Dentro de la solemnidad de buena parte del Programa del Festival Internacional Cervantino (FIC), Mala Rodríguez llegó para mantener encendidos los ánimos de la Alhóndiga de Granaditas que ya se había quedado con múltiples emociones tras la presentación de Molotov en el histórico espacio, al que habían llegado desde muy temprano del viernes.
La cantante española no desentonó en el mítico escenario, acompañada sólo de un DJ y dos bailarinas, con quienes le dio fuerza a sus letras, que se perfilan entre el rap y el flamenco por su origen gitano andaluz.
El espacio apenas si resultó suficiente para las cientas de personas que estuvieron al lado de María Rodríguez Garrido, Mala Rodríguez, una cantante gitana española de rap. Hasta la fecha cuenta con 200 mil copias, para convertirse en una de las artistas en España con género rap más vendidas, si bien con un pleno respeto a sus raíces culturales.
Mala Rodríguez puso a bailar a decenas de jóvenes dentro del histórico espacio, con letras que cautivaro y a la vez parecían dar miedo, porque su voz suele transmitir "un estallido de ira para su tiempo".
Parte de su encanto radica en que no le teme a su lado más obscuro, incluso recibió el apodo de mala por traviesa, pero en lugar de esconderse detrás de lo negativo de la palabra encontró en ella la fuerza para comunicar con sus versos plenos de excentricidad y belleza. Y todo ello transmitió en su noche cervantina.
DIGL