Durante la década de 1980 se vivió una época de revolución cultural en la que la música tuvo un lugar especial, grandes íconos llegaron para quedarse y marcar el inicio de una nueva era que tendría repercusiones hasta nuestros días, entre ellos Madonna.
Madonna Louise Veronica Ciccone nació el 16 de agosto de 1958, fue la tercera hija de ocho. Tuvo una infancia dura, pues cuando ella tenía cinco años de edad su madre falleció por lo que estuvo al cuidado de su padre quien era un hombre estricto y bastante conservador.
Su trayectoria escolar fue brillante, durante su educación secundaria destacó por su promedio académico. su popularidad y su originalidad que le valió una beca para estudiar danza en la Universidad de Michigan.
“Yo no era rebelde en cierta manera, me preocupaba por ser buena en algo”, declaró hace algunos años en una entrevista para Vanity Fair.
Con aproximadamente 35 dólares en la bolsa y con la desaprobación de su padre, se mudó a Nueva York, en donde trabajó como mesera para obtener dinero y poder comenzar a pagar su carrera artística y, posteriormente, iniciar carrera en compañías de danza moderna.
Fue en 1982 cuando dio el salto al mundo de la música y formó junto a Dan Gilray la banda The Breakfast Club, en el que cantó e incluso llegó a ser baterista.
El estilo musical de la intérprete sorprendió al DJ y productor Mark Kamins, quien organizó una reunión para que pudiera conocer a Seymour Stein, fundador del sello discográfico Sire Records, con el que lanzó su primer sencillo “Everybody”.
La canción alcanzó popularidad en la lista Hot Dance Club Play de Billboard pero Madonna no se detuvo y presentó tres sencillos más que formarían parte de su disco homónimo, que fue bien recibido por las críticas.
Fue hasta su segundo disco Like A Virgin, de 1984, cuando se convirtió en el ícono musical que hoy en día conocemos.
La cantante quería que el título de su álbum tuviera que ver con temas religiosos; considerando que Madonna es la forma en la que los católicos se refieren a la virgen, decidió hacer una sesión de fotos usando un vestido de novia que desatará polémica.
Ese mismo año se presentó en la entrega de premios MTV y, vestida de novia, cantó sobre un pastel nupcial y se revolcó por el suelo mostrando su ropa interior.
La carrera de Madonna siguió en ascenso. Después del estreno de su tercer álbum, incursionó en el mundo de la actuación y aunque tuvo fuertes escándalos por su atrevido estilo, continuó ganando adeptos que la posicionaron como una gran estrella.
Con su disco Like a Prayer, de 1989, su aspecto y forma de vestir revolucionó no sólo el mundo de la música sino también el de la moda, incluso fue comparada con Marilyn Monroe después del estreno del video “Material Girl”.
Claves:Renovarse o morir
Entre la década de 1990 y 2000 la cantante ya tenía un lugar especial en la industria de la música, pero el paso del tiempo obligó a Madonna a renovarse.
Pronto comenzó a hacer colaboraciones con artistas juveniles que le valieron momentos memorables, como cuando volvió a ser tema de conversación en la gala de MTV de 2003.
En el evento, la reina del pop de entonces 45 años, le dio un beso a Britney Spears y Christina Aguilera, de 21 y 22 años respectivamente, para simbólicamente convertirlas en las sucesoras al “trono”.
Los escándalos tanto en su vida privada como profesional continuaron, sin embargo, su afición por retar lo “políticamente correcto” y tocar temas tabú la convirtió en un referente que trascendió barreras de tiempo.
“Madonna es lo más cerca que la música pop puede estar del arte”, indicó la revista Rolling Stone.
Han pasado casi cuatro décadas desde que Madonna decidió trascender en la historia y lo logró, a diferencia de muchos artistas que saltan a la fama con un solo éxito y luego desaparecen. La estadunidense sigue siendo poseedora de una infinidad de récords y año con año refrenda su título como Reina del pop.
DGL