Que un músico con la adrenalina que Little Richard derrochaba en el escenario declarara a Rolling Stone que luego de una actuación en el Howard Theatre de Washington pensó: “Jesús ayúdame. Casi no puedo respirar”, es porque sabía que ya no podía darle más a la música.
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En 2013, a los 80 años, Richard Pennyman, mejor conocido como Little Richard –o Ricardito, como le llamábamos en México–, puso su fin a su carrera. Víctima de cáncer, a los 87 años se fue ayer de este mundo en Nashville, Tennessee, pero dejó un legado de canciones que se rigen por una energía contagiosa, comandadas por un grito de guerra original que resiste el paso del tiempo: ¡A wop bop alu bop, a wop bam boom!, frase con la que inicia “Tutti Frutti”.
Conocido como el arquitecto del rock and roll, fue el regalo de Navidad de su familia en 1932. Formado en la música religiosa, ganó un concurso de talentos a los 16 años y desarrolló un estilo que abrevaba de aquella con la que había crecido.
En 1955 grabó “Tutti Frutti”, canción que convirtió en un éxito que vendió millones de copias. Su estilo salvaje para cantar, animado con gritos hiperagudos, más un modo salvaje de aporrear el piano, le ganaron adeptos en todo el mundo con canciones como “Good Golly, Miss Molly”, “Long Tall Sally”, “Rip It Up” y “Lucille”, todas ellas ya clásicas.
Junto con Chuck Berry, Fats Domino, Ray Charles y Jerry Lee Lewis es uno de los padres del rock and roll, estilo que luego capitalizarían Elvis Presley y otros cantantes. Con humor, Pennyman decía que si Elvis era el rey del rock and roll, entonces él era la reina.
PERSONALIDAD DESBORDANTE
Su personalidad desbordante atraía a sus seguidores y repelía a los moralinos en una época en la que la homosexualidad era tabú. De acuerdo con Jonathan Gould, desde adolescente “adoptó la estrategia de exagerar su amaneramiento hasta el punto de parodiarse a sí mismo”, lo que a la larga contribuiría a que alcanzara el éxito.
Con el gran humor que le caracterizaba, alguna vez Little Richard declaró: “Adoro a Las Supremes porque me recuerdan a mí mismo: visten exactamente como yo”.
Para Roberta Bailey, quien retrató a grandes figuras del rock, “nadie fue más punk que Little Richard”. Según ella, lo verdaderamente punk fue “el rock and roll de los 50, y aún más, la música negra de esos tiempos”.
Y ADEMÁS
“TUTTI FRUTTI”, TESORO MUSICAL
¡A wop bop alu bop, a wop bam boom!, parodia onomatopéyica de lo que sería una introducción de batería a la pieza “Tutti Frutti”, es un tesoro de la historia del rock and roll. En una encuesta de la revista Mojo, la pieza llegó al primer lugar de las 100 canciones que cambiaron el mundo, mientras que Rolling Stone publicaba que “todavía contiene lo que debe considerarse la letra de rock de mayor inspiración jamás registrada”.