Mar Lara es una joven cantante que muchos conocimos gracias a La Academia, donde, con su actitud rockera y su gran voz, llegó a la gran final y conectó con un gran número de personas, que ahora son sus “Maremotos”.
Ahora, Mar sigue creciendo y, tras presentar algunos sencillos, llegará al Lunario del Auditorio Nacional. Por ello, habla con MILENIO sobre sus sueños, sus metas y cómo vive estos días previos a su show.
Mar Lara nunca tuvo otra opción: la música siempre fue primero
Con una gran sonrisa y nervios por saber que en unos días se presentará en el Lunario, Mar nos habla sobre cómo sigue cumpliendo sus sueños.
“Desde pequeña siempre había sido mi sueño hacer conciertos para la gente. Mi sueño más grande siempre ha sido cantar para un público, así sea uno, cien o miles. Llevo trabajando desde pequeña por esto, me he propuesto luchar por esto y nunca tuve otra opción”.
Asegura que la emoción de estar en el escenario es incomparable: “Esa conexión que sentía es el sentimiento más hermoso que he tenido en mi vida, porque era algo que ansiaba desde pequeña. Que ahora me esté encaminando a mi primer concierto como solista y que sea en el Lunario es un sueño hecho realidad”.
Un sueño que se consolidó en pandemia
La pandemia cambió la vida de muchos, y para Mar, fue el momento de consolidar su sueño de vivir de la música. Este arte, asegura, puede ayudarte, sanarte y acompañarte.
“Yo creo que el momento en que me di cuenta fue en cuarentena. Todos pasamos por una etapa complicada; a mí me afectó, y lo que me ayudó mucho fue hacer música para mí. No le veía sentido a las cosas; la música me salvó, y quería hacer lo mismo por otras personas”.
Recuerda que comenzó a escribir canciones en ese momento: “Recuerdo que publiqué un video que decía: ‘Coméntame cómo te sientes y te haré una canción que te ayude a sentirte mejor’. No pensé que recibiría tanta respuesta, pero al ver cómo me comentaban cosas tan profundas, dije: ‘Wow, tengo que hacer una canción increíble".
" Eso hice, hice canciones cortitas para esas personas. A veces las subía o a veces se las mandaba, porque eran temas personales, y su respuesta era: ‘No sabes lo que hiciste por mí’. Y ni siquiera eran canciones buenas, eran canciones malas, pero eran desde el corazón, para decirles que con mi música los iba a acompañar. Ese fue el momento”.
De La Academia al Lunario
La joven confiesa que La Academia le cambió la vida, aunque al inicio pensaba que no quedaría, pues sentía que todo ya estaba planeado.
“Desde un inicio lo mencioné: mi objetivo con La Academia no era ganar, era conectar, a través de mi voz, de mi música. A veces componía en los salones. Y justo el salir y que Stefano Vieni —quien ahora es mi productor— me contactara para hacer música fue como un sueño ”.
“Creo que lo mencioné: yo pensé que no era real. Cuando llegó el anuncio, pensaba que era falso. Pero mis maestros de teatro me impulsaron a ir. Fui a la audición, y de hecho me dijeron que no podía audicionar, pero pedí que me dieran la oportunidad, aunque fuera solo para que me dieran tips para una próxima audición”.
Como es común en este tipo de instancias, el miedo a no quedar, estando tan cerca, crecía y era un temor latente en Mar.
“Me dicen que pasé al siguiente filtro, así seguí y seguí, pero también te daba más miedo, porque estaba más cerca de llegar. El golpe iba a ser más duro. Era emoción y miedo, pero como dicen: donde sientas más miedo, ahí es (…) Llegué a la audición de Ciudad de México. Me anuncian que llego a La Academia por llamada. Fue un momento muy hermoso. Pero el entrar al reality fue muy rápido: tuve que hacer maletas, no sabías cuánto tiempo ibas a estar. El entrar es un proceso; más allá de lo artístico, es personal y emocional”.
Dentro del reality, lo que más aprendió fue el poder de la mente y la importancia de tener confianza en sí misma.
“La mente es muy poderosa, porque de verdad, en esos momentos donde decía que no lo haría bien, lo hacía peor. Y en la final, recuerdo que fue muy personal, al pensar en muchísimas cosas sobre ti mismo, cuestionarte lo que has hecho y lo que quieres”.
Recuerda cómo en la final lo hizo increíble porque se dedicó a ser ella misma y dejó de cuestionarse tanto.
“Llegando a la final, pensé que no habría más. Y fue el concierto que mejor hice, porque más lo disfruté. Fui muy feliz con esa final. Hubo muchos conciertos difíciles. Sí hubo conciertos muy malos, como el de Disney o el de ‘Me gustas mucho’. Libre soy, para mí, es un trauma: ya no puedo cantar esa canción”.
Ahora menciona que se encuentra feliz de vivir la experiencia del Lunario, que será el 7 de agosto, pues en un año ha crecido muchísimo.
“De pensar que el año pasado viví mi cumpleaños en La Academia y ahora lo viviré en un concierto en el Lunario, es demasiado gigante. Han pasado muchas cosas en un año, y es un proceso que tengo que irme creyendo”.