Luisa Almaguer acomoda su teclado en el rincón de una bodega ubicada en Calzada de las Armas, calle de Azcapotzalco que funge como línea divisoria con Naucalpan. Es un fin de semana de mediados del 2013 y, por su forma de preguntar dónde debe conectar un cable, se nota que está nerviosa. No es para menos: en este lugar de paredes adornadas con recortes de periódicos y latas de cerveza que se desparraman por el piso, va a hacer su primera presentación musical como vocalista y tecladista del proyecto Lowboy. La acompaña Enrique, guitarrista, y el público, no más de 20 personas, lo conforman integrantes de otras dos bandas y los organizadores del extinto colectivo Aquí No Hubo Escena.
Chintolola de nacimiento – gentilicio de los nacidos en Azcapotzalco –, Luisa llegó a este evento tras responder a una convocatoria por Facebook. Su proyecto, formado hace meses, quiso medirse por primera vez fuera del cuarto de ensayo. Y tras titubeos y errores clásicos de los minutos iniciales de cualquier debut, Lowboy entra en confianza y logra un set que sonoramente remite a Slowdive en su etapa pre Pygmalion. Pero lo que asombra es su voz: grave, imponente, energética. Voz que 10 años después también cautivaría al líder de Blur y Gorillaz, Damon Albarn.
Los inicios de Luisa con Lowboy:
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Bahidorá 2024
Sábado 17 de febrero del 2024. Media hora antes de subirse al escenario principal de Bahidorá, Luisa camina por el área destinada a la prensa con un impecable vestido blanco que, por sus pliegues, se nota recién puesto.
"No lleguen tarde", dice al encontrarse con una cuadrilla festivalera comandada por Apache O'Raspi, guitarrista que forma parte de su banda, pero que esta ocasión vino como espectador porque Damon Albarn solo convocó a Luisa para integrar el ensamble África Express.
En 2006, el cantante británico de 56 años fundó esta biósfera multicultural junto al periodista Ian Birrell con el objetivo de borrar los bordes geográficos, de género y edad a través de la colaboración musical.
Casi 20 años después, el proyecto se presentó por primera vez en México, en el parque ecoturístico Las Estacas, Morelos - sede de Bahidorá -, con un espectáculo que duró 5 horas y convocó a talentos de diversas partes del mundo; del lado nacional estuvieron Mare Advertencia, Camilo Lara, Son Rompe Pera, La Bruja de Texcoco, Los Pream, Eme Malafe y Luisa.
"Ver a una trans con una voz tremenda le llamó la atención"
"Entiendo que le mandaron una lista de artistas mexicanos para que Damon revisara y checara a ver quién le gustaba. Luego, en septiembre-octubre del 2023, mandan una carta de África Express firmada por él... ¡Te cagas de ver la carta de invitación, casi que quedé en Hogwarts!", comenta Almaguer semanas después de su presentación en Bahidorá desde las oficinas de MILENIO en la Ciudad de México.
Ese documento con el que se hizo oficial su invitación al ensamble le pedía estar abierta a colaborar y a la improvisación. "Todo en un plan tranqui, relax, cero estrés. Ya después supe que también íbamos a grabar".
Con la revelación de los talentos convocados por el colectivo para su aventura mexicana, Luisa soltó un grito al ver el nombre de Nick Zinner, pues la banda donde es guitarrista, Yeah Yeah Yeahs, "es importantísima en mi vida, no lo podía creer".
Y días antes del festival ocurrió el encuentro con Damon para ensayar. Más que el peso histórico e histriónico del vocalista, a Luisa le sorprendió que "estaba al tanto de quién era yo y qué había hecho".
"Es un güey muy generoso, pienso que es un ejemplo a seguir en muchos sentidos. Le decía: ‘Ésta es una hermosa manera de usar el privilegio’. Un músico tan conocido, que es una inspiración para tantos músicos, pudiendo estar en su casa y haciendo lo que hace el 1 por cierto de la población, decide escuchar nuevas propuestas e ir a trabajar con ellas durante días. En México hay gente consagrada que podría hacerlo, pero no".
"Evidentemente todo mundo lo va a ver a él, pero en el proyecto queda claro que nadie es más que nadie; todos estuvimos para hacer música y, bajo esa premisa, fue bellísimo, fue un encuentro hermoso", agrega.
De su interacción personal con Albarn, Luisa afirma que el nacido en el barrio londinense de Whitechapel quedó "muy impresionado" con su voz: "De pronto ver a una trans con una voz tremenda te llama la atención".
Esto desembocó en su elección para cantar con él On Melancholy hill, clásico de Gorillaz, ante los miles de espectadores de Bahidorá. Momento emblemático del evento. Momento que la artista chintolola va a "recordar por siempre".
On Melancholy hill
"Te amo", le grita una fan a Luisa Almaguer cuando la ve aparecer en el escenario principal de Bahidorá entre humo y luces azuladas. La cantante resalta su labial rojo con una mueca de agradecimiento, toma el micrófono con la mano derecha y suelta un "Ahhhhhhh" que coincide con las primeras notas que Damon Albarn toca en el teclado.
"No mames", grita otro asistente al descubrir la canción venidera: On melancholy hill, éxito incluido en el Plastic Beach, tercer álbum de estudio de Gorillaz lanzado en 2010.
Entonces, Luisa y Damon, con todos los celulares apuntándoles, con todos los oídos atentos, se voltean a ver, con una sonrisa se transmiten toda la confianza y comienzan a hacer historia.
"Up on Melancholy hill, there's a plastic tree, are you here with me? Just looking out on the day of another dream...", canta ella con su voz grave y brava, mientras el británico, de muecas alegres, la acompaña en los coros. Y al frente, los escuchas cierran los ojos.
Un viaje irrepetible. ¿La primera mexicana en cantar este tema con su creador? Seguro. ¿Su última colaboración? Se vienen sorpresas.
Así se presentaron juntos en Bahidorá:
"En la música tienes que fluir, sentir rico"
"Nunca estuve nerviosa", afirma Almaguer sobre su interpretación del clásico de Gorillaz. "Del set de 5 horas, fue la única que era su rola y eso fue muy cabrón para mí, estaba con la expectativa muy alta, quería hacerlo muy bien pero no me preocupé, más bien me ocupé, me puse a estudiar".
Reflexiona que lo vivido esos días en Morelos junto a Damon y el ensamble le dieron madurez y tranquilidad, por lo que ahora "entiendo la música como algo que tiene que fluir, tienes que sentir rico, agradable, suave. Si se siente fácil, es por ahí. Ya no quiero atorarme con cosas que me decía de mí misma o de mi música o de mi contexto. Sigo sin tener un peso, pero me siento tranquila".
— Más de 10 años de carrera, Luisa. ¿Cómo percibes tu pasado?
— Esa primera vez que toqué en Azcapo, me acuerdo de la inseguridad que tenía y esa falta de valentía y valor. Creo que fui parte de un momento: de cierto número de bandas que seguimos creciendo juntos, sigo viendo a muchos músicos que seguimos intentando sacar nuestros proyectos, que hemos aprendido a manejar nuestra música. Me enorgullece ser parte de eso porque lo hicimos solitos, no tuvimos papás famosos, ni la lana ni las escuelas, lo hicimos porque teníamos un sueño, ideas que creo llegaron a buen puerto. Personalmente, me siento mejor con mi vida, ya estar en los 30 no es tanto desmadre, es estar más enfocados.
— Una edad donde nadie va a hacer más por ti que tú misma.
— Totalmente. Y no es poca cosa, puedes hacer muchísimo, puedes llegar muy lejos, pero tienes que estar bien contigo, con lo que haces, consciente de tus límites y que eso que ves en el espejo, eso eres. No hay que clavarnos el rencor, la angustia, esa herida, que es muy justificable, pero tenemos que hacer camba para curarla con lo que venimos a hacer, que en mi caso es cantar.
— 10 años donde también te has aventurado en otras áreas: un podcast (La hora trans), activismo, cine. ¿Todo esto cómo lo amalgamas? ¿A qué le das prioridad actualmente?
— Ahora estoy full en la música, este año voy a sacar un disco que espero salga la primera mitad. Pero también estoy intentando levantar una película con Belafonte Sensacional. Entonces, son dos proyectos que me han consumido. Que esta primera etapa del año sea la música, y la segunda sea la película, que la podamos filmar en el desierto de Baja California Sur, un tema que involucra dinero que no tengo, pero poco a poco. Me siento entusiasmada con este momento.
— ¿Qué implica ser artista?
— Algo muy importante es tener clara la voz interior, la intuición o como lo queramos llamar; eso que sabemos que está dentro de nosotros desde que agarramos un pincel, una cámara, un micrófono o las herramientas para nuestro arte. Esa voz hay que seguirla y no confundirla... De repente la confundo con mi propia necedad, entonces a veces estoy sobre algún proyecto donde no me siento iluminada. Por eso hay que aprender a escucharnos; no hay que dejar ese diálogo interno y procurar todo lo que nos pueda ayudar a tener el camino bien trazado y despejado para generar cosas más genuinas.
— ¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?
— Hay una frase de Jaime Sabines, que el señor es muy cuestionado ahora porque no era una gran persona, pero a mi abuelo le encantaba y estaba pintada en el jardín de mi casa: 'El amor es el silencio más fino, el más tembloroso y el más insoportable'. Yo me quedé con esa frase, es algo que creo.
— Y esos momentos de enojo, ¿cómo los sublimas?
— Algo que me sirve mucho es el humor, reírme de mí misma, de todo; si no te duele, no te ríes. Pensar que todo esto se va a acabar y no es tan importante. Evidentemente hay cosas que no solo me indignan, sino que pueden quitarme el sueño, pero intento no pasar mucho tiempo en ese estado e irme a lo que me ocupa, tengo el privilegio de poder hacer eso; no es que estoy ignorando, sino que estoy intentando balancearlo, diluirlo.
— ¿Crees que estás viviendo El sueño?
— Sobrepasó todas mis expectativas. Ahora tengo 5 canciones que grabé en África Express con Nick Zinner en la guitarra... ¡Es un sueño! Es algo que ha sobrepasado mis expectativas brutalmente y me da esperanza, es alimento para seguir cantando, para seguir sintiéndome bien.
hc