Chili dog, proyecto de música Lo-Fi que nació durante pandemia en la casa de un joven

Chili dog es el proyecto de Diego, un joven de 17 años que desde pequeño ha tenido el interés de crear su música.

Chilidog es el proyecto musical Lo-Fi de un joven de 17 años | Diego Labastida
Gustavo Pacheco
Ciudad de México /

A Diego no le preocupa la fama ni el reconocimiento mundial. Cuando crea música en sus tiempos libres no piensa en el número de reproducciones que conseguirá en Spotify, ni si con esto generará las miles de ganancias en términos monetarios. A él lo único que le interesa es crear música, en particular, un género que se ha popularizado en los últimos meses: el sonido Lo-Fi (por su significado en inglés low fidelity).

Chili dog, el proyecto musical de Diego, no necesita de un estudio musical para componer una canción, tampoco requiere de muchos instrumentos musicales para crear acordes ni armonías capaces de provocarte una emoción; ni es necesario salir de casa para grabar un par de canciones que en la actualidad tienen miles de reproducciones en Spotify. Lo único que necesita es una computadora y su creatividad. 

"Es muy chistoso porque la primerita canción que yo hice, que aprendí de base, es muy chistoso porque nunca te imaginas el resultado final de la canción, no tiene nada que ver con lo que pensabas, entonces es una idea, empiezas con algo muy pequeño. A mí no me gusta hacer la música nomás por hacerla sino tengo una buena idea de melodía y a partir de eso trabajo", cuenta.

"Desde chico me mueve la música"

Diego tenía diez años cuando comenzó a tomar clases de guitarra, aunque desde antes ya tenía un gusto por la música que escuchaba en la radio. Sus clases eran un tanto no tan convencionales, tocaba la guitarra eléctrica, pero en el curso en el que estudiaba también había jóvenes y niños como él que tenían un interés por instrumentos como la batería, el teclado, la guitarra y hasta la voz.

Era inevitable que ellos no se juntaran para crear una banda musical y tocar covers de sus grupos favoritos, todo siempre al ritmo del rock: podían tocar desde canciones de The Beatles hasta otros ritmos como el metal.

"Cuando entré a la preparatoria, que eso fue hace casi tres años, dejé de ir a esas clases y la guitarra porque no me daba tiempo, pero yo desde que tengo como unos 14 años mi sueño siempre ha sido sacar mi propia música, pero el género de rock no me movía para crear algo. Ahí comenzó a surgir el rollo de Lo-Fi", platicó.

La música Lo-Fi

Una de las lecciones que nos ha dejado la pandemia es que no es sencillo lidiar con las emociones que pueda provocarnos el encierro o preocupaciones del exterior. En muchas ocasiones, la música puede ser una herramienta para adentrarnos a nuestros sentimientos o para sobrellevar lo que vivimos el día al día y uno de esos géneros es el Lo-Fi.

¿Qué es la música Lo-Fi?

El Lo-fi (low fidelity por sus significado en inglés) es un estilo musical que surgió de la mezcla entre el hip hop y el jazz, pero con un enfoque distinto, menos comercial y en donde los estudios de grabación se convierten en computadoras. En su gran mayoría se transmiten en plataformas como YouTube y Spotify.

Así fue como inició Chili dog, con la idea de producir algo para relajar, ayudar a la concentración. Diego vio una oportunidad en este género para crear música sin que tuviera el obstáculo al no tener o rentar un estudio musical, aunque el joven de 17 años no lo consiguió sólo, pues una persona lo ayuda en el mundo de la producción.

"Justo antes de la pandemia retomé las clases de guitarra ya mucho más avanzado y entonces mi profesor me dijo ya te veo muy avanzado, no tengo mucho que enseñarte, pero me dijo 'oye ¿no tienes algún proyecto de música tú?' y le dije 'ya llevo como dos años queriendo producir mi música, pero no sé cómo'. Y me dijo 'yo te puedo enseñar, lo básico, no sé mucho' y justo empezó la cuarentena en eso", cuenta Diego.

Pasada un poco la primera ola de contagios por la pandemia de covid-19, Diego vio a su profesor, quien le enseñó algunos elementos básicos para saber cómo producir y de ahí comenzó a practicar hasta llegar a sus tres primeras canciones.

'Not Fun', 'Smiling' y 'Rainwalk'

Not Fun, Smiling y Rainwalk fueron las tres primeras canciones que Diego produjo​ y distribuyó a través de varias plataformas de música como Spotify y Deezer. Las tres canciones ya juntan miles de reproducciones en el streaming musical.

'Rainwalk'

'Rainwalk' es la canción que cuenta con más reproducciones en Spotify, la cual comienza con la mezcla de un sonido de lluvia que poco a poco se va acompañado de tonos que reflejan un ambiente nostálgico y que tiene pocas voces que la acompañan.
"Todo empieza con las ganas, hacer que mis amigos, mi familia, mi abuela también que le apasiona mucho la música y desde chico siempre me ha alentado a hacer eso, me da orgullo de decir que tengo mis canciones en Spotify. Había veces que me pasaba seis horas produciendo, seis horas frente a la computadora, pero si es algo que realmente te gusta y tienes la valentía y neta le dedicas mucho tiempo, ni lo sientes".

Días antes que salieran sus tres primeras canciones, Diego estaba muy nervioso por saber cuál sería la respuesta que recibiría de las personas que desconocían que él hacía música, aunque a algunos de sus amigos les iba mostrando el avance que iban teniendo sus creaciones. De hecho uno de ellos estuvo involucrado en la portada de su última canción, la cual es una foto de Ciudad Universitaria, además de que los dibujos que se encuentran en la imagen promocional también fueron hechos por una amiga suya.

"Nos apoyamos mucho, nos da como mucho gusto que los proyectos de cada uno de nosotros estén muy bien. Siempre somos muy así como que nos gusta mucho que a los demás les vaya muy bien. A mí siempre me alentaron muchísimo hacer esto. Todas las canciones que he sacado, la publican, me la retuitean, la suben a sus stories y siempre nos apoyamos mucho".

Diego considera que la producción se trató de un proceso muy creativo, en donde aprendió, se frustró y hasta le hizo ver que es bastante perfeccionista para encontrar un buen resultado, aunque tuvo que lidiar con eso porque de un pequeño detalle que quería cambiar, le tomaba otras dos o tres horas y media.

"Me sirvió esto de la música, porque es un proceso creativo, me relaja mucho, claro que hay veces que te desesperas por algo que no te sale y te estresas, pero la gran parte es muy relajante, es muy padre y me ayudo a decir 'sabes qué, no todo tiene que quedar tan perfecto, a veces un pequeño detalle no pasa nada, nadie se va a dar cuenta y si sí, pues es parte de eso, de una canción, estamos hablando de arte, algo hecho humanamente, no es algo hecho por un robot que está perfectamente calculado'".

bgpa

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