que en adelante será avaro con su tiempo, pero de ninguna manera se despide de la vida.
¿Cómo está Joan Manuel?
JMS: Encantado de la vida de estar en México, siempre feliz de estar aquí, con tantos amigos y con tanto recuerdo.
¿Cómo va la gira de despedida, nos vimos en mayo, iba arrancando y ya estamos en octubre. Será que entre más grandes, pasa el tiempo más rápido?
JMS: El tiempo va a su paso. No tenemos una buena noción de lo que es el tiempo y de lo que representa el valor del tiempo, inalcanzable el valor del tiempo que se escapa constantemente y quizá no lo tratamos en general, con el amor, el respeto y la seriedad que se merece en el mejor sentido de la palabra.
¿Cómo se ha sentido en la gira?
JMS: Muy querido, muy apapachado, muy emocionado constantemente y tratando de ir sobreviviendo a este empuje de emociones con la mayor dignidad posible.
Despedida es una palabra fuerte
JMS: Me estoy alejando, me estoy desplazando de alguna manera del oficio de cantor, del escenario, pero no me despido de vivir, ni me despido de inventar algo, ni me despido de responderle a la vida con la entrega que se merece.
¿Va al zócalo de la Ciudad de México, al corazón de la Ciudad de México, este viernes por la noche, que le provoca está presentación?
JMS: Mucha inquietud, sé que me caerá encima una emoción fortísima y que esté show, siendo maravilloso hay que responder como te decía antes, de una manera digna y divertida, porque es una fiesta de despedida, pero una fiesta a fin de cuentas, no quiero un funeral, quiero una fiesta, y estamos en el ámbito más hermoso que se pueda estar en México, que es el Zócalo del Distrito Federal.
¿Ve diferente presentarse en el Zócalo, un último concierto público, siente diferente México?
JMS: Me gustaría decir que lo vivo con este sentimiento de dualidad, qué sobre todas y cada una de las cosas con que la gente lo percibe también; me gustaría percibirlo como un mexicano más, porque a fin de cuentas, a mí se me trató en muchas cosas y en muchos momentos de mi vida como un mexicano más, pero realmente respondería aquí que, trato de verlo, procurando salvar el optimismo de todo el desengaño y de toda la tristeza que uno palpa constantemente alrededor. Yo no puedo decirle que soy una persona que ve alrededor y se siente optimista por lo que ocurre en lo absoluta, pero frente al desencanto de la realidad hay que ponerle adelante la fuerza del optimismo.
¿Qué ve?
JMS: Procuro ver, no procuro no ver, hay cosas que me placen y cosas que me desesperan, normalmente las que hacen los hombres son las que me desesperan.
¿Cómo ve a México hoy?
JMS: No voy a entrar a ser un juicio del que estoy cada día siendo testigo, no lo veo desde fuera, por lo tanto no quiero entrar en el tópico, típico; lo veo mucho más allá de lo que cuenta la televisión, de lo que dicen los periódicos, de lo que constantemente están lanzando los mensajes, trato de verlo un poco más allá de lo que en general me quieren enseñar.
¿Se prohíbe la nostalgia, porque, a partir de ahora todo es futuro?
JMS: Esto es básico, esto es elemental, desde que hemos empezado, hemos empezado a comernos el futuro y ya se ha convertido en pasado.
Serrat, el sobreviviente de cáncer, sobreviviente del franquismo, ¿qué reflexiona hoy?
JMS: Yo al cáncer sobreviví porque tuve la suerte de tener buenos médicos, de que pudieron detectar mis pesares y mis males con tiempo, que me lo hayan podido de tratar en buenas condiciones, cosa que es un privilegio en el mundo que vivimos y también la suerte de tener quién alrededor mío para compartir los dolores y para empujar el carro conmigo, eso ha sido importante.
El franquismo fue una época dolorosa para la generación anterior a la mía y varias generaciones anteriores que tuvieron que sufrir una guerra, una persecución, el crimen, la cárcel, el exilio y aunque por más que haya podido tener una parte de acogida, siempre el exilio tiene esta parte dolorosa que es la injusticia de alguien que no puede vivir donde quiere vivir, en su tierra.
¿A partir de ahora todo es futuro, usted pueda terminar esta gira a los 79 años?
JMS: No los habré cumplido todavía, (cumplo) el 27 (de diciembre) y acabo el 23.
Todo es hipótesis porque no podemos estar nosotros asegurando nuestro futuro, nuestro futuro está en manos de la casualidad, de la suerte, de la fe de cada uno, y cada uno con su experiencia lo colocaran donde quiera, pero que el futuro está en nuestras manos es mentira, el futuro está en todo lo que nos rodea y de cualquier bárbaro que esté alrededor nuestro y que decida determinarlo de una manera brutal.
¿Hay un pensamiento constante respecto a la muerte?
JMS: No, a mí no me gusta, no soy partidario, por eso creo que una de las cosas más maravillosas que tiene ese país es esta época que empieza.
Veo aquí su calaca
JMS: Es una de las que llevábamos en la época con Joaquín (Sabina). Esta relación cotidiana fraternal, normalizando la relación con la muerte es algo que me parece extraordinario y la contraposición de la fiesta y de la vida, a este hecho tan natural y al tiempo, tan cabrón, eso me parece extraño.
Se cumplen los planes, usted tiene conciertos y el futuro qué es ¿qué quiere hacer con su futuro?
JMS: Mi futuro ya es tan escaso y soy tan consciente de ello que trataré de manejarlo de la manera más avara que pueda, y avara quiere decir, de manera que mis sentimientos, mi felicidad de cada día, pasé por el aprovechamiento de los momentos que a veces pueden incluir el despilfarro, que es también una fiesta. En San Juan, por ejemplo, nosotros quemamos todas las cosas del año para renovarlo todo totalmente.
En un ícono de la libertad, le canta a la libertad, a la amistad, al amor y nos deja un poco huérfanos. Es bonito pensar en algún momento pensar de decepción, de desamparo, de desilusión, de tormento, que está Serrat cantando por ahí, en algún escenario.
JMS: Yo estoy ahí y seguiré y sigo ahí. Yo no quiero dejar huérfano a nadie ni mucho menos a mí. Yo no quiero quedarme huérfano de nadie, yo me quedo huérfano de la gente que ha seguido conmigo tantos años, que ha crecido, que se fue; se han ido muchos. No se esfuman, se pierde su presencia pero están aquí y siguen todavía en el camino.
Yo llevo todo ese carretón grande de amores, desamores, fantasías y frustraciones, todo esto se viene conmigo, no lo pienso dejar. Y mucho menos dejar huérfanos y quedarme huérfano de todos ellos.
Yo no he decidido cortar con mi carrera profesional en el escenario por ninguna de las razones que otro pudiera considerar serias, como una razón de salud. Yo tengo una salud que me permite seguir haciendo este oficio con toda normalidad, alegría y fuerza. Tengo un público fiel y compañero que cada día de demuestra.
Y de todas las generaciones. Aquí hay un chico de 26 años que está feliz…
JMS: No se preocupe, ya crecerá, ya le pasará lo mismo. Ahí está, me sigue, están conmigo y yo estoy ahí. Y tampoco tengo un motivo de aburrimiento.
¿Entonces?
JMS: Ahí está el detalle, diría Cantinflas. Es producto de una reflexión personal, de en qué parada se baja uno.
¿Por qué decidió bajarse ahora?
JMS: Porque esta es la parada con la que creo bajar tranquilo. Voy a salir, voy a bajar tranquilito, podré todavía reconocerme, ser feliz con mi recuerdo, con mi memoria y como a mí me gusta la vida, no mirar de tratar de ver qué ocurre.
En el fondo es una aventura, dejarlo es una aventura tremenda porque realmente no sé qué puede esperarme sin el oficio que conlleva el vicio del escenario.
El vicio de cantar no me lo quita, el vicio de cantar es mío, el vicio del escenario a lo mejor. Veremos qué pasa.
Si tuviera que hablarle hoy a Serrat de hace 30, 40 años, le diría que cambiara de camino, que tomara otro camino?
JMS: Yo le diría que me dejara ir con él. Oye, chavo, ¿me dejas ir contigo un ratito?
Usted me dijo una vez y creo que debe ser una convicción que nos acompañe siempre, que la libertad no se regala, que la libertad se pelea.
JMS: Cada día, además. No se pelea en los grandes acontecimientos, en las grandes guerras, en las grandes luchas, las grandes historias que nos marcan desde los libros de historia que hacen creer que gana el vencedor.
No, se gana en las batallas pequeñitas, las batallas grandes las ganan los de siempre, porque para eso hacen las guerras. Las guerras las hacen para eso y usar carne de cañón y mano de obra barata, pero las guerras de la libertad, las guerras de ganar los pequeños espacios se ganan cada día.
¿Cómo se luchan?
Serrat: No tengo manuales. Yo bastante tengo con pensar y tratar de reflexionar en las cosas y descubrir constantemente los errores que uno comente. No se me da muy bien eso de mirar para atrás porque si miro para atrás me entra mucha tristeza de ver dónde quedaron gran parte de los sueños, pero no por eso tengo que renunciar a mi cuota de alegría que me esperar por delante.
¿Qué sueños le quedaron pendientes?
JMS: Los que le quedaron a toda mi generación concretamente y que a modo de frustraciones han ido heredando las generaciones que han ido siguiendo. Tenemos que pasar experiencias personales, no se pueden contar experiencias globales, se puede realmente contar la de uno y la de uno contándola con rigor y tratando de alejarse de sí mismo, pero eso de ninguna manera es para tratar de ser ejemplar. Yo no soy una buena persona para aconsejar. Quizás sí para acompañar.
Usted ha hablado mucho de la vejez en toda su carrera, le preocupa mucho las personas de la tercera edad ¿por qué? ¿De dónde viene esa preocupación desde hace muchísimo tiempo?
JMS: Pues porque es el colectivo más maltratado que existe, es un colectivo que ha dejado de ser productivo y que no gasta, y que por tanto a esta sociedad no le interesa y prescinde como de un pañuelo desechable, esto creo que es la situación muy injusta la que vive, eso que llama la tercera edad que ya puede ser la cuarta, si acaso, si es que con suerte llega.
Porque la soledad en la que se encuentran, la soledad en la que se tratan de justificar por los compromisos que tienen las generaciones más jóvenes, los han dejado muy marginados, no hace falta que lo cuente yo.
¿Cómo le gustaría ser recordado? Por la gente, por su familia.
JMS: Por qué me gustaría ser recordado, aquellos, volvemos a la misma canción con la que hemos empezado, después es flexible el olvido, rescatará nuestra memoria de aquellos que nos han querido, la restaurarán, restaurarán nuestra memoria pero con recuerdo de sus vidas, no de las mías.
¿Qué le agradece a la vida?
Como la violeta, y los dos sentidos, todo lo que me ha dado, y ha todo lo que lamentablemente ha negado a mí, en general, porque a veces no basta con que uno pueda estar satisfecho si no puede vivir, hacer ajena esta satisfacción.
¿Es lo que quiso ser?
JMS: No, lo que sabía que iba a ser. Yo me he dejado llevar mucho en mi vida, en los caminos en los que yo no he sido razonable, me he guiado mucho más por el instinto que por la razón, y me he guiado mucho más por lo que no quería ser, que por lo que no quería ser. Con quien no quería estar, que con quería estar, esto siempre, así escogí el camino.¿Le gusta lo que es?
JMS: Me ha ido bien en el camino, pensando en estos momentos, me gusta que podría ir a comer cosas que me gustan, me tomo una margarita antes, mi cuerpo lo aguantará bien, reiré con mis amigos y familia, sí me gusta esto que te ofrece en este momento el día de hoy 20 de octubre.
AU: Me dijo también cuando platicamos que veía el cariño de la gente y le hacía cuestionarse si había tomando la decisión correcta al despedirse de los escenarios ¿Qué piensa ahora con el camino recorrido?
JMS: Eso lo pensé, vi que era difícil mantener estas cosas, claro y hay un viejo refrán que dice "no se puede hacer una tortilla sin romper los huevos" ¿no? Entonces no hay más remedio, hay que romper los huevos con la tortilla.
¿Irrevocable?
JMS: No hay nada irrevocable, pero no juego con esta... Para mí ha sido un sentimiento, ha sido una decisión compleja, tan compleja que a veces yo entiendo muy bien, que la he tomado con con tanta decisión, pero bueno, es que la realidad hace que.. No es irrevocable, pero a estas alturas del partido, hace que sea más lógico, además no hay una razón específica, no hay una razón, no es que "ay quiero quedarme en casa a jugar con mis hijos con la petanca".
No tengo nada clarificado en este sentido, estaré un poco mas con mis nietos, con mi cercanía, estaré más a holgar en los papeles, y poder buscar más en lo que quiera leer y escuchar y estaré más rato cuidando los pájaros. Pero no, yo no busco nada en concreto, la vida me irá ofreciendo lo que sea.
¿Sin dramas?
JMS Es que no podemos ponerle puertas donde solamente hay arena.
AU: Usted plática mucho con su público en los conciertos ¿Qué le diría a los mexicanos hoy? Se lo dije la vez anterior y se lo dicen en todas partes, los mexicanos los sentimos nuestro, un mexicano, qué le diría hoy a quienes nos ven en esta conversación.
JMS: Muchas gracias porque si han aguantado hasta aquí, es que son muy a todo dar, porque les diría lo que hemos cantado y hemos hablado nos salió así directo y quizá de una forma poco rigurosa pero también muy natural.
¿Está emocionado por esta noche en el Zócalo?
JMS: Mire no quiero empezar antes de meter el penalti, no quiero empezar a celebrarlo.
Pues que le vaya muy bien, estará usted acá en México, como mexicano que es.
Seguramente podré gozarlo más ahora en muchas cosas porque cuando tenía que venir -que hacía giras- pues también dependo mucho de los horarios, dependo también del tiempo de descanso, del concierto, del ensayo, de la prensa, de muchas cosas de las que dependemos y pues ya puedo poner manos en los bolsillos.
¿Tiene algún pendiente que quiera conocer en México?
JMS: Tengo muchos.
¿Si tuviera que decidir hoy? Que nos vamos ahorita...
JMS: Lo que me gustará es adónde voy, y con el plan que llevo.
Pues que le vaya muy bien, qué gusto, qué placer, gracias por todos sus años de carrera, de entrega, gracias por enseñarnos, aunque no le guste que se lo diga, a enseñar que creer que la libertad es posible, que la solidaridad y el amor es posible.
JMS: Es difícil ¿eh? Y no se fie de los que la regalan, no se fie de los que la profeten.
Gracias, Joan Manuel.
ledz