Joan Manuel Serrat (Barcelona, 1943), que recibirá el viernes el Premio Princesa de Asturias de las Artes, ya se encuentra en la ciudad asturiana de Oviedo (norte de España).
En la tradicional rueda de prensa previa a la ceremonia confesó que sigue escribiendo y componiendo, aunque a un ritmo diferente, y que su retiro de los escenarios le ha valido para “encontrarme a mí en todos los aspectos”.
El artista, cercano y amable como siempre, posó para las fotos oficiales y escuchó con atención a los gaiteros que le dieron la bienvenida. Saludó uno a uno a cada uno de los músicos y les firmó algunos instrumentos. También saludó al público que se acercó a la zona para poder verle un poquito más de cerca.
Serrat adelantó que su discurso el próximo viernes será breve, “adaptándose al modelo con mucho cariño”, y admitió que le ha dado muchas vueltas para tratar de expresar sus sentimientos “y el tiempo que nos toca vivir”.
Reconoció que sigue escribiendo y componiendo, aunque en una etapa “mucho más calma para encontrarme a mí más en todos los aspectos y para aprovechar el tiempo que pueda quedarme para hacer cosas que me rondan la cabeza y que la vida me va descubriendo”.
Sereno, disfrutando cada momento, aseguró que grabar un nuevo disco no le hace especial ilusión. “Los discos ya no existen. Han sido sustituidos por las plataformas, y la difusión de las canciones que yo hago no están muy presentes. Priman otro tipo de géneros”.
Dijo que si el futuro es el de las redes sociales y el de los algoritmos “ahí estamos bien dados. El futuro desaparece”. “No soy enemigo del hip hop ni del reguetón, considero que el resultado es de formas nuevas, y hay de todo. Hay cosas interesantes y cosas banales, está todo mezclado”.
Se le preguntó por su querido Mar Mediterráneo y con la realidad actual de la emigración, a lo que respondió que “el Mediterráneo es un mar contaminado, como casi todo en esta tierra, al ser un mar cerrado, turístico, el paraíso de los plásticos, los ríos bajan contaminados. Es un puente de culturas convertido en un sarcófago de miles de personas que tratan de encontrar una nueva vida. Pero yo no voy a dejar de amarlo, donde crecieron mis sueños, una relación dolorosa, pero me siento identificado”.
Y en cuanto a las tentaciones de volver al escenario, el galardonado artista fue contundente: “Reflexiono y, como dijo El Gallo (el torero): ‘Lo que no puede ser, no puede ser’”.
Joan Manuel Serrat recibe este viernes el Premio Princesa de Asturias de las Artes, tomando el relevo de Meryl Street, galardonada en 2023, y engrosando una lista en la que figuran personalidades como Martin Scorsese, Francis Ford Coppola o Bob Dylan.
Sinónimo de coherencia y defensor del diálogo
Retirado de los escenarios dos años atrás, Serrat es un referente musical para varias generaciones. Pero también es, como destaca el acta del jurado de los Princesa de Asturias, un modelo cívico, “defensor del diálogo frente a la crispación” y autor de una obra que es “un exponente de su irrenunciable vocación de tender puentes entre países y generaciones”.
Si uno se detiene a contemplar los casi 60 años de la trayectoria artista de Serrat, destaca por encima de todo su coherencia como persona y ciudadano y su capacidad para llegar a públicos muy diferentes.
Esta dualidad no es más que el reflejo del entorno en el que se educó el artista, nacido en Barcelona el 27 de diciembre de 1947, en el barrio obrero del Poble Sec. Hijo de un catalán y una emigrante aragonesa.
Joan Manuel Serrat se retiró de los escenarios en 2022. Ha publicado más de 32 discos, tanto en lengua castellana como en catalán, con temas que van más allá de la memoria colectiva como “Mediterráneo” o “Penélope”. El cantante gradeció el pasado mayo el premio con estas palabras: “No saben con cuánta alegría y emoción recibo la noticia de la concesión del Premio Princesa de Asturias de la Artes 2024”.
“No encuentro mejor manera que una distinción tan prestigiosa como esta para despedir una carrera profesional larga y satisfactoria como la mía”.
El fallo del jurado también elogió sus valores conciliadores: “El trabajo de Serrat, de honda raíz mediterránea, se aúna el arte de la poesía y la música al servicio de la tolerancia, los valores compartidos, la riqueza de la diversidad de lenguas y culturas, así como un necesario afán de libertad. Defensor del diálogo frente a la crispación, la obra de Joan Manuel Serrat es un exponente de su irrenunciable vocación de tender puentes entre países y generaciones”.