Lanzar un disco, que hace un año podía verse como el gran desafío de Kyotto, “ya está domado”. Ahora el reto para el joven nacido en Vigo, España, es “estar bien conmigo mismo a nivel salud mental, porque si en eso no estás bien el resto de cosas no se pueden mantener por sí solas”.
Diego Muiño, nombre de pila del cantante nacido en 1994, comenzó el año cargado de energía – y fechas – gracias a Por si no vuelvo a casa, material conformado por 9 temas que se estrenó a finales de noviembre del 2023.
“Decidí juntar todas las experiencias y sentimientos que tengo las veces que debo viajar y estar lejos de mi ciudad, de casa, de mi familia; todos los ataques de ansiedad, todo lo negativo, decidí plasmarlo en este trabajo. ¿Si no vuelvo a casa qué puede suceder? De donde soy hay una expresión ‘Tener morriña’, que cuando sacas a un gallego de donde vive se siente fuera de lugar”, comenta sobre la esencia de este álbum en entrevista con MILENIO.
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Su sonido, que para efectos prácticos, puede clasificarse como trap, llegará por primera vez a la Ciudad de México los próximos 9 y 11 de febrero, sus fechas en el Foro La Paz (avenida de la Paz 57-Piso 1, San Ángel, alcaldía Álvaro Obregón).
De este primer viaje a nuestro país, dice que aún no está mentalizado, "pero tengo muchísimas ganas de ir. Es un gran paso porque puede abrirme muchas más puertas a la hora de viajar a otros países de Latinoamérica, simboliza muchísimo a nivel crecimiento personal, lograrlo por nuestros propios medios, que me muestren tanto amor y cariño afuera… Es un sueño cumplido".
Y quién mejor para hablar de sueños cumplidos que él: empezó a hacer música a los 14 años con sus amigos del barrio, sin afán de fama, por pura "supervivencia, para desahogarme, para contar mi mierda".
"En una situación que me encontraba un poco delicada, acabe encontrando ayuda en la música", recuerda.
En 2018 vino su despegue con el tema My Own, que actualmente ostenta más de 15 millones de reproducciones en YouTube e incluso una versión remix hecha por Bizarrap.
"Ahora mismo no tengo ningún problema como cuando empecé, así que ya veo a la música como parte de mí, de mi día a día, es mi forma de ganarme la vida. Ahora me ayuda a otras cosas: a desahogarme, a abrirme".
Tras el impacto de My Own, consolidó su enfoque con Deidad (2021), disco de larga duración donde colaboró con Sushiking. En ese momento dejó de ver su arte como un hobbie y lo dotó de formalidad: "Ya en el momento en que la música me daba el mismo dinero o más que el trabajo en el que estaba, ahí dije ‘Ya puedo vivir de esto, voy a seguir invirtiendo por este camino’".
Dentro de ese trecho recorrido, Por si no vuelvo a casa representa cierta madurez musical gracias a que puso el foco en la empatía: "La gente que lo escucha se ha visto en situaciones similares o le recuerda cosas que en su día no supo ver, vivir o expresar. En vivo está latente el sentimiento, a la gente se le abren un montón de heridas en un buen sentido: para sanar, para desahogarse".
Pero ante el reconocimiento que goza, que en redes sociales puede medirse en sus 69.7 mil seguidores en Instagram o sus 256 mil oyentes mensuales en Spotify, Kyotto acentúa: "No considero que ya haya vivido el éxito, estoy a medio camino".
"Hace unos años lo pasaba bastante mal: si no tenía foto o algo para subir a redes, para que el algoritmo me favoreciera, me ponía nervioso, me ahogaba en un vaso de agua. Ahora pienso que (las redes) están bien, ayudan a difundirte, pero al final mi trabajo es hacer música y no subir fotos. Ahora lo tomo con calma, el algoritmo es fast food".
— Dentro de todos los sentimientos que permean tu música, ¿qué tan importante es el dolor?
— El arte es un buen canalizador del dolor y de otros sentimientos, pero concretamente del dolor porque final mucha gente acaba estando toda la vida en contacto con el arte por el dolor y el querer desahogarse. Es muy importante, dependiendo del artista, pero creo que debe haber una buena medida porque, por ejemplo, por el dolor estuve cuatro años alejado de la música. Creo que todo es bueno, pero en su justa medida; un ingrediente de una comida, en grandes cantidades, podría llegar a ser mortal.