Una banda de death y otras dos de thrashcore que se fusionan, porque ante todo la unión hace la fuerza metalera.
Black Brigade - “Inferna invocatio” - Mexican Steel (2021)
Los llaman Black Brigade y te los puedes encontrar en los submundos del underground. Han rubricado su manifiesto de death grindcore, no están dispuestos a quitarle una sola coma y para eso ya documentaron “Inferna invocatio”.
Provenientes de varios puntos de la República Mexicana (Acapulco, CdMx, Toluca), hacen sonar este disco los abajo firmantes Eber Truant (voces), Víctor Hugo (bajo), Iván L. Priego (guitarra) y Manu Aldape (batería), convencidos de que los estándares de calidad eran necesarios para exaltar el colectivo, y así convertirlo en la suma de otros factores, y sacarle provecho a una buena producción.
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Así afianzan la identidad de su disco de forma decorosa con el primer track “Inferna invocatio”, definido como un auténtico asalto de brutalidad, que continúa ahora encauzado a un alto contenido de ruidos frenéticos en “Paimon”.
Se reconoce que la Brigada Negra estuvo en un rito, ¿cuál rito? “The exorcism”. Enrabiados entran a “Ceremony of darkness” para seguir derecho y cuidado con el que se atraviese a “Infernal trinity”, con un intro espectral, con la voz que se apropia de las notas a su fiel manera gutural, con algunas salidas decorosas del guión, más el aporreo de batería, los riffs astutos y un bajo que nutre las bases de Black Brigade.
Lo cierto es que el trayecto le ha traído buenas recepciones de su EP, así como presentaciones con estelares del movimiento internacional como Putrid Scum o Brujeria.
Human Head+B.D.S. (Bleeding Drunk Skulls)= H.B.D.S.H. - “Split” - Mexican Steel Productions/ Infected Sound Productions (2021)
Split que bien vale la pena desmenuzar y que se ha unificado a partir de las bandas Human Head y B.D.S. (Bleeding Drunk Skulls).
La historia es la siguiente y que se retoma del disco: “Es un proyecto que surgió de manera natural cuando Charley Bastida, fundador y compositor de Human Head, siendo también guitarrista oficial de B.D.S., y Eduardo Bernal, fundador y compositor de B.D.S., siendo también bajista oficial de Human Head, deciden juntar su música e ideas.
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Desde entonces y durante casi cinco años, la mayoría de sus presentaciones en vivo fueron hechas como Human B.D.S. Head, tocando canciones alternadas de ambas bandas, pero con los mismos integrantes, un mismo sonido y una misma intención.
De ahí nació la idea de componer y grabar un disco siguiendo esa dinámica... y este es el resultado. ¡Que lo disfruten! Human B.D.S. Head se simplifica a H.B.D.S.H.”.
Las lista de canciones se marca con una de Human Head y una de B.D.S., más una que está en medio y que llaman tal cual, “Split”, hasta completar 11 tracks en la onda de thrash, crust y hardcore, que Charley Bastida (guitarra y voz de Human; guitarrista de B.D.S.) y Eduardo Blaskull (bajo y voz de B.D.S.; bajista de HH), más los bateristas Alejandro Ángeles (HH, Split), Marcos Martínez (B.D.S.), Iván “Drumattack” Vilchis (HH), Alfredo Santillán (HH, B.D.S.) y Feyo Mondragón (B.D.S.), que le entran a este proyecto fusionado, para hacerle el honor a las explosivas siglas H.B.D.S.H.
Desde que arrancan las primeras notas le ponen mucho espíritu y combatividad con “Emotions running high” (HH) que retumba bajo la premisa de que no habrá contemplaciones en el match, por eso “Don’t betray yourself (The lost one)” (B.D.S.) es cruda y expande la conciencia, y no deja de exigir que es momento de ver al interior y también al exterior, con prueba de salud incluida para “Somatic symptoms” (HH).
“Nos quieren con miedo” (B.D.S.) se va a la yugular, pero eso hay que sacarlo con estridencia, y el español le viene bien a este mensaje de libertad que cuestiona el poder. Con una distancia absoluta y una apuesta personal ya se anotan al correr de los tracks las referencias a lo que se denominó en su momento thrashcore con D.R.I., algo de groovy de Prong, un tanto del crossover de Suicidal Tendencies o de impuro hardcore punk de Sick of it All.
La siguiente canción marca la fiereza de Charley (HH) y la capacidad de privilegiar una letra que se desarrolla con ingenio y capacidad ante la demencial palabra que llega en el momento preciso: “L.O.C.O.”.
“Losing control” (B.D.S.) apunta hacia la madurez plena y contagiosa de su sonido, con el estribillo deletreado con fuerza contenida para después darle rienda suelta a los riffs repetitivos.
“Split” es un intenso combo de furia y potencia desmedida. Hay coros con decisión, enmarcados en la vena directa del thrash; lo cierto es que en esta pieza de encuentros sacaron todo su astillero creativo.
“Con saña” (HH) es la suerte de rola que no debe faltar en estos discos, y como plus el hacerlo en español se disfruta al máximo.
Porque siempre hay un “Black day” (BDS), y por eso hay que exorcizar las emociones, las que Eduardo Blaskull lleva al pináculo, al punto de contagio. Sin duda Blaskull, junto con Charley, demuestran que son dos de los mejores vocalistas del metal mexicano.
Vale la pena la mención de los bateristas que estuvieron en el disco: todos ellos lucidores y que elevan en potencia sus cualidades en las partes que les corresponden (no fue en vano la foto incluida en el cuadernillo de todos ellos).
“The anatomy of anger” (HH) es una apuesta a lo melódico para vaciar el dolor, la ira, la venganza, el poder y la resistencia, auténticas intenciones punk que se mueven entre sus influencias.
Por eso sacan el barrio en “El gallo negro” (B.D.S.), porque en la urbe es donde mejor se hallan propuestas como la de este coctel explosivo de H.B.D.S.H.
Un disco con un arte muy completo que incluye una breve historia de esta alianza, las letras de las canciones y muchas fotos que captan a los músicos en el lugar en el que hicieron estallar su calidad: el estudio.