Kranium nació en Rimac, Perú, en 1984. Eloy Arturo (guitarra/compositor) fundó la banda y su lugar de ensayo era una casa embrujada y abandonada, rodeada de cráneos, así nacieron los primeros acordes densos y oscuros, bajo el aura de Black Sabbath, influencia que conservan hasta la actualidad. Los años pasaron y las mutaciones obligadas de integrantes y sonidos dan lugar a la evolución, que se nota en su trabajo reciente “Uma Tullu” (que significa “cráneo” en idioma ancestral quechua), editado por primera vez en México por American Line Prods. Este disco incluye 10 temas que llevan el metal por los senderos del folk peruano y latinoamericano, al que en sus letras agregan breves, concisos y escabrosos pasajes de la historia de la Ciudad de los Reyes, Lima. Y con las atmósferas adecuadas, Dennis Yamazato (batería), Ian Chang (bajo), Christian Meléndez (voz y teclados), junto a su líder Eloy Arturo y Mito Espíritu (guitarra e instrumentos andinos) le dan un acierto a sus intenciones de llevar este disco a un nivel elevado de composición, mediante un hilo conceptual. Abren con un intro y dan paso a las sabbathescas y testimoniales “Santa Inquisición” y “El vago del cementerio”. Desde luego se dan una vuelta por las “Catacumbas”, y nos presentan dos leyendas escalofriantes: “La tapada” y “La viuda negra”, en las que se escuchan desde riffs rápidos con fuentes setenteras hasta su sello personal de sonidos folclóricos envolventes, con muchos detalles que matizan su capacidad compositiva; es decir, saben colocar la nota en el sitio adecuado. Sobresale el uso narrativo de Christian en las letras, con las notas que no se escuchan forzadas y bien adaptadas a lo que cuenta, con una voz no muy habitual en el rock pesado, lo que le da su cuota de originalidad. Continúan el recorrido con “Presbítero Maestro”, el primer panteón de Lima, y “Río Hablador” (Rimac), que riega su sitio natal. El culto inca debe estar presente en una obra musical de estas magnitudes, para cerrar con la ceremonial “Waqaychaqninchik/Apu Mayor”. A destacar que el arte del cuadernillo estuvo a cargo del pintor Julio Chimey, que ilustró a los personajes que aborda Kranium y que en la portada del disco los reunió a todos.
Masacre - “En vivo en Medellín 1993” - American Line Prods
Masacre lanzó su grito en 1988, cuando se formó en un entorno de violencia y desigualdad en su natal Medellín, Colombia, para plasmarlo a través de su total brutal death metal, como lo remarcan en esta grabación capturada en vivo en 1993. Alex Okendo (vocal), Juan Carlos Gómez (guitarra), Dilson Díaz (bajo) y Víctor Gallego (batería) escenificaron este momento para la posteridad y se aprecia que iban con todo, al abrir con dos ejemplos de su estilo: “Blasfemias”, un sello que no abandonarían, al igual que su discurso urgente de denuncia, con el vivo ejemplo de “Tiempos de guerra”. Viene el tributo a Black Sabbath con “Into the void”, para seguirle con “Brutales masacres”, con la combinación de voces guturales con gritos desgarradores y extendidos de Alex Okendo, sin duda, un frontman que sabía ganarse a la gente. Ya con los fans rendidos a sus pies avientan “Black vomit”, de Sarcofago, banda brasileña que ya tenía súbditos en el mundo, huella que seguiría también Masacre.
Y como buena banda dejaron lo mejor de su brutalidad para el cierre, y con vociferaciones de por medio, a como demandaban esos tiempos entender el death metal en su estado puro, así destaca “Sangrienta muerte”, que retumba, para implorar atención a “Sepulcros en ruinas” y “Cáncer”. Okendo demuestra que la comunidad metalera sobrevivía del rumor constante y las noticias de banger en banger, por eso invita a los presentes a acudir a una tocada de Holocausto y otras bandas más, para cerrar con “Mórbida implosión” este documento sonoro que incluye fotos de esa memorable tarde en Medellín.