En medio del espacio que se dio yéndose a vivir a Buenos Aires, Julieta Venegas descubrió otra aptitud, la actuación, por lo que desde el pasado agosto protagoniza La Enamorada en la capital argentina; un monólogo que preparó como le gusta hacer las cosas, “con calma, sin presión, disfrutando cada paso”. Esa experiencia fue también el detonante para que su naturaleza musical reclamara su espacio y surgiera la nueva producción musical, con la que ambienta su trabajo en el escenario, comparte la cantautora a través de la vía telefónica.
Julieta se escucha feliz, relajada, y así lo reitera al reconocer la plenitud que ha encontrado en el Cono Sur, aunque el patriotismo también se hace evidente cuando dice que extraña “la grandeza de México”, por lo que en su agenda ya destaca la fecha del 14 de febrero cuando regrese para presentar su espectáculo “en el que toco varios instrumentos al hacer un recorrido musical por toda mi trayectoria”; pues aunque reconoce que le gustaría traer su propuesta teatral a un escenario mexicano “aún no tenemos nada confirmado”.
¿Estás de estreno?
Sí, tengo nuevo disco y nuevas canciones.
¿Cómo fue el proceso para crear ese material?
El disco se trata de la música para una obra de teatro, La enamorada, que es un monólogo que estoy protagonizando en Buenos Aires, nunca había actuado, es novedad para mí. Pero cuando terminé la gira Algo sucede, mi disco anterior, tenía ganas de probar algo diferente. De escribir de otra manera, probar en otro tipo de proyecto. No escribir para un disco, grabarlo e irme de gira. Sino como buscar otra cosa, y me puse a leer teatro, y me crucé con un texto de un escritor que se llama Santiago Loza, de Córdoba, y me gustó mucho el texto. Le escribí a Santi y me comentó que había una productora que andaba buscando una actriz para que hiciera ese texto.
Le dije: ‘Pero yo no soy actriz’, y me respondió: ‘Bueno, por qué no la llamas y ves qué onda’. Me junté con la productora y decidimos empezar a probar, a ver qué pasaba sin ninguna presión de estreno, si la cosa no funcionaba listo, lo terminábamos. Estuvimos un año hablando, platicando el texto, trabajando un poquito, y lo estrenamos en agosto pasado.
¿Cuál ha sido la reacción de la gente ante tu debut como actriz?
La obra ha tenido muy linda respuesta, es una obra muy chiquita, se necesita de un espacio chico, porque requiere de una cercanía, de una empatía con la gente; la estoy pasando muy bien haciéndola, disfruto mucho el texto, que la gente se emocione, que se ría, es como si estoy contando una historia y si ves que la gente responde a eso pues es bonito.
¿De qué trata?
Es un monólogo de una mujer que habla sobre su vida, sus recuerdos, su mamá que ya murió, su hermano que ya murió; es una mujer con una gran necesidad de que la escuchen. El texto tiene mucho humor, mucha emotividad, es muy cercano, es muy lindo, me gusta mucho el texto, por eso llegue a esto.
Sigues creciendo con la música, ¿no?
Hace como tres años que acabé de realizar la gira que tenía, quedé muy saturada de las posibilidades que tenía para hacer música, dije: No por favor. Tenía conflicto no con la música, pero sí con mi carrera en la música, necesitaba frenar, tocar el piano y hacer canciones y no pensar en que si eran para un disco, sino simplemente como estar en la música sin presionarme; así llegué a esta obra y di una marometa; según yo pensando en hacer algo que no fuera música y regrese al estudio y me volví a conectar, y siento que como que todo me regresa a esa parte de mí, porque es como parte de mi personalidad hacer música, es una parte muy importante de mi manera de expresarme.
¿Ya te adaptaste a Buenos Aires, no extrañas México?
Sí extraño mucho y a la vez estoy muy contenta acá, porque me ha dado mucha libertad cambiar mi espacio conocido, necesitaba estar en otro lado. Buenos Aires es una ciudad mucho más chica, entonces la vida cotidiana es más fácil que en Ciudad de México. Y sí extraño mucho porque nunca había vivido lejos de México, entonces es muy raro, pero a la vez me hace reencontrarme con un montón de cosas de México y de mí misma que a lo mejor ya no veía estando allá; es como revalorar México y estar orgullosa de decir mi país, tan gigantesco que somos, y tan bonito, como que viviendo en un país más chico, digo: ¡Wow! Qué paisote somos.