No hay plazo que no se cumpla, llegó la primera de siete fechas que Luis Miguel abrió en la Arena Ciudad de México, un espacio que solo había pisado en 2012, cuando dio dos conciertos. Tras 226 presentaciones en el Auditorio Nacional, de 1991 a 2018, El Sol decidió presentarse en este lugar, que tiene un aforo de 22 mil 300 personas —más del doble de lo que cabe en el Coloso de Reforma—.
Los boletos se vendieron a minutos de haber salido por internet, el sold out de sus fechas fue inminente; los capitalinos nuevamente querían ver a Luis Miguel, después de que hace una década dejó varias decepciones entre su público, pues sus conciertos fueron muy flojos, según el cantante (y la bioserie de Netflix), por problemas de salud.
En los 31 conciertos con los que rompió récord del Auditorio Nacional en 2018, ya había logrado congraciarse con su público. A El Sol le perdonamos todo.
Con tres temporadas de Luis Miguel: la serie, y su música que no deja de sonar en las plataformas musicales —él mismo publicó en julio de este año que es el artista latino con más canciones (23) en Spotify con más de 100 millones de reproducciones—, podrán criticarlo, por gordo, por flaco, por viejo, por su pelo…, lo cierto es que esta gira mundial de 2023 demuestra el tamaño de artista que es Luis Miguel.
El concierto estaba programado a las 20:30, y la gente comenzó a llenar la Arena Ciudad de México desde las 19:30. Entre el público se encontraban hombres, mujeres, jóvenes, niños y niñas (los menos).
Mujeres vestidas para coctel, hombres con camisas tipo Versace, como las que usaba El Sol en los 90; otros más con sudaderas y camisetas alusivas al concierto, y los más, con ropa variada. Lo que sí era un común denominador fueron las caras de emoción, las sonrisas de las personas mientras buscaban sus lugares.
Con pulseras de luces de colores que se entregaron a la entrada, la Arena se iluminaba armoniosamente.
A las 21 horas se apagaron las luces, se encendieron las pulseras que maneja la producción para una coordinación perfecta e inició un cortísimo video con imágenes del cantante. Y apareció él, impecable, con un traje negro, camisa blanca y corbata negra, y una orquesta completa y tres coristas. No se le notaron los 49 conciertos que ya lleva a cuestas en este 2023.
Con su voz única, sus movimientos ya conocidos por sus fans, su sonrisa y la imagen que le ha quitado algunos años de encima, es imposible pensar que pudiera ser cualquier otro. “Amor, amor”, “Suave”, “Miénteme”, “Te necesito”, “Hasta que me olvides”, “Dame” y canción tras canción, El Sol estuvo pendiente del sonido, pidiendo que le bajaran o subieran al audio.
Con “Por debajo de la mesa” empezaron los clásicos boleros, que Armando Manzanero produjo para Luismi. Posteriormente llegaron los duetos, el primero acompañado de un video de Michael Jackson. El Sol en español, Michael en inglés, con “Sonríe” y después “Come Fly With Me” con Frank Sinatra.
Sin embargo, fue la llegada del mariachi lo que dio nuevos ánimos a los presentes. Luis Miguel interpretó “El jarabe tapatío”, mientras cuatro bailarines lo acompañaron con un charro floreando la reata para seguir con “Guadalajara”.
Así se llevó a cabo su concierto 50 y aún le quedan 17 para acabar el año, porque lo que dejó en claro es que hay Luis Miguel para rato.
caov