Mariachi Arcoíris, el estandarte LGBT de la música tradicional

La primera agrupación de mariachi formada por músicos de la comunidad LGBT nos cuenta su historia, luchas y enfoques ante la pandemia.

La agrupación es originaria de Los Ángeles, California. (Mariachi Arcoíris)
Ciudad de México /

Para Carlos Samaniego la música de mariachi, además de ser su favorita, es una forma de vida. Y es que el gusto por este género musical que hace uso de violín, guitarra, vihuela, guitarrón y voz, entre otros elementos, se lo inculcó su papá cuando era niño y desde entonces lo ha acompañado y llevado a cumplir varios sueños.

Uno de ellos fue formar su propio mariachi en la ciudad de Los Ángeles - donde él reside -, que sigue pautas comunes: usar trajes con botonadura y tocar canciones tradicionales mexicanas. Aunque tiene una gran peculiaridad: todos sus integrantes, incluido Carlos, pertenecen a la comunidad LGBT. Ésta es la historia del Mariachi Arcoíris.

Dos nacimientos

Mariachi Arcoíris tuvo dos nacimientos, señala Carlos. El primero ocurrió en el año 2000, cuando él acababa de "salir del closet" y dentro de la universidad se unió a un grupo de jóvenes de la comunidad LGBT. 

"En ese entonces estábamos planeando la semana de orgullo gay y entre los eventos que se iban a llevar a cabo había una boda gay, porque en ese entonces no era legal el matrimonio entre personas del mismo sexo, era como una protesta. Como la universidad estaba compuesta mayormente de latinos, era natural querer ver un mariachi. Ellos sabían que yo tocaba mariachi y me dijeron: ‘Tenemos un presupuesto, ¿por qué no juntas unos músicos, haces un mariachi y tocan para el evento?’", recuerda.

Carlos aceptó la propuesta y decidió que todos los músicos tenían que formar parte de la comunidad LGBT para dar un mensaje de inclusión: "Formé un mariachi con personas de la comunidad y vinieron de diversas partes del estado. Entonces dije: ‘Vamos a tocar música de cajón, lo que es típico’. Y tuvo éxito".

Durante ese primer evento del Mariachi Arcoíris - bautizado así por la bandera creada por el activista Gilbert Baker - estaba presente el gerente de un antro latino, quien, tras quedar cautivado con la agrupación, decidió invitarlos a presentarse en su lugar dos veces a la semana. "Yo era muy joven, tenía 19, 20 años, no tenía experiencia, por eso el mariachi duró unos meses", señala Samaniego.

Luego de esta disolución, el también fan de Juan Gabriel y Rocío Dúrcal decidió probar suerte en otros conjuntos, con los que logró visitar varias ciudades de Estados Unidos e incluso Jalisco, la cuna del género. 

"Fui parte de diferentes grupos y desgraciadamente no me trataron muy bien. No el cien por ciento del tiempo, pero como sabían que era abiertamente gay, para ellos eso era como tabú; había acosos, burlas, bullying, todo ese tipo de cosas", revela.

Harto de este trato, en diciembre de 2013 Carlos dejó el ensamble donde tocaba en ese entonces y decidió darle un segundo nacimiento a ese grupo que más de una década atrás le brindó mucha felicidad: Mariachi Arcoíris

"En febrero de 2014 ya había formado de nuevo el grupo e hicimos nuestra primera presentación el Día del amor y la amistad. El propósito en ese entonces era crear un espacio para estas personas de la comunidad LGBT que tocan música de mariachi, que tuvieran espacio para poder ser ellos sin burlas. El propósito era para los músicos, porque yo sentí que necesitaba ese espacio", apunta.

Logros

Además de sus logros a nivel mediático y profesional, como apariciones en destacadas cadenas de televisión, plataformas web de renombre y presentaciones en eventos como el Long Beach Pride, LA Pride y el Transgender Pride, Arcoíris también se jacta de tener a la primer mujer transgénero en la historia del mariachi, Natalia Meléndez.

Otro aspecto que Carlos resalta de su agrupación es que en estos 7 años ha inspirado y orientado a muchas personas.

 "Ven que existe este mariachi, que estamos aquí para tocar nuestra música, que a pesar de que es una cultura y un mundo de música machista, nosotros logramos tocar nuestra música siendo abiertamente como somos, auténticos. Ven eso y les da ese ánimo para poder hacer lo mismo, y de repente dicen: ‘Gracias a ustedes ya le dije a mi familia que soy gay’", enfatiza.


Respecto a cómo se ha insertado Arcoíris en el panorama de mariachis en California, Samaniego comenta que ya se ganaron "el respeto" de sus colegas: "Para ellos ha sido difícil aceptarnos, pero en estos últimos años, cuando nos hemos presentado en donde hay otros mariachis, nos ven, nos escuchan y hasta me dicen: ‘¡Qué bien se escucha!’".

Además, el cantante señala que un aspecto importante del grupo es que representa a dos comunidades: "Representamos a la comunidad latina ante la comunidad LGBT. (…) Podemos mostrar lo bonito que es la música mexicana y podemos borrar esos estereotipos que piensan ellos de que el mariachi es el “Jarabe Tapatío” y ya".

"También representamos a la comunidad LGBT antes la comunidad en general. Ven a este grupo que pueden tocar bien el "Son de la negra" o cualquier popurrí que ellos quieran, que tiene buenos arreglos. Allí podemos mostrar que no importa cómo uno se identifique o su preferencia sexual, lo que importa es que somos buenos músicos", agrega.

Un legado tras la pandemia

Aunque la pandemia de covid-19 afectó el trabajo del Mariachi Arcoíris, pues ha estado varios meses sin poder presentarse en vivo, lo que ha "reducido el 20 por ciento de los ingresos a los que estamos acostumbrados", Carlos se muestra optimista, al grado de que ya tienen en mente un evento para celebrar el aniversario del grupo el próximo 14 de febrero.

"Ya tenemos más de un mes que nos nos vemos. (…) Ahorita ya vamos a empezar a ensayar; como ya va a venir el aniversario, quiero hacer alguna presentación. Ya hablé con los músicos y ya estamos más preparados para eso", cuenta.

Ante tantos logros y el mensaje de inclusión que ostenta Arcoíris, ¿qué otros objetivos tienen? Carlos responde que presentarse en otros lugares y llegar a ganar algún Grammy.

Pero enfatiza que, a nivel personal, él ya se siente realizado, pues su trabajo ya quedó registrado en la historia: el Mariachi está documentado en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos y también en un libro sobre historia de la música editado por la compañía Oxford University Press

"Con lo que ya hemos hecho, ya hemos dejado nuestro legado. Lo bonito es que hay que seguir adelante, hay que seguir siendo un ejemplo para otras personas. Que por más machista que sea nuestra cultura y comunidad latina, puedes ser quien quieras ser, tener el gusto que quieras tener, y seguir haciendo tu trabajo. Puedes seguir siendo tú y eres bienvenido", concluye el mariachi.

yhc

  • Yair Hernández
  • juan.hernandez@milenio.com
  • Es periodista especializado en temas de cultura y entretenimiento. Actualmente trabaja como reportero para Milenio.

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