Joan Manuel Serrat compartió su emoción por estar en México ofreciendo conciertos en los que, dijo, recibe mucho cariño y los cuales forman parte de su gira de despedida El vicio de cantar. Esto relató en entrevista exclusiva con Azcuena Uresti para MILENIO.
Azucena Uresti (AU).- Hace tres años tuve la fortuna de estar con el enorme Joan Manuel Serrat y hoy la vida me regala de nuevo ese privilegio. Joan Manuel qué gusto verle de nuevo, ¿cómo está?
Joan Manuel Serrat (JMS).- "Estoy muy bien porque son días de conciertos con mucha emoción, en los que la gente me da tanto cariño y tanta energía. Lo mejor que hay".
AU.- Quizás algunas de las nuevas generaciones no sepan lo que Serrat ha tenido que luchar contra la corriente durante mucho tiempo, desde hace mucho tiempo, para defender las ideas y más que las ideas, para defender la libertad.
JMS.- "Yo creo que la base fundamental de un artista es hacer aquello que él quiere hacer y de la manera que quiere hacerlo. Esta libertad de ser lo que uno es, sin tratar de ser lo que son otros".
AU.-Tiene un costo muchas veces…
JMS.- "Sí, a veces mucho, sí, pero bueno. Yo no quiero repartir falsas ilusiones, hay gente que le ha costado querer ser lo que quería ser; les ha costado muy caro, pero bueno, en la vida yo siempre he pensado que siempre prefiero pasar miedo que vergüenza".
AU.- Asumir la consecuencia por lo que está convencido…
JMS.- "Sí, claro, uno tiene que tener unos caminos y unas ideas, y el pensamiento realmente uno pelea en función de aquello que le hace feliz, pero normalmente esta felicidad no la proporciona la plata ni el poder".
AU.- Ni la fama
JMS.- "La fama... es que yo tampoco sé bien lo que es, es algo tan efímero".
AU.- ¿Efímero? y lleva 60 años siendo una leyenda viviente…
JMS.- "No, pero fíjese, hay gente que ha sido tremendamente famosa en un momento de su vida y han pasado a ser auténticos desconocidos poco tiempo después".
AU.- Regresando al tema de la libertad, lo platicamos hace tres años, ya lo dije al inicio: cómo recuerda hoy, porque todo va tomando una dimensión distinta, conforme pasa el tiempo, nuestras experiencias presentes, pasadas; cómo recuerda hoy aquel episodio del concurso de Eurovisión en 1968 , cuando usted era la voz elegida para representar a España, usted pide cantar en catalán la canción que le habían designado, eso resultó desafiante para la dictadura de Francisco Franco, el joven Serrat es sustituido. ¿Cómo lo recuerda hoy el Serrat de hoy con el Serrat joven, más joven aún?
JMS.- "A mí no sólo me sustituyeron, a mí me echaron, me reprimieron y me tuvieron prohibido durante bastante tiempo los medios de comunicación del país. Pero bueno, cuando a mí me propusieron ir con una canción a representar a televisión española, porque no olviden que el festival de Eurovisión representa a las televisiones, no representa los países. Pero en el caso de España ambas cosas estaban muy unidas. Yo planteé la posibilidad de poder hacerlo en catalán y fueron dándome largas; yo sabía lo que estaba haciendo perfectamente porque no pretendía actuar de una manera folclórica, sino poniendo encima de la mesa la situación en la que el catalán, el vasco o el gallego se encontraban en la realidad cultural de España, que era una que estaban en segunda, tercera o cuarta fila. De hecho en Cataluña no había periódicos en catalán, los colegios daban clases en castellano, los medios de comunicación, la radio, la televisión, todo era en castellano. Costó mucho encontrar una normalidad en todo esto. Entonces uno de los pasos fue que Serrat dijera: ‘Quiero cantar en catalán en Univisión’. Lo siguiente que hice fue taparme la cabeza así (risas) y esperarme a ver qué ocurría. Y lo que ocurrió fue más o menos lo que pensaban: no les gustó la idea. Yo la planteé, yo creo que sí la hubieran aceptado si la televisión española y el gobierno franquista hubieran aceptado una solución de este tipo hubiera ganado por muy pocas monedas, hubiera ganado un respeto pluricultural, que no tenía".
AU.- Era 1968, una dictadura, ¿fue el primer gran acto de censura hacia usted?
JMS.- "La censura era latente, fue latente desde que Franco se instala en el gobierno, incluso sin instalarse en el gobierno, durante la Guerra Civil, y ocurrió con todo aquel que pensaba de manera diferente".
AU.- Es difícil ponerse en el lugar, pero ¿cómo se sobrelleva esto sin pensar que es una derrota, sin pensar que es para siempre? No se sabía qué iba a suceder, usted es uno de los perseguidos, señalados, tiene que salir de España por algún tiempo. ¿Cómo ver más allá de lo que estaba pasando en ese momento sin sentir que ya era una derrota, que ya no había marcha atrás?
JMS.- "Yo nací en una derrota, yo nací en una familia de derrotados. España en el año 39 se constituye claramente los vencedores y los vencidos, y esta historia de la frontera, los vencedores y los vencidos duró hasta que el régimen se acabó, pudo tener sus más o menos momentos al final hacia los años 70, de justificación; pero toda la vida esto ha existido, por tanto, yo nací en esta construcción y adapté mi vida a mi pensamiento, pues al que iba recibiendo constantemente, por un lado de mi padre, por otro lado de mi madre, de lo que podía leer, de mis maestros, de cosas; nunca sentí, nunca me sentí… me sentí que formaba parte de los perdedores, pero nunca pensé que los perdedores iban a ser eternos. Yo no era un perdedor eterno, yo era uno de los miles y millones de españoles que tuvieron que vivir años muy difíciles. Gente los vivió con mucha más dureza. México sabe mucho de esto, porque México está lleno de hijos y nietos de estos perdedores, que gracias a Cárdenas encontraron en este país un lugar donde poder establecer su casa".
AU.- ¿Usted mismo estuvo un tiempo?
JMS.- "Sí. En el año 76, yo fui represaliado directamente y suerte que pude, me dieron cobijo en México, estuve casi un año aquí".
Ve la entrevista completa este fin de semana en MILENIO Televisión.
caov