Nena Guzmán no olvida esa presentación de Gerardo Ortiz a la que acudió como espectadora hace varios años: fue en un palenque de Tijuana y en ese entonces ella aún no comenzaba su carrera musical, pero ese día, al ver que muchos asistentes se saltaron al escenario para tomarse fotos con el cantante, decidió consagrar su voz a las canciones: “No sabía cómo iba a pasar, pero en algún momento iba a estar del otro lado”.
Se fijó esa meta y pronto la conquistó, pero el éxito también le trajo complicaciones, como una larga pausa que recientemente rompió con el lanzamiento del tema Y ahora te vas, homenaje a uno de sus grupos favoritos, Los Bukis.
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“Estoy muy contenta ya que para mí simboliza mi regreso a la música. Nunca me he desaparecido, pero hubo muchos cambios, no solo por pandemia, fue todo un proceso. Después de varios años pude tener un lanzamiento con una distribuidora y el recibimiento ha sido muy bueno. Me siento muy contenta con el resultado”, dice Nena Guzmán en entrevista con MILENIO.
Para ella, esta nueva etapa implica volver a 'picar piedra': “Es un trabajo que se tiene que hacer, y ahorita el doble porque tengo una carrera que inició hace algunos años. Estar de manera independiente es un proceso diferente y es algo que me ha tomado años asimilar”.
Asimismo, reconoce que los años de reconocimiento que ya experimentó en Estados Unidos no han sido en vano, pues “ahorita vengo con una madurez diferente, ahora estoy consciente del trabajo que cuesta hacer las cosas”.
“Inicié mi carrera en Los Ángeles, pero fue un proceso de 2 años para darme a conocer, de que lancé mi primer sencillo con una gira de medios. Fue un proceso difícil pero hermoso, y eso tengo que hacer aquí en México”, agrega.
Nena ve este camino por delante con esperanza, pues el género donde se desenvuelve, el regional mexicano, goza de grandes alcances en la actualidad: “Está en uno de sus mejores momentos”.
Y explica su afirmación: “(El regional mexicano) está a un nivel que ha salido de México y Estados Unidos, ha explotado con todas estas mezclas de música que hay, que le han dado ese valor que luego ni siquiera México le da. Es un orgullo muy grande y es una motivación para los artistas emergentes como yo. Todo tiene un proceso y al final del día la música llega a lugares y fronteras que uno nunca se imagina”.
La música, para Guzmán, es “mi vida”, al grado de que “si me quedara sin voz, seguiría tratando de hacer algo musical, pero moriría parte de mi ser porque no me veo haciendo otra cosa que no sea esto; he tenido otros trabajos antes, pero nada me hace tan feliz como estar arriba de un escenario”.
“Yo no puedo decir que he sacrificado muchas cosas, a lo mejor no estar con mi familia, pero me he enfocado en mis sueños”, reconoce la cantante, que también tiene muy presente esa primera vez sobre un escenario: durante un evento en Rosarito donde “no había muchas personas, pero la gente que estaba me gritó como loca, fue padrísimo”.
Ante la pregunta de cuál es su motor creativo, responde que el amor: “Sin eso no hay muchas cosas; si no tienes amor, no podrías ver a la música como lo que es, no le das esa plusvalía”.
También destaca su capacidad para aprender de los errores y siempre hacerle frente a los obstáculos: “He sido irresponsable por ser ingenua, por no saber revisar un contrato… A pesar de las cosas malas, yo estoy bien, mi familia está bien. Se han presentado personas en mi vida que me han podido ayudar”.
Por último, manifiesta la importancia de los corridos en su carrera: “Algo que siento que me distingue y que en su momento desencadenó muchas cosas son los corridos. El hecho de ser mujer e interpretar un corrido es algo que en su momento fue un plus y hasta la fecha me da mucho trabajo”.
hc